
Autor: Fer
Soy un spanker senior, un spanker maduro, que ya ha vivido suficientes temporadas, en climas de cuatro estaciones, para apreciar la variabilidad a lo largo de las décadas de la moda femenina. Al punto que actualmente las hijas universitarias de algún amigo o amiga visten como mis amigas de mi etapa formativa lo cual me produce un extraño dejà vu.

Siendo un spanker carca, chapado a la antigua y tradicional hay modas que me cuesta aceptar. Incluso modas que ya han pasado como tales y, como el título te habrá ayudado a adivinar una de ellas son los tangas, conocidos en inglés como thongs.
Es cierto que el mundo ha cambiado mucho y que en una encuesta reciente se ha establecido en España, hace un par de años en el auge de la moda del tanga, que el 61% de las mujeres de menos de 50 años lo preferían. Con la clásica coherencia femenina, aventuro a pensar, es probable que dijesen preferirlo por comodidad. Esto es imposible ya que una tira que se clava en la parte más carnosa y más noble de la anatomía nunca puede ser cómoda. Ada, comentarista en este blog, ha tenido la desfachatez de decir que se utilizan porque de esta forma no se marcan las braguitas; por supuesto que le he contestado que la solución está en no ir tan apretada.
Lo cierto es que al igual que en Conozco a las de tu clase mis palabras sobre el tanga en el magnífico y divertido grupo de Yahoo Nalgadas y Azotes han tenido el poder de hacer enfadar a una simpática participante, a la cual desde aquí pido mis disculpas. Yo escribí algo así como "El tanga es inadmisible ya que es una prenda de niñas descocadas, lo correcto son braguitas blancas, completas, de discreto algodón y como mucho, la de los domingos, con un minúsculo lacito rosa o en canalé.
La culotte, siempre y cuando cumpla con los cánones de decencia, honestidad y modestia requeridos en una spankee, se podría llegar a aceptar, el tanga nunca: es de golfas."

Finalmente tuve que escribir una larga explicación en la que decía entre otras cosas:
Yo hablé sobre el uso de tangas (que en su apogeo ha sido la ropa interior preferida por el 61% de las mujeres de menos de 50 años) en el tono más festivo, jocoso e interpretando un papel de "spanker rígido, chapado a la antigua" (si vais al último mensaje de esta cadena, el primero cronológicamente, veréis que hablo de "niñas descocadas" que no son exactamente putas). Ese rol de "spanker carca" poco tiene que ver con el hombre avanzado mentalmente que pretendo ser y que muchas mujeres de mi entorno siempre han reconocido como tal. Ese rol es parte



- Golfas no quiere decir solo putas y en todo caso es evidente que yo no lo utilizaba en ese sentido (…) golfas tal como lo utilizaba yo era algo así como "pillas o sinvergüenzas" (véase www.rae.es ) que es una de sus acepciones más difundidas en España (es incluso una expresión coloquial y familiar)
- (…)esa expresión tan contundente de "resulta muy ofensivo" [lo de llamar puta]... yo diría, eso será según el contexto y los pactos implícitos entre las personas (muchos amigos se saludan tipo "hola cabronazo! y sin embargo no resulta ofensivo). También esta palabra puede ser una de las cosas más excitantes que se puedan decir...
- (…) discrepo que prostituta y puta sean dos palabras cuyo significado sea exacto e intercambiable... por lo demás me ha resultado una reflexión con la que estoy muy de acuerdo. Lo que me parece interesante es que puede haber mucha gente que no le guste que le llamen de una determinada manera bajo circunstancia alguna. Tal vez es el caso de más de una persona que ha participado en este debate. Estos gustos o disgustos suelen tener una raíz cultural como lo refleja el hecho, por ejemplo, que en ciertos países de Iberoamérica llamar a alguien "flaco" o "gordo" es cariñoso, mientras que en otros, ejemplo España, es bastante ofensivo.
- Y entrando al tema, ya que estamos puestos, de que una mujer sea llamada puta o no, aquí va mi opinión: la sexualidad femenina ha sido y es reprimida desde la noche de los tiempos porque asusta al hombre, una porque es más poderosa que la suya propia y dos porque al estar ligada a la reproducción puede trastocar el orden del parentesco y por lo tanto la heredabiliad de las propiedades. Por ello la
prosti
tuta existe como una mujer creada por un cierto imaginario masculino. Prostituta y puta no son sinónimos completos. La prostituta más "profesional" no goza con sus clientes... lo de puta parece entenderse como una mujer que lucrando o no con el acoplamiento carnal con el varón goza del acto. En el imaginario colectivo arquetípico masculino está la madre, la virgen maría y la noviecita por un lado y la puta, la prostituta y la ninfómana por otro. Triste imaginario. En el femenino estas dos imágenes son dos polos que están presentes y muchas mujeres cuando viven el placer sexual de una forma libre, con el mucho potencial que les permite su poderosa fisiología y su rica percepción y vivencia de emociones piensa ¿seré una puta? e inmediatamente trata de apartar esta idea, salvo cuando es capaz de reconciliarse con su sexualidad y mediante el sentido del humor o el erotismo le da la vuelta de campana al concepto opresor de su sexo y lo disfruta tanto como el placer sexual en sí.
(...) no he llamado puta a las que usan tanga, solo he hablado de ellas - en el tono más de broma del cual soy capaz, jugando con la ironía - como golfas, es decir pillas y sinvergüenzas."
El tanga es provocador, atrevido, sexy. Es probable que lo sea demasiado... También puede ser poco favorecedor para algunas anatomías, cosa que no ocurre con las maravillosas culottes. Para este spanker encontrarse el tanga en el sublime instante del "descubrimiento" no resulta la cosa más excitante del mundo ya que la parte fetichista del juego implica unos estilos más victorianos, de recato, de modestia y de viejos usos del pasado. Por eso este spanker preconiza las bragas de algodón submamarias. Sin embargo, alguna vez me ha sorprendido gratamente alguna spankee muy golfa, en el momento del castigo, no llevando absolutamente nada debajo de su falda. Como soy un spanker heterodoxo me lo tomé con gran placer y excitación.
Con el tanga me ocurrió una vez que tuve que poner una inyección a una chica fuera de todo contexto de juego sexual (yo nunca tuve nada con ella) y la sorpresa agradable fue que se tendió en su cama para ser inyectada en la nalga, bajándose solo el tejano y diciéndome – al tiempo que yo percibía el maravilloso espectáculo – que como llevaba tanga, si me parecía bien, no se los bajaba. Le dije algo así como que naturalmente no hacía falta, todavía no sé como pude articular palabra sin delatarme, y conservando la poca sangre fría que podía le apliqué a su maravilloso glúteo maravillosamente enmarcado por el tanga el inyectable de la forma más ascéptica que pude aparentar.
Cuando apareció el tanga en nuestras vidas, muchas de las chicas que hoy lo utilizan jamás se lo hubiesen puesto ya que era una prenda poco adecuada. Una de las cosas que más gracia me hace es ver chicas del perfil más conservador y vainilla que existe, enseñando por encima de la cinturilla del pantalón sus tanguitas como si nada.
Ha pasado lo mismo con muchas otras cosas como por ejemplo los tatuajes, hace algunos años
eran para marineros, marginados sociales o personas bohemias muy especiales. También las modas pilosas y su correspondiente estilo de depilación. Las ingles brasileñas, hace algunos años se reservaban a las parturientas, a las muy audaces y a las golfas. Por eso el spanker que suscribe prefiere una tonsura dentro del estilo arregladito pero sin exageraciones. Ya hemos escrito sobre ese tema en ¿Pubis silvestres, arregladitos o rasurados? Mucho se asombrarían los más jovenes de 25 de saber que antiguamente las mujeres tenían vello en el pecho, algo así como un segundo pubis (como se observa en la imagen) y a fuerza de depilarselo la genética ha actuado en consecuencia y hoy en día - por fortuna - ya no les crece.