lunes, 30 de abril de 2007

Pido permiso señores…


Autor: Ana K. Blanco


…Este Tango habla por mí
Y mi voz entre sus sones
Dirá por qué canto así…



Así recitaba Julio Sosa “el varón del tango”, esta bellísima letra. Y como él, hoy yo también tengo la necesidad de pedirles permiso para hablar un poquito de algo tan querido para mí: el tango. ¿Qué tiene que ver con el spanking? Pues… la verdad es que no mucho, por eso pido permiso y paso a explicarles...

El 19 de abril del 2007 se cumplieron los 90 años de “La Cumparsita”, el himno del tango, el más conocido, el más popular, el que se bailó en Hollywood y al más que se conoce internacionalmente. Este tango, concebido por el uruguayo Gerardo Matos Rodríguez y tan oriental como su autor, fue estrenado el 19 de abril de 1917. Sus acordes se oyeron por primera vez en el bar La Giralda, ubicado en la Plaza Independencia, en el mismo sitio que pocos años después se construiría el que fuera el edificio más alto de Latinoamérica por muchos años: el Palacio Salvo.

Ayer tuve la oportunidad de concurrir a un espectáculo llamado “Al compás de mi país”. Posiblemente a muchos de ustedes no les interesará este tema ni el tango, pero a los que sí les pueda interesar permítanme compartir mis vivencias. Porque fue toda una experiencia escuchar música de compositores como Eduardo Fabini y trasladarse con su “Estudio arpegiado” a la mitad del campo en una tarde de lluvia, o recordar el mar junto a los versos de Alfonsina Storni, sentir vibrar el teatro cuando se escucharon los primeros acordes de “La Cumparsita”, o reconocer el genio de Pintín Castellanos a través de “La puñalada” y de Villoldo en “El choclo”…

Escuchar los tangos clásicos como “Golondrinas”, “Naranjo en flor” o “Tinta roja”, oír el piano marcando el compás, el punteo de la guitarra, el bajo y por supuesto, no podían faltar los quejidos del bandoneón. Cuando a esto se le agrega un quinteto de cuerdas y salen dos parejas a bailar un “tango de mi flor”… los sentidos se agudizan, la retina quiere retener esas imágenes, el oído guarda los acordes para seguirlos disfrutando cuando las luces se vuelvan sombras y los sonidos queden flotando en el silencio. Las voces varoniles, con sabor arrabalero, con sentimiento profundo por lo cantado... todo un deleite para gozar en el momento y también después.

Y yo pensaba en el spanking, en cuántos “malevos” y “taitas” habrán sido spankers sin saberlo. Cuántas “minas”, “milonguitas” y “arrabaleras” habrán disfrutado de las nalgadas de su hombre sin tener idea alguna sobre esta afición que compartimos los que pertenecemos a los grupos o leemos blogs sobre el tema.

El tango también tiene su parte spanko. Hace como un año atrás se habló en el grupo de nalgadas y azotes sobre el tango “La toalla mojada”, que dice así:

LA TOALLA MOJADA
Letra de Edmundo Rivero
Música de Edmundo Rivero
Compuesto en 1969

Era un ambiente turbio de nocheras
cerca de la cañada.
había una milonga, El Chantecler,
alias Toalla Mojada.

Era un ambiente espeso de varones
sacadores de minas y malandras.
Había un tallador y lo llamaban
por nombre Aldo Saravia.

No había escruche, ni peca, ni a copera
que no diera mancada
y a la Chichi Toyufa la fajaba
con su toalla mojada.

Por eso era famosa esa milonga,
por ese Aldo Saravia,
tallador de la vida y de sus cosas,
por su pinta y su labia.

Nunca hubo shomería en sus acciones
ni taquero que sacara tajada,
cuando él incursionaba papelitos
sin darse la fajada.

Por eso me gustaba la milonga
de la Toalla Mojada,
porque estaba el ambiente que yo quiero
y el macho Aldo Saravia,
que le fajó hasta el nombre al Chantecler
con su Toalla Mojada.

Hoy les acerco otro tango que se llama “Mi papito”, cuya letra fue escrita por dos hombres pero merecía ser de una spankee:







MI PAPITO
Letra de Roberto Fontaina
Letra de Víctor Soliño
Música de David Estévez Martín
Compuesto en 1928
Fue grabado por Alberto Vila el 17 de febrero de 1928.

Mira, José, no seas otario.
No andes con vueltas y fajala,
que a la mujer que sale mala
pa' hacerla andar derecha
la biaba es lo mejor.
En cuanto le des cuatro gritos
y la trates de prepotencia,
palpitará la contundencia
y te dirá loca de amor:
"Yo quisiera que me casques pa'quererte,
mi papito,
mi papito;
yo quisiera que me dejes de ambulancia,
mi papito,
por favor.

Yo me meto cuando encuentro a un hombre fuerte;
si me casca
me enloquece,
pero en cambio no les doy beligerancia
a esos tipos que hablan de amor".

Yo, como vos, no me animaba..........(biaba)
pero la vida nos enseña.............(leña)
que la mujer es dura peña
que con palabras dulces
no se puede partir.
Yo no quería hacerme el malo.........(palo)
y ella pensó que yo era un "caso",
pero le di el primer tortazo
y con amor me dijo así.

Como siempre está de más aclarar que siempre hablamos de un juego consensuado como en este caso, dado que la “mina” le dice: “…yo quisiera que me casques pa’ quererte…” y también “…si me casca me enloquece”. ¿Sería spankee la mina?














Si buscamos un poco más veremos letras que aluden al castigo, como la que dice: “pasá nomás, no te achiques, no tengas miedo a la biaba…” y yo me imagino a la chica caminando con la cabeza baja y arrepentida por sus acciones (al menos eso le hacemos creer al spanker, no?).

El tango para mí es un baile altamente pasional y sensual. Todo lo que tiene que ver con esta música y los comienzos de este ritmo son apasionantes. El hecho de que se bailara entre hombres porque era un baile tan “sucio” y prohibido que ni siquiera las prostitutas se animaban a bailarlo, es algo que me llama poderosamente la atención. Y mi imaginación vuela hasta los arrabales e imagino que habría mucho abuso físico, sin duda, pero también flotaba en el ambiente esa carga de machismo, del hombre dominante y de la mujer que no sólo se dejaba sino que quería ser dominada. Sin los nombres que los conocemos hoy, pero ¿cuántos spankers, spankees, Amos, Señores, Dominantes y dominados habría en esa época? Quizás menos de los que podemos imaginar, pero la mente me indica que eran muchos y estaban felices de serlo. Y quizás por el ambiente y el propio entorno, no se escondían tanto como en la actualidad…

La música, queridos amigos, es algo que une y no necesita traducción. Una nalgada tampoco la necesita y también une a quien la da y a quien la recibe. Ojalá el spanking se convierta en algo más a compartir entre los pueblos del mundo y que como la música y tantas cosas más sirva para tender puentes de diálogo, no para cerrarlos.
Un saludo desde esta tierra oriental para todos spankers tangueros y “fajadores”.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué gran acierto traer el tango al mundo spanko. Son artes paralelas. El tango tiene cadencia, dramatismo, mucho sexo, ritmo, poesía, sufrimiento, ternura, audacia y es marginal, prohibido, pecaminoso, prohibido para las señoritas de la buena sociedad (que por otra parte les encanta)... y el spanking: igual.

Anónimo dijo...

Que grande lo tuyo amiga de mi alma, tu articulo de hoy no tiene desperdicio, no solo porque el tango es nuestra pasion, sino porque aunaste nuestras dos pasiones en el mism tema.
Un acierto las letras elegidas, no podria haber sido mejores.
Felicitaciones!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Felicidades por el post Ana K. aquí tienes otra rendida al tango a quien le ha encantado leerte.

Mucha pasión y mucho sentimiento, seguro que a una gran amiga que anda perdida últimamente también le va a encantar, su primer spanking fue a ritmo de tango.

Besos.

Anónimo dijo...

Gracias a los tres!!
Ustedes conocen mi pasión por este ritmo y me pareció una buena oportunidad para juntar, como dice Xana, mis dos pasiones: el tango y el spanking.
Un beso grande para cada uno...

Ana K.