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domingo, 21 de octubre de 2007

¿A dónde vamos?


Autor: Ana K. Blanco


Los que tienen la dicha de formar una pareja spanko, seguramente no tengan ese problema. O quizás sí. Pero los que no tenemos una pareja spanko estable, se nos convierte en una dificultad no siempre fácil de resolver. Y que no me digan que no es un problema. ¿A qué me refiero? Pues al lugar donde tener una sesión.

Para comenzar, menudo trabajo nos da conseguir una pareja para jugar spanking. Recorremos los grupos, las webs, los blogs, páginas de contacto, hasta que encontramos a alguien con quien nos sentimos cómodos mutuamente. Luego de determinado tiempo de conversar, chatear, enviarnos mails, concretamos una cita para conocernos personalmente. Llega el encuentro, la primera impresión del otro, comprobar si tenemos “química” o no… y en esa cita o en otras subsiguientes, llegamos a un acuerdo para tener una sesión. Y allí aparece el problema del lugar. ¡Vaya martirio!

Podría ser martirio o no. Conozco amigos spankos que juegan en sus viviendas y no les importa el llamar la atención. Simplemente lo hacen, juegan y punto. Pero sé que no es fácil, que cuesta muchísimo lograr que nos "resbale" el qué dirán los vecinos. A la gran mayoría creo que sí nos importa, entonces el conseguir el lugar apropiado puede volverse un verdadero problema que nos dificulta concretar eso que venimos buscando desde hace tiempo.

Si uno de los integrantes tiene su casa, piso, apartamento o vivienda, puede que ofrezca su lugar o puede que prefiera ir a otro sitio porque no vive solo, porque hay vecinos curiosos, porque no conoce suficientemente a la otra persona y prefiere resguardar su intimidad, o… por el ruido.

He ahí el mayor de nuestros problemas al practicar spanking: el ruido.

Los sonidos que emitimos al jugar nalgadas es muy fuerte, y son pocos los elementos que no hacen demasiado “escándalo” al chocar con nuestra piel. Dentro de los instrumentos más ruidosos están la mano, el cinto, la paleta, el cepillo… por nombrar sólo algunos, que además, a mi gusto, son los más deliciosos. Si la habitación es pequeña y algo cerrada, los sonidos rebotarán en las paredes y resonará más aún, con la consecuencia de que algún vecino de la cuadra o del edificio denuncie a la policía una “riña familiar”, violencia doméstica o algo por el estilo. Si estamos en un hotel común, seguramente el conserje o alguien de la recepción nos llame por teléfono para ver si “está todo bien”, pedirnos que nos moderemos con los ruidos, o directamente sugerirnos amablemente que nos retiremos del hotel.

Claro que también están los paseos, parques, bosques, bancos de las plazas y demás lugares públicos donde, bajo la atónita mirada de los transeúntes y con la continua amenaza de que nos lleve presos la policía bajo el cargo de violencia doméstica, atentado público al pudor o similares, podemos dar rienda suelta a nuestro gusto por las nalgadas. Pero no creo que sea una buena idea, a menos que el spanker nos de unos pocos azotes y salgamos corriendo despavoridos sin dejar rastros en nuestra huída.

¿Cuál es entonces la opción que nos va quedando? Ir a un hotel de parejas, también conocido como hotel alojamiento, hotel de alta rotatividad o similares, donde están acostumbrados a diferentes “ruidos” extraños, además de gritos, gemidos, jadeos… y otras expresiones similares.

También podemos alquilar una cabaña (ayyysssss, eso sí que se los recomiendo. Yo lo probé y fue… ¡inolvidable!) que esté bien alejada, aislada de casi todo, donde no importen los ruidos y podamos “tener la fiesta en paz”.

Última opción que se me ocurre hasta ahora: (aclaro que no me gusta ni me simpatiza, ¿eh?): utilizar instrumentos que no hagan tanto ruido al azotar.

Recomendados de la casa:

*cane o vara de diferentes grosores y largos (aviso: no cuenten conmigo para jugar)
*fusta (no hace falta que me des las gracias, Fer. Tampoco me invites)
*correa (no estoy hablando del cinto del pantalón, sino de, por ejemplo, la correíta de alguna cartera de dama, que sea muy finita y con un alto porcentaje de fibra sintética, o de cuero liso o trenzado, pero creo que es mejor la primera opción.)
*un conjunto de ramita recogidas por el o la propia spankee

Ahora, como hago usualmente, vienen mis preguntas:


¿Cómo se las arreglan ustedes?
¿Dónde tienen sus sesiones usualmente?
A una pareja que sale por primera vez ¿qué sugerencia de lugar le darían para ir?
¿Cuál ha sido el lugar más extraño donde han jugado spanking?
¿Alguna anécdota que quieran compartir?

Gracias queridos amigos por leerme y dejar sus comentarios. Gracias Fer por permitirme seguir escribiendo en este exitosísimo blog, además quiero felicitarte por la permanencia y la impresionante cantidad de visitas que recibes aquí.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Sobre amistad, nalgadas, sexo, nalgadas y amistad






Autor: Gavi



Un círculo que considero virtuoso y que me llama poderosamente la atención, ya que el círculo amistad, sexo, amistad no sucede, convirtiéndose generalmente en un: amistad, sexo, crack.

¿A qué pueda deberse?

Una amistad que se pesca en la escuela, en el trabajo, en el vecindario, en el club deportivo o en las vacaciones, inicia intercambiando temas como la profesión, los éxitos, las diversas experiencias, problemas varios, y si triunfa, acaba compartiendo eventos sociales, familiares, de trabajo, de vida y de cafés y bares.

Mientras que, las amistades spankas que pescas inicialmente en el ciber, parten de temas como nuestra sexualidad o erotismo, algunas otras intimidades, siguiendo con nuestros gustos particulares sobre el juego propiamente, y finalizando con el tema “¿estudias o trabajas?”
Este orden inverso para relacionarnos no descarta en absoluto la posibilidad de llegar a compartir junto a un amigo spanko, eventos de familia, eventos sociales, de trabajo, de vida, de cafés y bares, logrando sin dificultad ninguna, guardar discretamente ante los demás, el tema que nos reunió.

¿Qué pasa cuando tenemos sexo con una amistad fuera de las nalgadas y los azotes? Pues que esa amistad, en el mejor de los casos, se verá enrarecida, y en el más de los casos, se estroperá. Tal vez sea por eso que ¿no recordamos amigos “vainillas” con los que hayamos tenido sexo? ¡Digo! ¿Y que haya continuado como si nada?

Sin embargo, dentro del juego, esto sucede, mágicamente o no, pero sucede, que tienes sexo con tu amigo spanko, y la amistad continúa intacta.

¿Se deberá esta magia a que, la sexualidad está intrínseca en la naturaleza de estas amistades?
Pero esto no explicaría que, también, juegas con un amigo spanko, te calientas rico, NO tienes sexo, y la amistad continúa… como si nada! jaa!



Definitivamente creo que, este delicioso juego de las nalgadas y los azotes, cobijado necesariamente por el ciber, en la mayoría de los casos, propicia un tipo de relaciones de amistad nuevas que, personalmente siento, un poco frágiles a veces, pero no menos intensas en sentimientos y compromiso, que las relaciones de amistad fuera del juego y fuera del ciber.


jueves, 28 de junio de 2007

El Sexo de Sofía - Spanking


Spanking - ELTIEMPO.COM

Autor: Fer

El Sexo de Sofía es un excelente blog de Colombia, cuyo tema cental es el abordaje de las variedades sexuales desde una óptica de libertad y de propiedad del individuo. El blog está escrito por Sofía Acalántide. Sofía que es una mujer muy joven, es filósofa, autora de ensayos y comumnista. Su blog es serio, bien escrito e informado y a partir de ahora está enlazado a Azotes y Nalgadas.

Ha dedicado un artículo muy serio al Spanking en el que nombra a María, amiga de este blog y autora del hoy hibernado blog Spanking y disiciplina doméstica, pieza de culto para los adeptos a la D/d.

La autora del artículo también menciona elogiosamente nuestro blog, comentario que aprovecho para agradecerle.

Lo mejor es incluir aquí la cita completa:


"Spanking

María es una mujer de 31 años que vive en Buenos Aires, con Patricio, su compañero, de 50. Ambos tienen una relación de “disciplina doméstica” y ella es la autora del blog “Spanking y disciplina doméstica en Argentina”, que tiene por objetivo la discusión de estos temas en la comunidad de habla hispana. Primero aclaremos los términos: “disciplina doméstica” (dd) es una frase acuñada para nombrar una relación de pareja en la que ambos acuerdan el castigo físico como manera de corregir las faltas que el otro u otra cometa, es decir, que debe haber un hecho que desencadene la disciplina sin el cual ésta no se produce (esta es una diferencia con la dominación/sumisión, la cual no necesita un detonante). Es fundamental que la opción sea consensuada, de lo contrario, no sería dd sino violencia doméstica. Una de las formas más comunes de la dd es el spanking, que consiste en dar nalgadas al compañero o compañera, ya sea con la mano, el cinturón, una vara, un zapato u otro objeto. En esta práctica intervienen dos personas: el spanker (quien proporciona la paliza) y el spankee (quien la recibe). Las posiciones clásicas son: sobre las rodillas, sobre una silla, en cuatro, acostad@ boca abajo, acostad@ boca arriba mientras el spanker te levanta las piernas, .acostad@ sobre unas almohadas, sujetando los tobillos, contra la pared y sobre una mesa o escritorio. El blog “Spanking en español (azotes y nalgadas)” es un espacio de comunicación dedicado a todos los aficionados a los azotes eróticos consentidos entre adultos, y una muy buena fuente de información sobre esta variante. En el spanking, en tanto dd, no son necesarias las ataduras, ni la obligación. Como dice María: “parte del rol es aceptar el castigo así como parte del rol es hacer que el otro acepte el castigo (…) Una mujer atada o una mujer completamente quieta con las nalgas expuestas donde todo su trabajo sea golpear en ese sector es una parcialidad horrible. La sumisión es emocional y debe darse en todos los niveles“. Es decir, que el o la spankee debe aceptar voluntariamente el castigo. Por otra parte, la connotación sexual de esta variante, su carácter erótico, no viene sólo del hecho de dar o recibir las nalgadas, sino que se trata de toda una puesta en escena, la recreación de un ritual que resulta excitante. La misma blogger afirma: “a la hora de plantear una relación con otro es conveniente agregar esto que tiene que ver con el ritual ya que no todo es poner a una mujer/hombre sobre las rodillas e impactar sus nalgas con la mano o con algún objeto. Tengan en cuenta el tiempo que es tal vez lo más importante de la escena. Hagan esperar a sus chicas, jueguen con su paciencia y sus nervios (…). Tómense más de diez minutos para una paliza porque vale la pena”. Ahora, ¿por qué a una persona le resultan excitantes los golpes? ¿por qué una pareja opta por una opción como ésta, en la que otr@ corrige sus faltas a fuerza de nalgadas? No lo sé. Tal vez los psicoanalistas hayan ideado algunas hipótesis explicativas al respecto, y tal vez en algunas tengan razón. Lo cierto es que he leído con mucho interés el blog de María y no parece el de una persona trastornada o enferma, al contrario, lo leo como el de una mujer muy lúcida que toma decisiones (tal vez muy distintas a las que la mayoría tomaríamos) y las defiende con argumentos muy finos. A la pregunta por el cómo ella nos dice: “creo que llegamos siempre al mismo punto. Se requiere lo mismo que en cualquier otra pareja, más cierto agregado extra de confianza. No importan las reglas, las palabras de seguridad, lo pautado que sea todo. A partir de la convivencia dos personas que se aman se van dando cuenta de cuándo las cosas se salen de cauce y eso perjudica el orden natural de la relación”. Es finalmente leyendo este tipo de reflexiones, que un@ puede medir en realidad su nivel de entendimiento de la diferencia. Porque es fácil ser respetuoso y comprensivo con las opiniones que respaldamos, ahí no medimos nada. Lo valioso es ser capaz de hacer un ejercicio de entendimiento de aquellas que en primera instancia nos parecen descabelladas. Tratar de entender (aunque no se compartan) otros estilos de vida; otros que finalmente se apoyan en principios comunes a los nuestros, porque la misma María nos invita al diálogo que siempre hemos defendido aquí: “mientras tanto les digo que se animen y hablen con sus parejas de sus fantasías y sus deseos. Hablen hasta el más mínimo detalle de cómo les gustaría que sucediera. Distribuyan los poderes y dejen claros los límites de la práctica. Es la única manera de que el viaje sea satisfactorio para ambos. Y no dejen que el miedo sea más fuerte que las ganas”. Sofía sofia.acalantide@gmail.com …OTRO MUNDO ES POSIBLE…
por: sofia.acalantide - (
12 comentarios )
publicado en:
Arte y Cultura, Vida de hoy
con etiquetas:
variantes sexuales, spanking, nalgadas, disciplina doméstica "


Nota de Fer:


Vale la pena acudir al enlace y leer los comentarios directamente en su blog y agregar algunos desde nuestra Comunidad de spankos ya que algunos de los que comentan, seguramente con toda su buena fé, se hacen eco de forma muy directa de los prejuicios más arraigados en nuestra sociedad.


martes, 1 de mayo de 2007

¿Somos o no masoquistas? Ja ja ja ja ja ja!!!






Autora: Roxana

Hace poco en uno de los blog se dio una pequeña discusión sobre si somos o no somos masoquistas.

Acá quiero demostrar por qué las mujeres en general y las spankees mujeres en particular definitivamente somos masoquistas.

El día que nacemos nos dan nuestra primera nalgada, claro acá me dirán que eso también les pasa a los hombres, pero los médicos dicen que nosotras lloramos menos, o sea que de entrada nos gusta jajajajajaja,

Enseguida nuestros padres quieren demostrarle al mundo cuan nenas somos y… nos agujerean las orejas y nos cuelgan un bellísimo par de aritos.

Siguiendo en esa línea, en cuanto tenemos cuatro pelos locos o tres rulos indómitos, a nuestra mamá se le ocurre ponernos hebillitas con animalitos o nos ata el pelo con gomitas muy coloridas y ahí empiezan nuestros primeros tirones de pelo.

Ni que hablar de la época del jardín de infantes, cuando los piojos son epidemia y ya aparece el peine fino (un peine de metal de dientes muy finitos, muy juntitos y muy largos) con el que nos marcan el cuero cabelludo entre surcos y tirones para erradicar a nuestros más grandes enemigos.

En la época escolar empiezan a adiestrarnos en los tirones de orejas, las penitencias y los adorados rincones por cuadernos sucios, faltas de ortografía y malas notas.
Ya más grandecitas nos encontraremos con los primeros azotes a nuestros traseros, de diversas formas e intensidad y ahí descubrimos las primeras posiciones (sobre las rodillas de papá, agachadas delante de mamá, sobre la cama, corriendo por toda la casa, etc.,) y los primeros elementos (mano, chancleta, cinturón, etc.)

De golpe nos hicimos señoritas y todos festejaron nuestra entrada a la adultez, pero se olvidaron de avisarnos que llegaba de la mano de una molestia mensual obligatoria llena de malestares e incomodidades que encima, muchas veces nos iban a dejar alejadas de buenos y gratos momentos de placer.

Cuando somos adolescentes empezamos a flagelarnos solas cumpliendo con los mandatos de belleza de la sociedad, entonces nos hacemos la planchita, masacrándonos la cabeza entre el calor y los tirones, o nos hacemos los rulos con artefactos dolorosos durante horas, nos quemamos vivas y sufrimos los primeros desgarrones de nuestra inmaculada piel, para dejar sin un peloooooooooo todo nuestro cuerpo, incluso nuestra chucha (no saben como dueleeeeeeeeeeeee auchhhhhhh)

Y por culpa de ellos nos montamos arriba de los benditos tacos agujas que tanto les gustan y nos provocan unos horribles calambres en las pantorrillas o nos matamos a golpes arriba de unas plataformas maravillosas que le agregan diez centímetros a nuestra esbeltez.

Cuando llegamos al maravilloso momento que tanto esperamos, (bueno, digo en general) decidimos ser mamás!!! ¡Ja! y nos habían dicho que era tan espléndido el estado de preñez. Claro… nadie nos contó de las nauseas, la retención de líquido, la estreñez, la gordura, los dolores de cintura, y mucho menos de los dolores de las contracciones para parirlos, que los parió!!!!

Bueno ni que hablar de haber llegado hasta acá, aguantando a nuestros padres, nuestros hermanitos, nuestros abuelos y nuestros tíos, todo un mundo de afectos agobiantes y exigencias milenarias.


Y por supuesto las largas noches de llanto incontrolado, consolado solo por la mano de una buena amiga tan sufriente como nosotras, escuchando a nuestro cantante favorito, flagelándonos con el doloroso recuerdo de los momentos pasados con el muchachito ese que nos acaba de plantar por nuestra mejor amiga. ¡¡grrrrrrrrrrrrrrrrrr…!!

Y bueno hasta acá llegué yo, pero dicen que todavía me faltan algunas cositas más, como la menopausia, los calores, la osteoporosis, etc.

Si después de toda esta minuciosa descripción de lo que es ser mujer, no me aseguran que nacimos para ser masoquistas, entonces están leyendo otro blog.

lunes, 30 de abril de 2007

Pido permiso señores…


Autor: Ana K. Blanco


…Este Tango habla por mí
Y mi voz entre sus sones
Dirá por qué canto así…



Así recitaba Julio Sosa “el varón del tango”, esta bellísima letra. Y como él, hoy yo también tengo la necesidad de pedirles permiso para hablar un poquito de algo tan querido para mí: el tango. ¿Qué tiene que ver con el spanking? Pues… la verdad es que no mucho, por eso pido permiso y paso a explicarles...

El 19 de abril del 2007 se cumplieron los 90 años de “La Cumparsita”, el himno del tango, el más conocido, el más popular, el que se bailó en Hollywood y al más que se conoce internacionalmente. Este tango, concebido por el uruguayo Gerardo Matos Rodríguez y tan oriental como su autor, fue estrenado el 19 de abril de 1917. Sus acordes se oyeron por primera vez en el bar La Giralda, ubicado en la Plaza Independencia, en el mismo sitio que pocos años después se construiría el que fuera el edificio más alto de Latinoamérica por muchos años: el Palacio Salvo.

Ayer tuve la oportunidad de concurrir a un espectáculo llamado “Al compás de mi país”. Posiblemente a muchos de ustedes no les interesará este tema ni el tango, pero a los que sí les pueda interesar permítanme compartir mis vivencias. Porque fue toda una experiencia escuchar música de compositores como Eduardo Fabini y trasladarse con su “Estudio arpegiado” a la mitad del campo en una tarde de lluvia, o recordar el mar junto a los versos de Alfonsina Storni, sentir vibrar el teatro cuando se escucharon los primeros acordes de “La Cumparsita”, o reconocer el genio de Pintín Castellanos a través de “La puñalada” y de Villoldo en “El choclo”…

Escuchar los tangos clásicos como “Golondrinas”, “Naranjo en flor” o “Tinta roja”, oír el piano marcando el compás, el punteo de la guitarra, el bajo y por supuesto, no podían faltar los quejidos del bandoneón. Cuando a esto se le agrega un quinteto de cuerdas y salen dos parejas a bailar un “tango de mi flor”… los sentidos se agudizan, la retina quiere retener esas imágenes, el oído guarda los acordes para seguirlos disfrutando cuando las luces se vuelvan sombras y los sonidos queden flotando en el silencio. Las voces varoniles, con sabor arrabalero, con sentimiento profundo por lo cantado... todo un deleite para gozar en el momento y también después.

Y yo pensaba en el spanking, en cuántos “malevos” y “taitas” habrán sido spankers sin saberlo. Cuántas “minas”, “milonguitas” y “arrabaleras” habrán disfrutado de las nalgadas de su hombre sin tener idea alguna sobre esta afición que compartimos los que pertenecemos a los grupos o leemos blogs sobre el tema.

El tango también tiene su parte spanko. Hace como un año atrás se habló en el grupo de nalgadas y azotes sobre el tango “La toalla mojada”, que dice así:

LA TOALLA MOJADA
Letra de Edmundo Rivero
Música de Edmundo Rivero
Compuesto en 1969

Era un ambiente turbio de nocheras
cerca de la cañada.
había una milonga, El Chantecler,
alias Toalla Mojada.

Era un ambiente espeso de varones
sacadores de minas y malandras.
Había un tallador y lo llamaban
por nombre Aldo Saravia.

No había escruche, ni peca, ni a copera
que no diera mancada
y a la Chichi Toyufa la fajaba
con su toalla mojada.

Por eso era famosa esa milonga,
por ese Aldo Saravia,
tallador de la vida y de sus cosas,
por su pinta y su labia.

Nunca hubo shomería en sus acciones
ni taquero que sacara tajada,
cuando él incursionaba papelitos
sin darse la fajada.

Por eso me gustaba la milonga
de la Toalla Mojada,
porque estaba el ambiente que yo quiero
y el macho Aldo Saravia,
que le fajó hasta el nombre al Chantecler
con su Toalla Mojada.

Hoy les acerco otro tango que se llama “Mi papito”, cuya letra fue escrita por dos hombres pero merecía ser de una spankee:







MI PAPITO
Letra de Roberto Fontaina
Letra de Víctor Soliño
Música de David Estévez Martín
Compuesto en 1928
Fue grabado por Alberto Vila el 17 de febrero de 1928.

Mira, José, no seas otario.
No andes con vueltas y fajala,
que a la mujer que sale mala
pa' hacerla andar derecha
la biaba es lo mejor.
En cuanto le des cuatro gritos
y la trates de prepotencia,
palpitará la contundencia
y te dirá loca de amor:
"Yo quisiera que me casques pa'quererte,
mi papito,
mi papito;
yo quisiera que me dejes de ambulancia,
mi papito,
por favor.

Yo me meto cuando encuentro a un hombre fuerte;
si me casca
me enloquece,
pero en cambio no les doy beligerancia
a esos tipos que hablan de amor".

Yo, como vos, no me animaba..........(biaba)
pero la vida nos enseña.............(leña)
que la mujer es dura peña
que con palabras dulces
no se puede partir.
Yo no quería hacerme el malo.........(palo)
y ella pensó que yo era un "caso",
pero le di el primer tortazo
y con amor me dijo así.

Como siempre está de más aclarar que siempre hablamos de un juego consensuado como en este caso, dado que la “mina” le dice: “…yo quisiera que me casques pa’ quererte…” y también “…si me casca me enloquece”. ¿Sería spankee la mina?














Si buscamos un poco más veremos letras que aluden al castigo, como la que dice: “pasá nomás, no te achiques, no tengas miedo a la biaba…” y yo me imagino a la chica caminando con la cabeza baja y arrepentida por sus acciones (al menos eso le hacemos creer al spanker, no?).

El tango para mí es un baile altamente pasional y sensual. Todo lo que tiene que ver con esta música y los comienzos de este ritmo son apasionantes. El hecho de que se bailara entre hombres porque era un baile tan “sucio” y prohibido que ni siquiera las prostitutas se animaban a bailarlo, es algo que me llama poderosamente la atención. Y mi imaginación vuela hasta los arrabales e imagino que habría mucho abuso físico, sin duda, pero también flotaba en el ambiente esa carga de machismo, del hombre dominante y de la mujer que no sólo se dejaba sino que quería ser dominada. Sin los nombres que los conocemos hoy, pero ¿cuántos spankers, spankees, Amos, Señores, Dominantes y dominados habría en esa época? Quizás menos de los que podemos imaginar, pero la mente me indica que eran muchos y estaban felices de serlo. Y quizás por el ambiente y el propio entorno, no se escondían tanto como en la actualidad…

La música, queridos amigos, es algo que une y no necesita traducción. Una nalgada tampoco la necesita y también une a quien la da y a quien la recibe. Ojalá el spanking se convierta en algo más a compartir entre los pueblos del mundo y que como la música y tantas cosas más sirva para tender puentes de diálogo, no para cerrarlos.
Un saludo desde esta tierra oriental para todos spankers tangueros y “fajadores”.

viernes, 20 de abril de 2007

Oral chicos

Autor: Fer

Hay hombres a los que no les gusta la cerveza, otros que no les gusta la tortilla de patatas, pero que no les guste que se la chupen… debe haber muy pocos. A esta regla no escapamos los spankers, spankees y switchs del sexo masculino o – tal como están las cosas - sexo débil. Lo que no hemos podido averiguar es quién y cómo se descubrió la fellatio, pero como siempre internet tiene respuestas para todo, con lo cual hemos incluido una ilustración que recrea el momento (pre)histórico de su descubrimiento. Sin embargo estamos seguros que existe desde siempre.













Eso sí en materia de fellatio, existe el cariño pero también la técnica tiene su importancia.
El año pasado publicábamos un artículo sobre el cunnilingus llamado Oral Chicas, en él comentábamos algunos extremos del sexo oral y el spanking. Incluso recogíamos algunas recomendaciones técnicas.

Hoy vamos a tratar de hacer lo mismo pero con la fellatio, es decir el sexo oral aplicado a chicos o, dicho en palabras más toscas… bueno, hay mil expresiones para decirlo, imagina la que más te excite. Personalmente la expresión “mamada” no me disgusta.





Es cierto que bueno resulta que el spanker se consagre con mucho mimo y esmero al placer de la spankee después de una buena sesión de azotes. Pero, si retrocedemos en la escena de los azotes, todo comienza por caricias y mimos y puede derivar en sexo salvaje. El spanker en algún momento recibirá con gran agradecimiento este homenaje de la spankee cual es un maravilloso solo de flauta ejecutado con virtuosismo.

No vamos a agotar en este artículo todo lo que se puede escribir sobre este tema, que ha hecho correr ríos de semen, digo, de tinta. Muchas cosas de las que podemos aplicar a la fellatio son las mismas que aplicábamos al tema del cunnilingus, especialmente lo que se refiere a confianza entre ambas partes, higiene, prevención de enfermedades e intimidad entre ambas partes. Una mamada es un regalo que se recibe y nunca una obligación de la contraparte o un servicio en reciprocidad de otro anteriormente prestado.

Hemos de pensar que para muchas mujeres, por motivos educacionales, el hacer una mamada puede ser algo que les produzca desde simple aversión hasta repungnancia invencible. en estos casos se impone el no forzar nada.

En el tema fellatio se presenta, por motivos fisiológicos un dilema diferente al sexo oral practicado a chicas que es la hametliana pregunta de “tragar a no tragar”, cuyas respuestas resultan todas válidas pues es cuestión de sensibilidad individual.

Existe aún otra diferencia con el mundo de las chicas, que es la frontera más rígida que existe entre homosexualidad y heterosexualidad en la cultura masculina. Si en materia de chicas decíamos que otra chica lo puede hacer mejor que un hombre ¿se aplica estra reciprocidad a la fellatio? Es probable que, al igual que en el caso de las chicas, otro hombre fuese capaz de ejecutar una fellatio de una forma magistral, pero a la mayoría de los hombres hetero la idea no nos resulta ni siquiera cómoda. Debe ser cosa de nuestra educación.

Otro de los misterios que me gustaría conocer es qué pasa con las mamadas en el caso de una chica spanker que azota a un chico spankee o switch… ¿Alguien me lo puede aclarar?

En una gran parte de las imágenes sobre este tema que encontramos en internet, parecería la persona que proporciona la caricia oral está en una posición subordinada sobre la que la recibe. A mi criterio este es otro de los tópicos existentes, el confundir roles con prácticas. La fellatio es una práctica, nunca un rol. Me explico; si la spanker le ofrece a su spankee una buena mamada y los roles entre ellos tienen un matiz de sumisión del segundo a la primera, la fellatio no tiene por qué alterar el papel en el juego de cada uno de ellos.


Existen pocas cosas peores que una mamada mal hecha, tal vez es algo tan malo como salir por la noche y encontrarse las chicas frías y las cervezas calientes. Una mamada mal hecha es la antilujuria. También la actitud del hombre cuando recibe una mamada lo puede estopear todo. Si hemos visto mucho cine porno, no esperemos que nuestra spankee en la primera sesión practique las artes de Garganta Profunda, intentemos no forzar la cabeza de nuestra benefactora ya que podría tener la sensación de ahogarse y producir arcadas. Eso no es nada sexi. En resumen, ambas partes pueden estropear una experiencia muy placentera y convertirla en un mal trago, nunca mejor dicho, siendo poco empáticos y muy torpes.


Otro de los temas que siempre se discutirán es si una chica nace sabiendo hacer una mamada o es capaz de aprender a hacerla bien. Yo estoy convencido que hay chicas con la boca de terciopelo que han nacido sabiendo, las hay vocacionales que aprenden rápidamente y hay alumnas de lento aprendizaje. Es probable que también haya casos perdidos en que cualquier posibilidad de mejora es impensable. Yo he vivido un caso muy esperanzador que es de una spankee a la cual yo quiero mucho, pero que cuando la conocí no lo hacía bien. Como es inteligente y voluntariosa a la vez, se tomó mis sutiles críticas como un reto, se compró un libro El arte del sexo oral 1: la felación y, al cabo de un tiempo ha llegado a proporcionarme algunas de las mejores mamadas de mi vida. También yo le he dicho la delicadeza y la suavidad con que me gusta que se me acaricie, otros hombres tal vez necesitan un estímulo vigoroso, no es mi caso. Con este pequeño ejemplo personal quiero decir que la dedicación intelectual al aprendizaje de la técnica, unida al afán de superación y reto, conjugdos ambos elementos con una buena comunicación pueden revertir una situación previa no tan óptima.

Otro aspecto importante de falta de entendimiento entre los sexos es que un hombre después de una buena fellatio tal vez, por motivos de normal funcionamiento fisiológico y hormonal, lo que su cuerpo necesita es dormir un rato. El problema es que la mujer, que al ser más inteligente que el varón le da más vueltas a las cosas, interpreta esta caída fisiológica en un reparador sueño de bebé satisfecho, como una grave falta de romanticismo y de atención a su persona.

Algunos dicen que si el hombre tuviese un par de vértebras más y pudiese proporcionarse un autoservicio de mamadas, nuestra cultura, relación entre los sexos y forma de entender el mundo sería completamente diferente.

Realmente esto de la fellatio no es muy importante ya que como decía nuestro presidente norteamericano predilecto, Bill Clinton, "el sexo oral no es sexo".Aprovechamos para colocar un enlace sobre sexo tántrico sugerido por nuestra gran amiga la artífice.

Para terminar el artículo incluyo un texto ingenioso que hace varios años que está en internet escrito por una anónima que, sospecho, no es nuestra Anónima.




"Como chupar una polla con arte y salero", por anónima Chupar una polla a un hombre es uno de los más puros placeres en la vida. Es triste pensar que muchas mujeres no aprecian lo divertido que puede ser. La razón es que no saben cómo hacerlo correctamente y así no acaba por gustarles, porque si no lo haces correctamente, no conseguirás tu premio. La polla no se endurecerá, el hombre no pasará un buen rato y la mujer sentirá el fallo como propio. Pero no hay que tener miedo, es muy fácil aprender a ser una fabulosa chupadora de pollas, y yo voy a deciros como.



No tiene importancia el lugar que escojas, puede ser en casa, en la cama o aparcada en el Bulevar del Ocaso, pero busca todo el nivel de intimidad que necesites para sentirte relajada y cachonda. Para el propósito de este artículo, digamos que estás en un sofá, con un hombre que te gusta y sabes que a él le apetecería una buena mamada en este momento (siempre les apetece).



















Deslízate en el suelo entre sus piernas y abre su bragueta. Busca y palpa su polla. Si está caliente para ti, ya estará dura. Si es nervioso, puede estar aún doblada en sus calzoncillos. Mantén agarrada su polla con la mano, sube a su cara y bésale. Observa si puedes sentir una respuesta abajo. Cualquier movimiento es un buen signo.

Ahora sácale la polla y mira cómo está. Si está tiesa, lo estás haciendo bien, en otro caso, aquí está el que hacer: Sácale las pelotas. Si los pantalones están muy tirantes, bájalos. Ahora sujeta sus pelotas en la mano izquierda y la polla en la derecha. Apriétala poco a poco hacia abajo en dirección a la base del mango y disponte a chupar.

Recorre tu lengua sobre tus labios para tenerlos listos y húmedos, y mira la cara de tu hombre. El quiere mirar cómo le chupas. A los hombres les gusta mirar. Ahora abre tu boca ligeramente para atormentar y excitar a tu hombre y acércate junto a su polla. Respira en él, sóplale con tu aliento caliente. Saca tu lengua de nuevo y tócale, atorméntalo.

Asegurándote que tu lengua está goteante de humedad, comienza en la base de su mango y lame hacia arriba, lentamente. Gira tu cabeza de lado y simula morderle, suavemente colocando tus dientes en su carne. Humedécelo de nuevo con tu lengua y usa tu mano para esparcir el líquido alrededor si es necesario. Una polla húmeda se ve y suena más cachonda que una seca.

Tu izquierda entretanto estará tocando sus pelotas, quizás arañándolas ligeramente con tus uñas. Puedes también querer buscar debajo y detrás de las pelotas para encontrar ese área tan sensitiva justo antes del ano, o incluso pasar tus dedos sobre su agujero muy levemente. Ya que el músculo que causa la erección comienza ahí atrás, esto producirá una reacción en su polla.

Después que hayas lamido su mango un montón de veces y está todo húmedo y duro, tu hombre comenzará a retorcerse con frustración si no comienzas a tomarlo en serio. Una rápida mirada a su cara te hará saber cuando estás llevando las cosas demasiado lejos. Atormentar es bueno... hasta un punto.Un poco de experiencia chupando pollas te enseñará cuándo se ha alcanzado este punto. En uno de tus balanceos hacia arriba con su lengua, desde la base de su mástil al borde de su capullo, no te detengas.


Continúa tu larga, húmeda lamida sobre la punta de su polla, insistiendo en el agujero del centro. Mantén tu lengua en él, si puedes, pero no chupes su cabeza aún.Ahora recorre con tu lengua el borde de su capullo, por todo el contorno, haciendo frecuentes pases por la piel tierna encarada hacia tí. Aquí es donde la mayoría de los hombres son más sensibles. ¡Pero no todos los hombres! Hay una cosa que una buena chupadora de pollas tiene que aprender a hacer, tan pronto como estés cómoda, que es: Hacer preguntas. Cada hombre es único, y también su polla.

Estruja el mango y mira si brota un líquido claro. Si lo hace, baña tu lengua en él y espárcelo. Se extenderá contigo y parecerá fantásticamente erótico a tu compañero. Ahora, muestra como te gusta la sustancia.Acércate a la cabeza de la polla como si fuese un helado de crema de chocolate y mete todo el capullo en tu boca caliente. Mantéenlo allí.Escúchale gemir. Ahora baja rápidamente y mete tanta polla como pueda caber dentro de tu boca. No temas, no te ahogarás. Si doblas tu cuello de la manera correcta, puedes meterla limpiamente en tu garganta.
Permanece así, con la polla dentro de tu boca, durante un momento. Siéntela dentro de ti. Esto puede ser al menos tan exquisito como tenerla en tu conejito. Crece en tí.En este momento puedes hacer varias cosas. Esta es una de ellas:
Deslízala hacia atrás hasta el extremo de la polla y chasquea tu lengua contra ella. Tu hombre tendrá un hormigueo ahora, queriendo profundizar más en tu garganta. Pero no le dejes imponerse. Si lo hiciera, se iría en dos minutos y ¿esto es divertido? Moviéndote tan rápido como el pueda aguantar (no le dejes correrse aún), deslízate arriba y abajo por su polla como si estuvieras follándolo. Si está muy cerca de correrse, para, o al menos frena. Si no puedes introducirla hasta el final, puedes engañarlo un poco usando tu mano derecha para completar la sensación de tragártela a fondo. Parecerá como si la hubieses metido por completo en tu boca y hasta lo sentirá igual. Puede también deslizar tus dedos, moviéndolosen forma de O alrededor de su mango, arriba y abajo con el ritmo de su chupada.

Esta es otra cosa. Además de sólo meter la polla en la boca, puedes mamarla que es bastante diferente. Hay mamadas profundas y pequeñas y ambas sientan condenadamente bien. Tu hombre puede tener una preferencia, no obstante, así que observa sus reacciones.Tomando tan sólo el capullo en tu boca, mámalo como si fuera un pezón o un pajita. Esto le sienta tan bien al hombre, que me pone el conejo caliente tan sólo pensar en ello.

La otra mamada es larga, profunda, en la que tomas la polla completa y la mamas todo el tiempo hacia arriba como si fueras un aspirador y después abajo y lo haces de nuevo, mamando hacia abajo también.Aquí hay una cosa importante que saber: Cualquiera de estos movimientos sentirán bien las primeras pocas veces o más, pero tras un rato, es como si la polla se vuelve inmune al sentimiento. Cuando notes esto, es el momento de cambiar al siguiente juego. No querrás que la polla se vaya a dormir. La quieres constantemente estimulada, casi, pero sin llegar, al punto del orgasmo.

Que es justamente donde estamos ahora. Tienes una furiosa erección en tu mano derecha y unas pelotas algo tensas en tu izquierda. Échate atrás y obsérvalo, ¿no es bello? Lleva tu mano derecha a la base de la polla y aprieta allí. Esto provoca que el mango se llene y espese, y ahora el capullo estar brillante y suave. Continúa manteniendo la polla en tu boca, chupa y prueba todos tus movimientos variados hasta que sepas que el hombre no puede soportar más y va a dispararse.

Lo que hagas ahora es entre tú y tu amante. Personalmente, yo prefiero observar el disparo. Me proporciona imágenes para mis sueños húmedos y además, es emocionante ver la leche a borbotones. Es asombroso cuanta cosa sale y lo lejos que llega el disparo. Si quieres mirar, lo sentirás venir con su mano derecha y sabrás cuando apartarte. Puedes incluso intentar coger algo con tu lengua si eres rápida. Puedes querer tragarlo, algunas muchachas lo hacen, y a montones de chicos les gusta que se lo traguen. Ten cuidado de retroceder un poco cuando estalle o si no te atragantarás y esto no es muy romántico. Cógelo en tu boca, mantéenlo allí y después lo tragas.


Otra solución, y esta también es bonita, salvo que estés haciendo el amor donde no puedas ensuciar, es dejar los tibios, maravillosos jugos derramarse en tu boca y entonces deslizarlos alrededor de la ya húmeda polla. ¡La hace tan escurridiza y deliciosa de tocar! Querrás recorrerla con tus manos, sintiendo la polla dura hacia arriba, esparciendo la reluciente leche sobre el capullo. Esto también crea una estupenda imagen sensual, para tí y para tu hombre.Acabas de hacerle a tu hombre una mamada que no olvidará en la vidaCréeme, si sigues mis instrucciones, este tipo querrá saber más sobre ti. He oído a los hombres que una mujer entre cincuenta sabe cómo hacer una buena chupada. El resto actúa como si fuera un gran favor. Lo que es otro punto que debo remarcar. Si no te gusta chupar y has intentado aprender a que te guste y todavía no funciona, no te rindas. Quizás te guste con el tiempo. Los hombres dicen que las mujeres mayores son mejores chupadoras.
















Pero debo advertirte, hay un montón por ahí a las que nos gusta chupar y vamos a ser una dura competencia para las que sois tímidas. Conozco mujeres que incluso tienen orgasmos chupando pollas.Una nota final, esta vez para los hombres: No empujes. No hay nada más mortal que tener un hombre empujando tu cabezaahí abajo. Espera. Si ella estuviera dispuesta, se pondrá en ello, quizá no hasta la segunda vez que hagáis el amor. Y si le das tiempo, aprenderá a gustarle. Si a ella no le gusta, quizás si le guste a tu siguiente amante... "

sábado, 17 de febrero de 2007

Disfrutando de mi regalo


Autor: Tane

Este es mi regalo de San Valentín, un libro de relatos de spanking. Tiene varios elementos curiosos, por una parte, me lo regaló una amiga vainilla que conoce mis gustos, lo compró por Amazon. Esto quiere decir:

1.- Mis amigos son de lo más permisivos y comprensivos (o unos degenerados como yo o de alguna otra especie).
2.- El spanking se va normalizando, se puede comprar una publicación en Amazon, distribuidor de lo más generalista.

Por otra parte, me encanta la portada del libro, tiene el título bien clarito, "Naughty Spanking"-Azotes Traviesos (nadie se llevará a engaño pensando que compra un libro de cocina).

Los relatos son variados y los hay de todos los tipos, guarritos, escolares, chico-chica, chica-chica, etc.

Otra cosa que me encanta, es que figura el nombre de su editora, alto y claro, no se esconde en nicks ni pseudónimos y muchos de los autores también ponen su nombre, a este paso nos normalizaremos del todo.

Y ya el último detallito que me encanta, es que lo he dejado en mi mesilla durante varias semanas sin pensar en que lo iba a ver la asistenta...

Lo próximo será dejar algún "juguetito" a la vista.