
Autor: Gavi
Un círculo que considero virtuoso y que me llama poderosamente la atención, ya que el círculo amistad, sexo, amistad no sucede, convirtiéndose generalmente en un: amistad, sexo, crack.
¿A qué pueda deberse?
Una amistad que se pesca en la escuela, en el trabajo, en el vecindario, en el club deportivo o en las vacaciones, inicia intercambiando temas como la profesión, los éxitos, las diversas experiencias, problemas varios, y si triunfa, acaba compartiendo eventos sociales, familiares, de trabajo, de vida y de cafés y bares.

Este orden inverso para relacionarnos no descarta en absoluto la posibilidad de llegar a compartir junto a un amigo spanko, eventos de familia, eventos sociales, de trabajo, de vida, de cafés y bares, logrando sin dificultad ninguna, guardar discretamente ante los demás, el tema que nos reunió.
¿Qué pasa cuando tenemos sexo con una amistad fuera de las nalgadas y los azotes? Pues que
esa amistad, en el mejor de los casos, se verá enrarecida, y en el más de los casos, se estroperá. Tal vez sea por eso que ¿no recordamos amigos “vainillas” con los que hayamos tenido sexo? ¡Digo! ¿Y que haya continuado como si nada?
Sin embargo, dentro del juego, esto sucede, mágicamente o no, pero sucede, que tienes sexo con tu amigo spanko, y la amistad continúa intacta.

Pero esto no explicaría que, también, juegas con un amigo spanko, te calientas rico, NO tienes sexo, y la amistad continúa… como si nada! jaa!

Definitivamente creo que, este delicioso juego de las nalgadas y los azotes, cobijado necesariamente por el ciber, en la mayoría de los casos, propicia un tipo de relaciones de amistad nuevas que, personalmente siento, un poco frágiles a veces, pero no menos intensas en sentimientos y compromiso, que las relaciones de amistad fuera del juego y fuera del ciber.