lunes, 2 de abril de 2007

Burbujas...

















Autora: Xenet

Un día descubrí que estaba metida dentro de una burbuja, o dentro de muchas burbujas que no dejaban pasar la luz por ninguna parte. Vivía sumida en un mundo oscuro, lleno de obligaciones hacia los demás, sin pensar en mí ni un momento, metida en una dinámica sin emociones, sin ilusiones, muerta en definitiva. Me asusté, me impactó, pero no me acobardé, al contrario. Esa misma sensación de agobio, de ahogo, me impulsó a desear romper esas burbujas y me puse a ello. Fue duro, doloroso, cansado, una lucha sin cuartel y además viendo que no conseguía nada. Las desilusiones eran constantes, pero a la vez, todas esas burbujas que me envolvían iban rompiéndose poco a poco, explotaban y dejaban pasar la luz. A la vez, iba descubriendo otras más pequeñas que pululaban a mi alrededor: ilusiones, deseos, cosas que habían estado ahí y que por una razón u otra había ignorado o simplemente dejado para otro momento. Esas pequeñas burbujas también se iban rompiendo, mezclándose con las nuevas sensaciones que encontraba en cada burbuja que caía. A través de esas burbujas que eran cada vez más claras, veía caminos que tomar, nuevas direcciones y eso hice. Las tomaba y cada una de ellas me permitió descubrir cosas que habían estado ahí siempre pero que yo no veía; cosas de mi que iba viendo, gente con la que podía compartir muchas cosas, y también cosas que me hacían retroceder al punto de partida, pero que aun así, ya había conseguido algo positivo.


Y durante ese proceso, también me atreví a vivir ilusiones y fantasías que habían estado siempre rodeándome, que sabia que existían y a las que me negué durante años. Una de ellas fue reconocerme como spankee, y quizá fue una de mis mejores decisiones en aquel momento. Me sentía libre para investigar, para descubrir, para aprender sobre algo que siempre había estado conmigo pero que jamás me atrevía a desarrollar, que siempre se había quedado en pura fantasía. Y me adentré en este mundo llena de miedos, de reservas, sin saber lo que me iba a encontrar realmente, pero con ilusión, con ganas de descubrir sensaciones que me hicieran sentirme viva otra vez, porque intuía en cierto sentido que seria así, y por que necesitaba iniciar un camino que me había negado durante toda mi vida. Y así comencé… Y tuve suerte, muchísima, Encontré a alguien que me dio la confianza, la seguridad, me abrió las puertas de este mundo fascinante, lleno de emociones, de sensaciones intensas, fuertes, vitales y que jamás ha dejado de estar a mi lado, no solo ya como spanker, si no como amigo.

Ya no había burbujas, ahora había sensaciones, ilusiones, esperanzas, todo a mi alcance, y nuevos caminos por donde ir ya sin barreras, solo las que yo misma me imponía para no sentirme demasiado vulnerable, para no ser dañada, para no arriesgar mas de lo necesario. Y durante un tiempo fue así, compartimos muchas cosas, descubrí muchas cosas, y le hice una promesa a él y a mi misma: solo habría una barrera que nunca podría caer, la de los sentimientos hacia esa persona, y que si eso pasaba, ahí se acabaría todo. Esa barrera debería quedar siempre arriba, protegiéndome para no ser dañada, para no sentirme demasiado vulnerable. Pero esa barrera un día, sin darme cuenta apenas, también desapareció, y fui sincera y se lo dije. Había roto mi promesa, me había dejado llevar por unos sentimientos que nunca debieron aparecer, lo asumí, lo acepte aun sabiendo que no había doble sentido en ese camino. Y me vi. forzada por mi misma a terminar con esa relación, pero no fue así, Lo hablamos, lo discutimos y se tomó una decisión: la de continuar. Aunque yo sabía que algo había cambiado totalmente, y así fue. La relación cambio totalmente, para bueno no puedo negarlo… Ahora somos amigos; amigos, y sigue estando a mi lado en todo momento. Pero dejando esos sentimientos que nunca debieron aparecer aparte, si se que he perdido una parte importante de esa relación, la que me permitía sentirme viva, la que me permitía sentir sensaciones intensas, fuertes, que me llevaban a lugares que jamás pensé que existían, y que me hacían sentirme totalmente libre, porque siempre había reprimido todo eso, nunca me había dejado llevar de esa forma, abandonarme, entregarme, dejarlo todo en manos de otra persona, vivir intensamente unos momentos que después, recordándolos, me permitían seguir viva cuando volvía a mi realidad cotidiana.

He intentado sentir eso de nuevo, con otras personas, pero no es igual, no siento igual, no hay la misma implicación, ni la misma complicidad, ni la misma afinidad, satisfactorio, si, pero falta esa confianza, esa sensación de seguridad y no es igual, ni lo disfruto igual, ni me siento tan libre.

Y he descubierto que a mi alrededor ha aparecido otra burbuja, transparente es verdad, que me deja ver lo que hay a mi alrededor, pero lo que veo ahora mismo es un campo abierto, sin ninguna dirección que tomar, sin ningún camino que seguir y yo estoy en medio de ese campo, en mi burbuja quizá autoimpuesta, no lo niego, pero protegida, invulnerable, que no me deja sentir pero que me permite estar a salvo, que me protege del dolor aunque no me permita avanzar. Quizás es que no quiero avanzar en ninguna dirección, que de nuevo me estoy negando el sentirme viva, pero he descubierto que así es mejor. He vuelto a no sentir, a no dejarme llevar y no se si lo hago bien o mal, pero al menos me siento protegida y a salvo. Y planteándome si realmente algún día seré capaz de romper de nuevo esta burbuja, o si la dejare ahí para siempre para no volver a sentir el dolor de sensaciones perdidas.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Hice ayer un comentario a este artículo pero en lugar de enviar debí pulsar erase...

Bienvenida por estos pagos Xenet y gracias por el precioso artículo.

Me he sentido identificada en parte, nunca me he sentido en una o varias burbujas pero sí me he visto a mi misma en una relación con un spanker y levantando el muro de "esto no puede pasar a más".

Ahora te sientes en otra burbuja pero de ésta, puedes salir sin más, tienes el poder de pincharla en el preciso instante en que dejes de querer estar dentro o de coger a tu spanker de las solapas y llevártelo contigo que aunque no lo creas, es otra posibilidad.

Un saludo y sigue por aquí si has estado a gusto, la concurrencia estará encantada.

Anónimo dijo...

Gracias Xenet por tu artículo intimista y lleno de sensibilidad... intuyo que te servirá de descarga y tal vez el mundo se vea más límipido para ti en muy poco tiempo.

Anónimo dijo...

Felicidades por el escrito Xenet. Reconocí mil preguntas que me he hecho desde que abrí la puerta a mi esencia spankee.

Yo he conseguido cambiarlas.

¿Y que si duele? ¿dejo de sentir para ponerme a salvo? ¿para no caerme? si tengo riesgo de caer es porque estoy arriba. Siempre quiero subir, soy adicta a las alturas, me da vértigo pisar el suelo.

¿Por qué no puedo tirar los muros? no necesito que me acompañen, no me da miedo ir sola, no pido nada, no espero nada pero a mí me gusta el otro lado aunque llueva a veces. Hay gente cercana que me dice que lo que pasa es que me gusta sufrir, no es cierto, lo que me gusta es sentir. Elijo y cuido de mis heridas, crezco en ellas, camino por los extremos, de la euforia al desconsuelo y vuelta a empezar. Bendito laberinto del que nunca quiero encontrar la salida porque allí no hay nada, un mar tranquilo de seguridad, un aburrido paisaje desértico que siempre me ha provocado una sed ansiosa. Hay quien allí encuentra un oasis pero yo sólo he visto espejismos de recuerdos, nostalgias de pasados convulsos que anulan sueños futuros. No quiero volver allí, ese es mi miedo, el miedo de la vacía seguridad.

Ah, que sí, que aunque parezca absurdo, de verdad que me creo lo que digo.

Anónimo dijo...

Tane, sí que puedo salir pero ahora mismo no hay nada por lo que merezca la pena salir, al contrario. Y la otra posibilidad, la de las solapas, tampoco es factible, tendría que ser él el que tomara la decision, no yo.
Gracias por tu bienvenida.

Fer, gracias a tí por publicarlo. Ha servido un poco como bálsamo, pero nada más.

Hache, a mí también me gusta sentir, pero sentir algo que me produzca sensaciones intensas, fuertes y sobre todo placenteras. El dolor íntimo, el del corazón, no me produce ningun placer y no deja de ser intenso y fuerte también. Ese es mi desierto, ese dolor y huyo de él como de la peste. No quiero una seguridad, quiero sentirme viva pero no acosta de sufrir sobre todo porque hay cosas que no acabo de entender.

Gracias a todos por vuestros comentarios.

Anónimo dijo...

Xenet muchas gracias por hacer aflorar toda esta sensibilidad tan opuesta a determinadas sensibilerías tan al uso en ciertos ambientes, pongamos por caso bdsm, que más se refieren a una corintelladización de los sentimientos que al sentir real de las personas ante determinadas encrucijadas vitales. Gracias también a Tane y a hache por los comentarios que tan bien complementan tu bálsamo.

Anónimo dijo...

Conozco ese dolor del que hablas y no es grato, lo sé, pero siempre es consecuencia, siempre llega después de... a eso me refería, a que si le cierro la puerta me pierdo el antes.

No sé, es una forma de ver las cosas que puede que sea porque a mí el dolor no me dura mucho, hasta ahora he sabido manejarlo por eso me gusta arriesgar porque me gusta empezar aunque sepa que todo termina.

Un abrazo y un beso Xenet.

Anónimo dijo...

No creo que en esta vida ninguna burbuja nos libre de sentir dolor.En cambio yo opino como Hache, cuando el tiempo pasa apenas me duelen las pérdidas de personas que he tenido a mi lado y, en cambio, puedo andar sonriendo sóla por la calle recordando momentos pasados con ellas, porque al final siempre recuerdo con más intensidad y nitidez las cosas buenas que vivimos juntos.
De todos modos entiendo que estés triste y reticente pero demostraste ser valiente dando el giro que quisiste a tu vida y, seguro que en poco tiempo ves las cosas de otra manera. Creo que sólo deberías pensar en cada día de forma independiente y ver en qué época hay más días felices para poder seguir un camino u otro.
De sufrir...si nos toca, nos toca, no nos libra ni el muro más alto.
Aunque haya terminado, has tenido suerte de haber vivido una relación tan bonita.
Un abrazo y ¡ánimo!

Ada.

Anónimo dijo...

Muy muy lindo... mi historia es tan distinta, pero me identifique con cosas que creo son transversales a todas las spankees, en todo caso, lo que me queda más que claro, es que uno propone y el corazón dispone y eso siempre es así.

Besos

SPANKADISTANCIA

Anónimo dijo...

Gracias por vuestros comentarios, a todos.

Quiza ya paso un poco ese periodo de dolor y soy capaz de ver las cosas de otra manera, de ser capaz de dejar que la ultima burbuja se rompa sola, o incluso que la rompan. Teneis razon, es mejor sentir despues de...... que dejar de sentir. Solo necesitaba tiempo, y ya ha pasado ese tiempo. Ahora comienza otra fase que no se como sera, pero seguro que distinta.

Un beso y mis agradecimientos a todos por haberme dejado expresar lo que sentia y escucharme.

Anónimo dijo...

Gracias a ti. No nos dejes sin noticias. nos gusta hacer amigos nuevos.

Ada, bienvenida a ti también, me encanta tu punto de vista, es muy cierto que hay cosas que duelen, pero también hay otras que hacen reir. Menos mal, que las que duelen se pasan y las que hacen reir siempre vuelven.

Un saludo