domingo, 19 de marzo de 2006

Azotes, cilicios y religión católica


Autor: Fer

Pese al indudable prestigio británico en materia de azotes - solo hay que recordar que la palabra que usamos para los azotes es un vocablo inglés - no hay que negarle a la Iglesia Católica Apostólica Romana una gran tradición en materia de azotes y otras formas de mortificación de la carne.

Reseñar todo lo que ha ocurrido en más de dos mil años respecto a la Iglesia Católica y los azotes sería una labor de historiador del spanking, que, en primer lugar no me siento capacitado para llevarla a cabo y en segundo lugar esa historia ya está escrita por múltiples autores; sería muy pesado el remontarme a los primeros tiempos de la Iglesia primitiva, recorriendo todo el medioevo, las órdenes flagelantes, los escritos de los Santos sobre las bondades de la aplicación de disciplinas y muchos de los descubrimientos llevados a cabo en conventos y monasterios abandonados, sin olvidar las actas del Santo Oficio (Inquisición) tanto como azotadores oficiales en un momento de la Historia como perseguidores de los que flagelaban en exceso, más adelante.

Hoy el tema de los azotes ha saltado a la palestra debido a la polvareda levantada por el best-seller El Código da Vinci de Dan Brown, que pronto se estrenará como película de Hollywood. En ese libro, que desde un punto de vista literario e históricos, es considerado por los expertos como mediocre, aparece un personaje del Opus Dei – para entendernos – son “los chicos malos” de la película, que se autoadministra unas importantes dosis de azotes. Los del Opus Dei, una poderosa organización católica nacida en la época de la dictadura de Franco en España, están furiosos con Dan Brown y con los productores de la película.

Yo había curioseado hace muchos años en la página web del Opus Dei, o La Obra, como prefieren llamarle sus miembros, sobre el tema de la mortificación de la carne y lo que allí aparecía es un reconocimiento que ante la tentación de la carne se tenía que proceder a aplicarse un autofustigamiento con unas pequeñas disciplinas y colocarse un cilicio. Curiosamente después de la aparición del libro de Dan Brown y sus múltiples reediciones en todos los idiomas, este apartado desapareció de las páginas oficiales del Opus.

Actualmente en esas páginas la referencia que existe es la siguiente:

http://spanish.opusdei.org/art.php?w=16&p=10383


"Al fin y al cabo, se puede hacer por el alma el mismo esfuerzo que se hace por tener un buen físico. Es malo, cuando se machaca en exceso.

"Con todo, algunos santos destacados, como san Francisco de Asís, santa Teresa de Jesús, san Ignacio de Loyola, santo Tomás Moro, san Francisco de Sales, el cura de Ars o santa Teresa de Lisieux, utilizaban cilicios o disciplinas para generarse alguna molestia, sin lesionar su salud. La Iglesia ha aprobado estas prácticas y muchas instituciones las siguen actualmente. La descripción que Dan Brown hace de ellas en su libro es una disparatada exageración.

"La “santidad en la vida ordinaria” que predica el Opus Dei, hace que los sacrificios propios de la vida ordinaria sean más importantes: sonreír cuando se está cansado, acompañar a una persona en un trayecto, no retrasar un trabajo aunque aparezca la desgana..."


No tengo personalmente nada en contra del Opus Dei y mucho menos contra el sentimiento religioso (al cual respeto) y la compatibiliazación de la sexualidad con las cuestiones de consciencia, es más, en el caso del Opus siento una gran simpatía por la laboriosidad de sus miembros y el compañerismo interno del que gozan; sin embargo, obviamente no solo no comparto su ética sexual sino que deploro el estilo, muy católico por otra parte, de querer imponer su propia ética al prójimo. Lo interesante que se desprende de su página web es que no niegan estas prácticas sino que dicen que Brown "exajera"...

Es más, hay un juego muy morboso en toda la iconografía y tradición católica con el dolor, el gozo, la represión sexual, la culpa y la confesión. Recuerdo muy bien un pasaje de una novela, creo que el título era “Parejas” de un escritor americano llamado John Updike en donde describe la situación de unos matrimonios de las afueras de una ciudad en los Estados Unidos de mitad de la década de 1960 que practican el intercambio de parejas y aparece un personaje que se acostaba con un gran número de mujeres, el narrador lo describía algo así como: este hombre (no recuerdo el nombre del personaje, lo siento) de origen irlandés, extrae gran parte de su portentosa potencia sexual de la represión sexual católica acumulada en múltiples generaciones.

Sin duda alguna en más allá de los daños irreparables que a lo largo de 2000 años ha perpetrado la represión sexual católica sobre la libertad de las personas, de lo que no me cabe la menor duda es que en el mundo católico se puede encontrar muchos alicientes imaginativos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchos pensábamos que algunas épocas y prácticas estaban superadas y parece que sólo estaban ocultas. De todas formas y sin haber leido el libro de Mr. Brown, me gustaría saber qué tiene de cierto lo que publica sobre dicha organización. Un novelista y encima americano...

Anónimo dijo...

Segun he leido en diversos medios,Mr Brown peca como cualquier novelista de fantasioso. En la fortaleza Digital, la novela que esta promocionando ahora, escribe verdaderas barbaridades sin documentación sobre los españoles; empero El Codigo...me encantó
En cuanto al tema que nos ocupa, imagino que habrá de todo en la viña del señor. Habra autodisciplinantes del Opus, de los Legionarios de Cristo etc...a buen seguro.Lo cierto es que se tiende por lo que he visto en varios chats en relacionar los azotes con la iglesia catolica .No nos engañemos,azotainas las hubo y las habra siempre, desde Grecia hasta la actualidad y ya sea domestica o judicial con menor o mayor saña, siendo esta última la más deleznable.
Srriba esta fantasia¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Es cierto que hay y ha habido azotanias en todas partes, con respecto a la Iglesia Católica quizás el interés radica en su tradicional doble moral.

Respecto a Brown, querida tane, me parece un poco prejuicioso descalificarlo por novelista y americano... seguro que en el mundo hay cosas peores. Yo estoy de acuerdo en que hay cosas que no son ciertas en su libro, pero lo de la autoflagelación del Opus, hasta hace 3 años estuvo en su página web oficial y he transcrito en este artículo que ellos piensan que lo de Brown es una exageración, no lo niegan. La mortificación de la carne no es un invento de un americano excéntrico.

Yo me sumo a la crítica que se le ha hecho a Brown por facilón y por superficial, en cuanto a hechos históricos, pero le reconozco que ha tenido una capacidad enorme de causar un revuelo de grandes proporciones.

En los videos de Rigid East y en algunos videos rusos se sugiere, o más bien se proclama a gritos (de las spankees)que los regímenes comunistas también practicaban la flagelación. ¿Sería una consecuencia de la práctica de la autocrítica, algo así como la confesión católica de los comunistas?

Anónimo dijo...

Respecto al Opus Dei, es interesante constatar que el fundador de dicha organización, San José María Escrivá de Balaguer, creía firmemente en el poder y la eficacia espiritual de unos buenos azotes aplicados al trasero femenino, o al menos es lo que trasciende de algunos comentarios suyos recopilados por su secretaria, María del Carmen Tapia, que cuenta en un libro como ese santísimo varón tenía la curiosa costumbre de llamarla "puta", "cerda", y otras lindezas por el estilo, y que en alguna reunión, delante de hombres y mujeres, habría gritado "alguien debería bajarle [a su secretaria] las bragas y darle una buena nalgada". (Se supone que cuando uno es santo el responsabilizarse uno mismo de tales menesteres queda muy por debajo de la dignidad eclesiástica.)

Referencia:
http://www.odan.org/tw_opposition_to_canonization.htm

Anónimo dijo...

Ayyyyy qué pena querido Nevile!... (unque muy interesante saberlo gracias! *muack*) porque en la fantasía... es mucho más cachondo imaginar que el mismísimo patrón es el que te nalguea... y no un achichincle cualquiera ja!... vaya...ya que andamos en esto de las sotanas... calienta más la fantasía de recibir unas buenas nalgadas del Obispo que las del cura de la parroquia de San Tingüintín el Bajo!... aunque ya entrados en gastos... tampoco le haría el feo ehhh? jaja

Qué gustazo... como siempre... volver a leerte Nevile!
un beso
gavi

Anónimo dijo...

Desconocía el comentario del Santo cuya canonización figura en el libro Guiness como la más rápida de la Historia, realmente es muy buena... ya decía yo que estos chicos de la Obra me caen bien...

Es un gran placer y un gran honor saber que lees nuestro blog, Nevile.

Un abrazo

Anónimo dijo...

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