viernes, 28 de abril de 2006

Prendas (femeninas) horribles



Autor: Fer

¿Quieres, querida spankee, finalizar esa relación con ese spanker que ya no te emociona? Es muy fácil, te compras una falda-pantalón y simplemente te la pones.

Hay ropa que está hecha por el enemigo y la falda-pantalón es su buque insignia. Algunas de estas prendas son de uso tan extendido como pernicioso para la líbido. Los medias-panty son otro de los horrores de la industria que solo existen desde los años 60, es decir la humanidad ha vivido la mayor parte de su historia sin esos matapasiones habiéndose amado y reproducido adecuadamente.

Para un spanker las medias-panty son simplemente una ofensa, un sutil mensaje que con esa spankee ya no tienes nada que hacer... ¡se acabó!

La dictadura de la moda lo intenta una y otra vez, intenta siempre reintroducir alguna de estas modas asesinas de la lujuria, he podido fotografiar este mismo año una de esas prendas que es como una falda pantalón, pero como inflada. En suma algo terrible, verdaderamente desanimador.

Las mujeres más guapas y perfectas cuando visten estas prendas pasan a ser seres anodinos, asexuados o incluso antisexo. Para las mujeres normales, de carne y hueso este tipo de ropa es simplemente una negación de su identidad sexual, de su feminidad hasta del feminismo... ya que generan un género imposible que es algo así como la sub-mujer.

Tú eres amiga mía, te lo digo muy en serio, corre a tu armario y destruye las faldas pantalón y similares, tira todas las medias-panty que tengas y cómprate faldas de tubo, microfaldas, faldas normales y medias hasta la zona alta de tus muslos. No hace falta ligueros, existen grandes inventos de la industria basados en la silicona para lograr que las medias permanezcan en su lugar.

Y si eres un hombre y ves que tu mujer tiene una de esas prendas, comienza a hacer la maleta y vete a vivir a casa de tu amante sin dilación, si no tienes amante vete al menos a casa de tu madre o de un amigo... pero pon tierra por medio, tu sexualidad está en riesgo.

jueves, 27 de abril de 2006

Yo… ya de pequeña… luego, más tarde, de adolescente…


Autor: Fer

Muchas spankees nos confiesan que anhelan los azotes desde el mismo momento de su nacimiento, o antes ya que las hay que reivindican un claro componente genético.

Pero muchas insisten en una biografía poblada de azotes imaginados y deseados, de vívidas imágenes en las que, en los momentos de máxima explosión hormonal adolescente, se veían eróticamente castigadas por profesores, profesoras, parientes y el chico guapo del 5º 2ª. Esos momentos de exaltación iban acompañados en muchas ocasiones por crisis relacionales con el resto de la humanidad, seguramente incomprensibles para padres, hermanos y educadores. Momentos de negación, rebeldía, rencilla con el mundo y aislamiento. Si la spankee lograba tener momentos de soledad íntima tal vez se entregaba a salvajes rituales de imaginación acompañados de masturbaciones paroxísticas y, en los casos más audaces, autoflagelación.

Las historias de las spankees hasta llegar a realizar sus fantasías y disfrutar de ellas sin culpa alguna son largos caminos de secretos, dudas, culpabilidades, preguntas sin respuesta y frustración, mucha frustración sólo aliviada por el acogedor refugio de un mundo interior imaginario lleno de azotes.

Evidentemente la formación del carácter ya respondía a estas inclinaciones eróticas, como escribimos en otros artículos no existe una tipología universal de la spankee… pero que hay muchos rasgos comunes, haylos.

He de confesar ¿seré un pervertido? que, muchas veces miro a las jovencitas, universitarias e incluso a las jóvenes mamás y trato de escrutar signos de criptospankee, algunas veces creo leerlos en algo de sus actitudes, de su comportamiento o incluso de su estética, pero es muy probable que me equivoque, las spankees son como los Pimientos de Padrón (pimientos de una región de Galicia que tienen como principal característica que unos pican y otros no, sin llegar a saber jamás por su aspecto cual picará y cual no) y muy probablemente mi mirada inquisitiva y mis cavilaciones calenturientas solo sean, una vez más, proyección de mis fantasmas.

Pero que no ocurra como algún encuentro que he tenido con alguna spankee (adulta, eso sí) que ha partido no de Internet sino de sacar el tema de los azotes “inocentemente” en una conversación en un entorno social y festivo.

Los spankos, eso sí, somos más numerosos de lo que creemos…

Todo esto es muy bonito y muy excitante, aunque políticamente hemos de adscribirlo al capítulo de la sórdida represión social ejercida sobre la sexualidad femenina. A veces toda esta vida subterránea surge a la superficie después de muchas décadas de contención, incluso de matrimonios sexualmente anodinos en donde la spankee no obtenía lo que sus deseos esperaban o incluso, a la primera insinuación, era tratada de “enferma”… mi deseo en esta primavera “llena de luz, de alegría y de riqueza”[1] es que las spankees (y también los spankers) lleven a cabo sus divertidas fantasías en cuanto en su interior sientan el cálido, profundo y ronco llamado de los azotes.

[1] Si no me equivoco esta frase es un homenaje a Antonio Machado ahora que se ha conmemorado ¾ de siglo de la proclamación de la Segunda República Española ... en su exaltación soriana... "que el sol de España os llenede alegría, de luz y de riqueza!"

viernes, 21 de abril de 2006

¿Es ella?


Autor: Fer

He encontrado esta foto el la red, como soy un pésimo fisonomista pido la ayuda de los lectores para determinar si realmente es ella, Condolezza Rice. Sí, la Dra. Rice, nacida en Birmingham, Alabama, en 1954 y hoy en día convertida en Secretaria de Estado de EEUU.

Carita de spanker sí tiene esta esforzada mujer, cuyo nombre se baraja como contrincante de Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de 2008. Ella es una chica fantástica ya que es mujer, negra y de origen socioeconómico humilde, por lo cual puede ser de derechas sin complejos, que caray. Es como un amigo mío que es rico y de “buena cuna” y es comunista perdido... así debe ser. Es cierto que desde que es Secretaria de Estado está más modosita políticamente hablando.

En todo caso su expresión hace pensar en una mujer muy estricta, que sabe perfectamente como quiere que ocurran las cosas y cuando algo se tuerce, alguien la paga... y si no, a Guantánamo.

De cómo dos extremos, se encuentran en el centro.


Autora: Elvira

Es interesante el conocer las historias de cómo nos dimos cuenta de nuestra afición al spanking, y he leído muchas y muy diversas… sin embargo también puede resultar interesante el saber cómo los dos polos de un binomio se encuentran en el mundo.

Hace ya tiempo, visitando a unos buenos amigos vainillas, conocí a un hombre que me pareció interesante porque su profesión me parece muy rica en experiencias… es técnico en cine… sí, técnico en cine… se dedica al estudio de la cinematografía y, trabaja como editor de películas. Y, así lo conocí y así nos conocimos, cenando en casa de los amigos vainillas.

Guillermo, de nombre, aunque Willy de manera coloquial, porque estudió en Estados Unidos y ya sabemos cómo los gringos deforman los nombres tan bellos como William o Guillermo (en español). Así pues, Willy es y será, para quienes lo conocemos.

Habían pasado un par de años y un día, hará seis meses, estaba yo en una librería, ojeando un libro que contenía bellísimas réplicas de pinturas muy poco conocidas, aunque no menos hermosas… me atrajo una en especial, porque era una composición sobre payasos, que incluía una deliciosa escena donde el spanking era el protagonista.

Como todos ustedes se imaginarán… estaba absorta mirando la escena, cuando sentí su respiración sobre mi hombro; por supuesto que mis ojos buscaron al dueño de semejante y atrevida acción… ¿quién osaba respirar junto a mi oreja?, ¿quién se creía que era para tal osadía?... y al voltear la cabeza, me quedé petrificada… frente a mis ojos estaban los risueños ojos de Willy, de aquel interesante técnico en cine, que conocí años atrás en casa de mis amigos vainillas. Fue todo tan rápido que, aún no lo recuerdo más que a pedazos… pero si me quedó muy claro que teníamos una complicidad… por una sola frase que me dijo, muy quedo… “Jovencita, el ver escenas impropias para ti, te ha hecho merecedora de una buena azotaína sobre mis rodillas”.

Desde ese día, he vuelto a buscar el tomo y no lo he vuelto a ver… si alguien sabe el nombre de la pintura y del autor… por favor… díganmelo, por favor, por favor, porque es el responsable de que dos polos de un binomio, se encontraran una tarde junto a un anaquel de librería.

sábado, 15 de abril de 2006

¡Hay que ver como está el servicio!


Autor: Fer

Muchas veces tendemos a analizar de forma muy simplista las relaciones laborales, tomando de forma irreflexiva una postura pro operario, en ocasiones no justificada en los hechos.

Creo interesante revisar un poco estos criterios y analizar diversos sectores laborales tales como el servicio de limpieza, secretarias, azafatas y enfermeras. Comencemos por las “Kely” (acrónimo de las Que-Limpian)

Hoy hablaremos de las chicas de hacer faenas o asistentas, llamadas tan propiamente “mucamas” en el Río de la Plata y más crudamente “sirvientas” en otros países y cariñosamente, en un estilo familiar no exento de clasismo: “chachas”. En los hoteles suelen ser “Camareras de Planta”, con sus tradicionales uniformes negros con delantal blanco.

Imaginemos el Gran Hotel con muchas plantas, en el cual trabajan muchas chicas para tener siempre todo a punto para los clientes más exigentes. Es bien cierto que muchas de ellas son cumplidoras, rápidas y discretas. Cumplen debidamente por un salario más bien bajo y algunas veces en horarios que implican incomodidad y falta de confort laboral. Sin embargo, muchas de ellas son negligentes y no llevan a cabo su tarea de forma escrupulosa y diligente, a veces pierden el tiempo charlando con las compañeras o hablando por su teléfono móvil, en demasiadas ocasiones son respondonas, se acortan la faldita del uniforme, se prueban las ropas de las señoras que encuentran en las habitaciones y usan su maquillaje, son irresponsables o no son concienzudas en su trabajo.

Algunas veces la señora de la Suite de la planta 12 ha solicitado algunos servicios especiales a la asistenta en cuanto su marido se ha ido a sus reuniones de negocios y eso ha causado una distracción de sus obligaciones, pero en este caso está justificada pues el Gran Hotel tiene como máximo credo la integral satisfacción de sus Clientes. La Camarera de Planta ha pasado toda la mañana trabajando en la suite.

Por suerte para eso están las Gobernantas, esas mujeres adustas, estrictas e imbuidas de los principios eternos del trabajo bien hecho. Las Gobernantas, en los hoteles y otros establecimientos, tienen a su cargo a las chicas de servicio y algunas veces tienen que emplearse a fondo en su disciplina como nos demuestran estas magníficas ilustraciones cuya fuente ignoramos. Las Gobernantas estrictas sí saben como tratar a estas chicas. Pero cuando estos castigos no son suficientes, es muy provechoso que mantengan una entrevista con el Jefe o Jefa de Personal…

Y si a alguien le queda un atisbo de mala conciencia, os diré que, según cuentan las malas lenguas, el mismísimo Karl Marx azotaba a su criada.

Siempre provocando

Autor: Fer

Las spankees tienen una gran biodiversidad. No se las puede agrupar en una única familia, en un único tipo… esto sería simplificar las cosas, hay tantos tipos de spankees como chicas spankees existen. Los estereotipos, ya nos lo han advertido gravemente los sociólogos del tercio final del siglo pasado, no son otra cosa que una forma simplificada de pensamiento, un simplismo reduccionista y carente de todo análisis inteligente.



Sin embargo el agrupar la complejidad perceptiva en categorías es uno de los mecanismo mentales que permite que nuestra capacidad analítica no nos vuelva locos o no nos lleve a “la parálisis por el análisis”, por lo tanto tendemos a poner la realidad en pequeñas casillas a las cuales ponemos un rótulo y nos quedamos tan contentos. Es algo muy humano.

De todas formas, sin caer en el esterotipo fácil, los que empleamos mucho tiempo en estrujar la neurona para entender a las spankees, al final encontramos algunos rasgos y conductas que les son más o menos comunes a todas. La más evidente de estas conductas es la permanente provocación, que para engañarnos y despistarnos puede adoptar muy diversas formas.



Sería interminable intentar escribir aquí una lista de las tácticas y modos como la spankee lleva a cabo sus constantes provocaciones. Realmente sería una tarea titánica ya que habría de construirse una enciclopedia interactiva de la provocación.


Basten algunos ejemplos ilustrativos basados en mi modesta experiencia. Formas de provocación son el consumo de tabaco, alcohol u otras sustancias tóxicas cuando se les ha advertido en repetidas ocasiones lo perjudiciales que resultan para la salud y lo feo que resulta que una señorita esté bebiendo copazos de coñac y fumando pitillo tras pitillo en lugares públicos.

Por supuesto, las muestras de independencia y desenvoltura rayanas en el desplante, son una de sus manifestaciones favoritas. Este estilo intempestivo y altanero de demostrar y sobreactuar su personal autonomía es una constante en muchas de ellas, que necesitan de estas reafirmaciones de cuando en cuando.

El exhibicionismo y la provocación erótica a cuanto hombre se les aproxima, siempre haciéndolo saber al spanker.

El incumplimiento de deberes, obligaciones y tareas no agradables. El ceder a la desidia y a la negligencia, ingeniándoselas para que el concienzudo spanker tome buena nota de ello.

Un capítulo específico merece sus incumplimientos a las visitas médicas anuales con su ginecólogo, dentista, oculista, etc. Estas son de las que a mi me enervan ya que creo que el cuidado de la salud es esencial.

Luego están los incumplimientos de objetivos que se han marcado en sus momentos de buen raciocinio, estos pueden ser familiares, profesionales, económicos o de combatir malos hábitos.

Otra forma de provocación son los ataques estrogénicos de demanda emocional intempestiva que suelen aturdir y confundir la placidez del spanker austero. Después de etapas de indiferencia emocional, un día sin saber por qué la spankee reclama afecto, atención, cariño y lo hace con exigencia y reproche. Es un verdadero drama que monta la spankee que si no se liquida con una buena azotaina, puede llegar a traumatizar al pobre spanker.

Los excesos en el vestir, el abrazar causas sociales, como la defensa de animalitos o el comercio justo, hasta extremos inenarrables, los ataques de cursilería (endémicos en Navidades y primavera), el exceso de emoticones en sus comunicaciones electrónicas.

Y, en spankees de estilos más deportivos, la desaprensión consistente en una conducción temeraria los excesos aeróbicos en clases de GAP (¡Glúteos Abdomen y Piernas, juro que no me lo invento!) o las salidas ruidosas con sus amigas, con las cuales mantienen una forma de relacionarse muy adolescente.

Todos estos actos de deliberada provocación de la spankee, sea cual sea su estilo, edad, condición, nacionalidad o historia personal, solo tienen un efecto… van actuando como gotas de agua que van llenando el vaso de la paciencia del spanker que al final, la última gota colma y desborda el recipiente y acaban en otk severamente zurradas. Luego, como si todo esto hubiese sido poco alegan que si “el spanker es un gruñón y un amargado”, que si “el spanker no tiene paciencia”, etc.

Vosotras seguid provocando…

Blogeando: hoy “Salidas de Emergencia”




Autor: Fer

Es un blog fresco y original. Lo escriben cuatro blogeras divertidas y naturales: Lilith, Laceci, Lacrizti, Luces y Susana. Es un blog muy visitado y los artículos reciben muchos comentarios.

Esta misma semana Miriam, que escribe el excelente blog Yo Puta, del cual soy asiduo visitante, publica un artículo sobre Salidas de Emergencia.

Algunos artículos de este entretenido y erótico blog son muy ocurrentes como en el que celebran el primer año de su bitácora, al cual denominan con propiedad como un Club de Lujuria ¡qué bonito! Y en donde tienen la idea de postear fotos de la lencería de las escritoras y de lectoras con las que ilustro este artículo.

La pena es que ninguna de ellas explore (o al menos no lo he sabido encontrar) el tema de los azotes eróticos que tanto nos gustan a los que escribimos y leemos este blog...

viernes, 14 de abril de 2006

La Oficina de Reclutamiento

Autora: Tane
Pues sí, ahí la veis, me la encontré en un avanzado país, una auténtica oficina de reclutamiento para spankees.
En la puerta, y velado su semblante se ve a una, miraba disimuladamente a ambos lados de la calle a ver si se le unían más colegas de desventuras. Pero debía ser mala hora para las spankees, sólo estaba ella y parecía que le faltaba decisión para entrar.

Tendría que haber entrado para completar el documento y ver qué requisitos se exigían a las candidatas pero me faltó el valor necesario, acababa de pasar por la de reclutamiento de spankers y todos me habían parecido recios hombres, aguerridos y avezados spankers del norte.

Aún me pregunto quién haría la selección de candidatas, ¿otra spankee, ¿un spanker? ¿un tribunal formado por spankees y spankers?

Definitivamente, debería haber entrado y averiguar todo esto, ahora nos quedaremos con la duda.

jueves, 13 de abril de 2006

¿Muerte del tanga?


Autor: Fer

La culotte amenaza de muerte al tanga. Es posible que en un par de temporadas el tanga sea algo obsoleto y más propio de consumidoras despistadas o anti-sistema.

Me preocupa como spanker algo fetichista esta agonía del tanga, después de un sorprendente reinado de casi una década, parece estar entrando en sus horas bajas.

¿Qué piensa el spanker que suscribe sobre el tanga? El tanga, esa pequeña prenda con nombre que evoca el África salvaje… a la cual, en sus casos más extremos, los brasileños con su habitual despreocupación y naturalidad apodaron “hilo dental”.



Bien, es algo complicado de centrar, pese a que se centra a la perfección entre ambas nalgas. En primer lugar le tengo estrictamente prohibido su uso a mis pupilas, pienso que es – en un típico razonamiento de doble moral propio del spanker – una prenda rayana en la inmoralidad más absoluta. No olvidemos que el spanker que suscribe comenzó sus correrías en la década de los setenta, la década “sin” (sin sujetador, sin sida, sin dinero, sin maquillaje… sin) y en aquel entonces los tangas y depilados genitales estaban restringidos solo a las muy muy golfas o a las decididamente profesionales.

La moda del tanga, se extendió en los años noventa con la fuerza de una auténtica revolución que en sus momento más furiosos combinó perversamente el tanga con el pantalón o falda sin cinturón y de tiro bajo, moda de origen carcelario (a los reclusos no les dejan poseer algo tan útil como un cinturón) de tal modo que la uve, ve corta o ve baja del tanga, sobresaliese por encima de la cinturilla. Incluso en Francia se prohibió en los liceos, centros de enseñanza secundaria, hablándose por aquel momento de reinstaurar el perverso uniforme de colegiala.


Lo que, contra todo pronóstico, ocurrió fue que el tanga se extendió a la práctica totalidad de las mujeres, incluso a las que militan en las Juventudes del Partido Popular, que me encantan con sus rubias y caras mechas de peluquería dos veces a la semana. Lo insólito del caso – insito - es que el tanga lo llevaron y lo llevan, nos sólo con total naturalidad sino con un cierto afán exhibicionista, mujeres y chicas que no encajaban en el perfil que mi rígida mente de spanker atribuía a una portadora de tal prenda.

Yo aún me sigo preguntando si es cómodo ¿lo será? Si llega a ser tan confortable como unas buenas braguitas de algodón blanco que sin ser como las de Britget Jones sean completas. También el tanga ha tenido algo de la terrible tiranía, peor que la de un spanker, que la sociedad somete a las mujeres respecto a su edad y cuerpo ya que casi ninguna mujer considera el poseer una anatomía suficientemente adecuada al lucimiento del tanga. Según el terrible imaginario que se ha ido introduciendo en las mentes femeninas, a la que no le sobra, le falta. Decididamente no es la prenda más favorecedora ni elegante para un cuerpo normal que no se someta a 43 horas semanales de gimnasio poseyendo también y de forma natural unos genes de excepción, es decir lo que excluye al 98,67 % de las mujeres.

Como spanker el hecho de descubrir a una spankee con un tanga es un agravante que promete una azotaina más estricta por desacato y descoque en el vestir, por otra parte, siendo prácticos, hay que reconocer que la minúscula prenda permite el azote sin quitar las bragas. He de confesar que a veces me excita mucho el encontrarme un tanguita bajo los tejanos o al levantar la faldita… pero lo disimulo.



La industria de la moda es cambiante y tiránica, lo que hoy es in mañana es out y no hay vuelta de hoja. Ahora el descocado tanga atraviesa horas bajas y siempre, en el fondo soy un sentimental, me he sentido inclinado por el débil o el perdedor. Al parecer los cerebros de la lencería están dispuestos a sustituir el tanga por unas pequeñas y ceñidas bragas tipo culotte, de colores vivos y confeccionadas en microfibra que imitan el encaje natural. Son más favorecedoras, que dirían las madres, pero – de momento – mucho menos provocativas. Estas culottes ya han comenzado lenta, pero inexorablemente, a conquistar no sé si el mercado, pero si los mercadillos.

Algunos teóricos de la sociedad han relacionado ciertas modas femeninas con los ciclos de la economía, por ejemplo la falda larga se asocia a ciclos más lentos de crecimiento económico incluso etapas de recesión, mientras que la minifalda se relaciona más a los ciclos alcistas y de fuerte tirón del conjunto de la economía. ¿Marcará un cambio de ciclo el relevo del tanga por la culotte?

¿Quedará el tanga desterrado para siempre? El tanga ha ofrecido a nuestras retinas algunas de las imágenes más alucinantes de las nalgas femeninas, algunas de ellas muy difíciles de superar, por lo que creo que es hora de rendirle un sentido homenaje.



Pero más allá de la tanga-nostalgia, miremos hacia delante ¿Qué pasará? ¿El tanga será inhumado en un oscuro cajón del armario? ¿Vencerá la culotte? ¿Cómo se las ingeniarán para que se las veamos?

martes, 11 de abril de 2006

Imágenes de primavera


Autor: Fer

En la libidinosa retina del spanker se imprimen con la fuerza de la luz renovada maravillosas imágenes de primavera.

De acuerdo, vale, es cierto que para un spanker refunfuñón la primavera es una época del año que se inicia con una adelanto administrativo de una hora que provoca todo tipo de trastornos sobre el delicado reloj biológico, conocido como circadiano, de los humanos y requiere cambiar todos los relojes de la casa y coche.

Sin duda la famosa primavera se trata de una estación caracterizada por sus cambios de tiempo bruscos, que causan todo tipo de resfriados y serias dudas en la selección de prendas de vestir. Todo ello por no hablar de las inevitables alergias que el despertar de la vida sexual de las plantas, tan generalizada como impúdica con su polen flotando en cada metro cúbico de aire, inflingen en personas sensibles, como solemos ser los spankers.

También la primavera ha generado una iconografía y una lírica de lo más cursi, incitada desde la educación básica por jóvenes maestras que se sienten de golpe alteradas por los cambios climatológicos. Muchas spankees se adhieren sin miramientos a esta cursilería un poco clueca, cosa que detesto y adoro a un tiempo. Detesto desde mi concepción del universo y de su orden natural y adoro desde mi posición de spanker que no solo, de vez en cuando, debe tener algún motivo para azotar a gusto sino que la cursilería es un agravante de cualquier causa justificada o no de azotes.



Sin embargo, hay que reconocer que es muy agradable, después del austero invierno, ver como los días se alargan, como van subiendo las temperaturas y el mundo es más luminoso. También la primavera genera múltiples imágenes muy sugerentes para todo spanker de ojo avizor. Las chicas, con temeridad meteorológica, sacan del armario unas minúsculas camisetitas de tirantes que ya habíamos olvidado que existían, aunque aún se produce un curioso mestizaje con las sobrias y oscuras prendas de invierno.

Es precisamente esa combinación de prendas la que, en las playas, adorna exquisitamente a sus portadoras que pueden llevar unas gruesas medias tipo leotardo combinadas con los tirantitos, todo ello con una piel de blancura alabastrina. Ellas levantan un poco sus faldas para tomar el sol en sus piernas invernales. O desabrochar la blusa. Algunas veces es una pareja que medio vestida de invierno y habiéndose quitado ella alguna prenda estratégica retozan descuidadamente en la playa ofreciendo un espectáculo sin par.



Todas estas imágenes despiertan al spanker del letargo invernal y le recuerdan que el mundo está lleno de dulces anatomías glúteas que podrían ser objeto de su corrección de forma real o imaginaria, ¡qué más da!

Caminares


Autor: Fer

Hay caminares que matan, hay caminares que enloquecen… hay caminares que ponen de relieve culos poéticos, mayestáticos, apoteósicos, maravillosos… todo para la rica imaginación del spanker.

Muy probablemente sus dueñas no sean spankees, es una lástima. O sean spankees y no se atrevan a reconocerlo ellas mismas. O bien sean spankees que aún no se deciden a poner en práctica sus fantasías. Las frías estadísticas nos dicen que lo más probable es lo primero. ¿No son spankees porque no lo han probado? Bueno, tal vez son spankers, esto llevaría al spanker a la vieja situación del “cazador cazado” o como dice una gran amiga “perro no come perro”.

Siempre nos queda el pensar en el sexo anal… según las estadísticas, aquí no son tan frías, tres de cada siete mujeres lo practican. Aquí ya nos acercamos más o – mejor aún - el coito a tergo, dicho de otra forma el follar a lo perrito, ese sí es mucho más popular posiblemente 6 de cada 7 lo ha hecho de esta manera alguna vez, aunque sea ayudada por unas copas de cava catalán. La cosa es que tan espléndidos traseros no estén en el mundo solo para hacer girar la calenturienta mente del spanker.

Pero así como los periodistas piensan que “la verdad no te vaya a estropear una buena noticia” los spankers pensamos "que la realidad no estropee lo que imaginamos detrás de unos ágiles, majestuosos y sensuales caminares femeninos”.

sábado, 8 de abril de 2006

Clip musical de azotes



Autor: Fer

El mundo spanko, si bien carece de un himno oficial, tiene un clip musical que le está dedicado. La pieza musical en cuestión, lanzada el año 2004, se llama "Hear my Name y su autor es Armand van Helden.

Armand es un artista, bostoniano de nacimiento aunque recriado en bases aéreas estadounidenses a las cuales fue destinado su padre en Italia y Turquía.

Su fuerte principal es la música house cuya iniciación y primeras experiencias fueron las pistas de baile, en las que trabajó como DJ y siempre su música ha sido muy rítmica y poco complicada.



Si la cara es el espejo del alma, el amigo Armand tiene un alma de spanker de las legítimas. ¿O no?



Recomiendo el simpático clip musical, te va a gustar.

viernes, 7 de abril de 2006

Bondage

Autor: Fer

Me gusta que la spankee sea sumisa en algún momento del proceso, tal vez en más de uno. Esto resulta contradictorio con mi gusto por la rebeldía de la spankee.

Voy a tratar de explicarme. Me gusta discutir, luchar, tener que imponerme... pero me gusta que en un momento dado la spankee ceda y se someta al castigo, más o menos justo, que le estoy aplicando.

Tengo la fantasía de inmovilizar completamente a la spankee, por eso he pensado en el bondage. Bondage es lo que me viene a la mente, esta bonita y redonda palabra inglesa, que quiere decir escalvitud y proviene de bond que es vínculo o lazo. Sin embargo, en estos casos, siempre es importante ser consciente de las propias limitaciones; no soy un marinero, es más, me podría llegar a marear en el estanque de El Retiro de Madrid. Por otra parte voy a confesar que, pese a que soy ya algo talludito, no sé atarme bien los nudos de los cordones de mis zapatos. Por lo tanto el mundo del nudo y la atadura se me da pésimo. A duras penas me ato el albornoz al salir de la ducha.



Ante ese panorama pienso que no es prudente que ate a la spankee para que ésta pueda recibir su merecido inmovilizada y así cumplir con una fantasía del spanker que suscribe.

¿Soluciones? Bueno, no soy muy optimista, pero dicen que siempre existen salidas o apaños. Se me ocurre adquirir en una tienda especializada unas sujeciones que no requieran anudar. O contar con la ayuda de otro u otra spanker, más hábil en el arta de atar, para tener por fin una sesión de spanking que incluya la inmovilización de la spankee.

jueves, 6 de abril de 2006

Blogeando: hoy "The Collar Purple"


Autor: Fer

Un excelente blog de spanking con un año y medio de existencia, que, pese al título y la oscuridad gráfica más cercana a la estética bdsm, está lleno de divertidas imágenes de spanking en el mundo de los comics, monitos o caricaturas.

El subtítulo del blog adelanta un poco el contenido “Spanking Art and Commentary by The Boss and Invidia”, creo que vale la pena ver el enlace de los dibujos de Invidia.

Además cuenta con enlaces actualizados a los mejores blogs de lengua inglesa, que ya tienen un alto nivel de especialización. Por ejemplo hay alguno dedicado al spanking vintage.

Mi única objeción a los blogs en inglés es que son incapaces de correspondernos en el intercambio de enlaces. A veces los anglosajones se imaginan solos en el mundo de Internet...

Recomiendo una vistia a The Collar Purple

sábado, 1 de abril de 2006

Cilicios y disciplinas:


Autor: Juan

Me anima a escribir estas líneas el excelente artículo “Azotes, cilicios y religión católica” publicado hace poco en el blog. Además de lo interesante del tema, me ha traído unos recuerdos ya antiguos y muy queridos.

Aunque poca gente lo sabe, es muy cierto que el Opus Dei distribuye entre sus miembros cilicios y disciplinas para incorporar la mortificación de la carne a la práctica religiosa. Yo tuve constancia de ello gracias a una amiga que había pertenecido a La Obra. Bueno, mucho más que una amiga: fue mi primera novia, mi primer amor, y la persona con quien me inicié en el fascinante mundo de los azotes eróticos.

Mi amiga había sido miembro del Opus Dei en su adolescencia, durante un par de años. Cuando se dio cuenta de que ni las ideas ni los planteamientos éticos de La Obra coincidían con los suyos decidió dejarla. Lo consiguió tras no pocos esfuerzos, pues es bien sabido que los miembros del Opus son muy persistentes a la hora de tratar de convencer a quienes pretenden dejar la obra de lo inconveniente de su decisión.

En una ocasión me mostró el cilicio y las disciplinas que le habían entregado para autocastigarse. Para entonces ya nos habíamos iniciado en los juegos de azotes como parte de nuestra vida sexual, así que enseguida pudimos encontrar un uso mucho más lúdico para esos instrumentos. El cilicio era idéntico al de la fotografía que ilustra el artículo de Fer. Lo utilizamos alguna vez en la intimidad, pero nos resulto más morboso y excitante hacerlo en público. Íbamos a cenar a algún restaurante. Ella vestía minifalda, y llevaba el cilicio en el bolso. En algún momento de la cena le ordenaba ir al baño a ponérselo. Así lo hacía, procurando ajustarlo bien alto en su muslo para que no asomase bajo la falda al sentarse de nuevo. Durante el resto de la cena su incomodidad era evidente, y cambiaba de posición con frecuencia tratando de buscar la postura más confortable, que nunca acababa de encontrar. Sus continuos movimientos y el morbo de pensar que algún camarero o comensal próximo podría darse cuenta de la situación nos llenaba de excitación a los dos. Después de cenar caminábamos un poco, ella con cierta dificultad. Entrábamos en un sitio de copas, y al poco tiempo ella debía dirigirse de nuevo al baño para quitarse el cilicio, que a esas alturas ya comenzaba a ser bastante doloroso. Al final de la noche, ya en la intimidad, me enseñaba con orgullo las marcas en su pierna, entre las que siempre había algún pequeño punto con sangre.

Sin embargo recuerdo con mucho más placer el uso de las disciplinas. Eran éstas un instrumento muy bonito, hecho de unas diez o doce cuerdas ásperas y finas, de unos treinta centímetros, con nudos a pequeños intervalos. Las cuerdas se reunían en un bucle en el que se introducía la mano. La primera vez que la azoté con ellas fue en su casa. Se sentó sobre una silla estrecha, de cara al respaldo. Se desnudó de cintura para arriba, ofreciendo así su espalda y sus hombros al látigo. Empecé a azotarla muy suavemente. Todavía al principio de nuestra relación, tenía yo muy poca experiencia con el uso de instrumentos de castigo, y temía lastimarla. Sin embargo, al ver que aguantaba muy bien fui aumentando poco a poco la intensidad. Finalmente su cuerpo, magnífico bajo el castigo, se tensó, sus manos se crisparon sobre el respaldo de la silla, y empezó a emitir gemidos con cada golpe. Decidí entonces detenerme y admirar el resultado de mi obra. Su aspecto era terrible y maravilloso a la vez. Toda su espalda, desde los hombros a la cintura, y también sus costados, tenían un color rojo intenso, casi púrpura. Las cuerdas habían dejado una red de trazos entrecruzados, y la piel estaba visiblemente levantada en los lugares donde habían impactado los nudos. Parecía que hubiese recibido una paliza brutal. Pero más sorprendente aún, después de dos o tres horas todo había desaparecido, no quedaba en su cuerpo el más mínimo rastro que indicase que había sido azotada.

En otra ocasión la até en la cama boca arriba, con los brazos y las piernas abiertos y extendidos, completamente desnuda. Mi intención era azotarla en el estómago, vientre y parte interior de los muslos. Al ser un instrumento blando y flexible, las disciplinas permiten castigar esas regiones sin peligro para la integridad física. Para entonces ya sabía que ella tenía mucho aguante, y que le gustaban las azotainas intensas, así que tenía previsto darle algunos latigazos realmente fuertes. Empecé con golpes moderados, para darle tiempo a calentarse poco a poco. Cuando creí llegado el momento le lancé el primer trallazo serio. El resultado fue devastador. Todo su cuerpo se tensó violentamente, como en un espasmo, y profirió un grito desgarrador. Obviamente me asusté, dejé el látigo y acudí junto a ella a abrazarla, acariciarla largamente y enjugar las lágrimas de sus ojos. Una vez se hubo tranquilizado, y después de asegurarme de que estaba bien y de que deseaba seguir con el castigo, reanudé la azotaina interrumpida. Por supuesto, midiendo mucho la intensidad de los golpes. Nunca más me atreví a darle un golpe fuerte con aquel látigo.

En definitiva, las disciplinas que proporciona el Opus Dei a sus miembros son un instrumento magnífico para los azotes eróticos, de los mejores que he tenido ocasión de usar. Empleadas con moderación la intensidad del dolor es muy tolerable, y el efecto que dejan sobre la piel es espectacular. Con la ventaja adicional de que dicho efecto desaparece al poco tiempo. Por el contrario, para quienes gusten del juego más intenso, utilizadas con fuerza pueden hacer gritar y retorcerse al masoquista más curtido.

Así pues, en cuanto tenga ocasión de ir a Granada, una de mis primeras visitas será al convento de San Antón, donde preguntaré a las hermanas Clarisas si además del cilicio pueden proporcionarme unas buenas disciplinas, que ando muy necesitado de expiar culpas. Culpas ajenas, sobre todo, porque mi mayor placer será ayudar a expiar las suyas a alguna señora o señorita que así lo necesite. Pero esto último no se lo diré a la buena monjita.