sábado, 15 de abril de 2006

¡Hay que ver como está el servicio!


Autor: Fer

Muchas veces tendemos a analizar de forma muy simplista las relaciones laborales, tomando de forma irreflexiva una postura pro operario, en ocasiones no justificada en los hechos.

Creo interesante revisar un poco estos criterios y analizar diversos sectores laborales tales como el servicio de limpieza, secretarias, azafatas y enfermeras. Comencemos por las “Kely” (acrónimo de las Que-Limpian)

Hoy hablaremos de las chicas de hacer faenas o asistentas, llamadas tan propiamente “mucamas” en el Río de la Plata y más crudamente “sirvientas” en otros países y cariñosamente, en un estilo familiar no exento de clasismo: “chachas”. En los hoteles suelen ser “Camareras de Planta”, con sus tradicionales uniformes negros con delantal blanco.

Imaginemos el Gran Hotel con muchas plantas, en el cual trabajan muchas chicas para tener siempre todo a punto para los clientes más exigentes. Es bien cierto que muchas de ellas son cumplidoras, rápidas y discretas. Cumplen debidamente por un salario más bien bajo y algunas veces en horarios que implican incomodidad y falta de confort laboral. Sin embargo, muchas de ellas son negligentes y no llevan a cabo su tarea de forma escrupulosa y diligente, a veces pierden el tiempo charlando con las compañeras o hablando por su teléfono móvil, en demasiadas ocasiones son respondonas, se acortan la faldita del uniforme, se prueban las ropas de las señoras que encuentran en las habitaciones y usan su maquillaje, son irresponsables o no son concienzudas en su trabajo.

Algunas veces la señora de la Suite de la planta 12 ha solicitado algunos servicios especiales a la asistenta en cuanto su marido se ha ido a sus reuniones de negocios y eso ha causado una distracción de sus obligaciones, pero en este caso está justificada pues el Gran Hotel tiene como máximo credo la integral satisfacción de sus Clientes. La Camarera de Planta ha pasado toda la mañana trabajando en la suite.

Por suerte para eso están las Gobernantas, esas mujeres adustas, estrictas e imbuidas de los principios eternos del trabajo bien hecho. Las Gobernantas, en los hoteles y otros establecimientos, tienen a su cargo a las chicas de servicio y algunas veces tienen que emplearse a fondo en su disciplina como nos demuestran estas magníficas ilustraciones cuya fuente ignoramos. Las Gobernantas estrictas sí saben como tratar a estas chicas. Pero cuando estos castigos no son suficientes, es muy provechoso que mantengan una entrevista con el Jefe o Jefa de Personal…

Y si a alguien le queda un atisbo de mala conciencia, os diré que, según cuentan las malas lenguas, el mismísimo Karl Marx azotaba a su criada.

4 comentarios:

Fabiana Bump dijo...

Si se trata o estamos hablando de un intercambio equitativo en el que cada uno recibe sólo lo que desea, y ella disfruta tanto del juego como él, y no es otra cosa más que eso, no veo la posibilidad de que en estas situaciones se pueda descartar la oferta de docilidad de la empleada a cambio de dinerillos.
Y eso no es azotes y nalgadas, sino simplemente ramerismo.
Saludos!!
Mabel

Anónimo dijo...

Claro, claro, veo que la primavera le produce también esperiencias oníricas Mr. Ten.

A Mr. Marx y a usted, les hubiera encantado tener en sus múltiples noches de hotel una de esas camareras que usted describe en su artículo. Lamentablemente para ambos, en caso de que algo no estuviese a su entera satisfacción, sería una ruda gobernanta, de incipiente mostacho, la que se encargase de solucionarlo.

Iré a probarme una cofia, a ver si puedo al menos, dar el tipo de mucama.

Besos

Anónimo dijo...

Me encantan las fotos de este blog... me gustan los culos y los azotes.

Anónimo dijo...

me gusta enormemente ser azotado por una mujer y a la vez disfruto azotar a una mujer en las nalgas hasta dejarlas rojas.