Autor: Ana K. Blanco
Todos los humanos tenemos los mismos gustos y/o tendencias
en los diferentes campos de la vida. No es necesario mencionar fútbol, religión
o política, porque entrarían a tallar los sentimientos, o la forma en que se
fue educado. Pero si se tocan temas como la música, por ejemplo, se encontrarán
fanáticos del rock, mientras que están quienes prefieren el jazz y a otros los
chifla el pop. En cuanto a los alimentos, existen quienes prefieren la comida
gourmet, la oriental, la casera o… quien viviría su vida a bocadillos. En tema
de gustos: ¿Es mejor la ópera que la zarzuela? ¿Es mejor el paisaje montañoso
que el marinero? ¿Es mejor el campo que la ciudad?
El conocido poeta y filósofo asturiano, Ramón de Campoamor,
decía que “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira. Todo depende del
color del cristal con que se mira”.
Si alguien prefiere leer un libro a mirar televisión, ¿eso
lo convierte en intelectual, o lo hace mejor persona que quien no disfruta la
lectura por el motivo que fuere? Claro que no. Simplemente, son diferentes
entre sí. Ni mejores, ni peores. Los
gustos son personales e intransferibles.
Hay quienes nacieron con el gusto por el Spanking y lo
sintieron a corta edad, cuando comenzaron a tener uso de razón. Yo soy una de esas personas, y les pido que
me permitan usar una imagen específica para explicar mi pensamiento.
Hace cinco años, seducida por quien aún hoy es mi Amo, me
animaba a dejar la seguridad de mi maravillosa isla del Spanking para
introducirme en el océano del BDSM. En este océano hay decenas de islas, todas
desconocidas para mí. No sabía de ninguna spankee que se hubiera convertido en
sumisa, pero igual me animé.
En su momento, me sentí muy incomprendida. Pero… ¿quién me
había dicho que los demás debían comprender, y mucho menos, aceptar mi cambio?
Así que, de la mano de Sir Williams, conocí otras islas, otras aguas, otras
corrientes. El único cambio, fue haberme convertido en una persona con más
experiencia. Tuve prácticas que jamás había imaginado, y viví fantasías que
finalmente se transformaban en realidad.
Hoy, después de cinco años como sumisa, puedo decir que
jamás dejé de ser spankee. Es como el color de los ojos: mi iris es castaño,
pero… puedo tener unos maravillosos ojos verdes con lentes de contacto. Claro
que debajo, siempre estará mi verdadero color, y cada noche, cuando guarde las
lentillas verdes en su cajita, mi verdadero color, mi esencia, seguirá allí.
Mi esencia es ser spankee. ¿Eso significa que no soy sumisa?
No. Eso significa que soy spankee por naturaleza y sumisa por elección. Eso
significa que yo elijo someterme a mi Amo, pero ser spankee está implícito en
mí. Eso significa que, parafraseando a Campoamor, decido con de cuál color-el
de la sumisa o el de la spankee- miraré el mundo.
Por eso no comprendo las peleas y discusiones que se siempre
se dieron y se siguen dando en blogs, foros y redes, entre la gente del
Spanking y del BDSM.
Aunque para mí la palabra discriminar no tenga un
significado negativo, ya que viene del latín discriminare que significa “distinguir
separando”, siempre decimos que los vainillas nos discriminan, pero no en el
sentido etimológico de la palabra, sino que nos desprecian porque nos
consideran enfermos, degenerados, pervertidos…
¿Y qué hacemos nosotros? Exactamente lo mismo que ellos. Estos discriminan a aquellos, y ellos hacen lo
propio con los primeros. ¿Quién gana? Ninguno. Ambas partes se pierden de
disfrutar lo que les gusta, sea lo que sea.
Gracias a que hace ocho años el dueño de este blog me dio la
oportunidad de escribir post como este, hoy en día tengo tres blogs. Y tengo
tres blogs por dos razones: una era que quería separar los relatos de las
opiniones, y la otra era mi intención de separar los temas spankos de los de
BDSM, precisamente para no molestar a ninguna de las dos comunidades. En este
momento me doy cuenta que el segundo motivo fue un error. Sir Williams me lo
dijo muchas veces: “…en vez de unir, estás separando”. Y tenía razón.
Sería una tontería pensar que alguien va a cambiar sus
gustos o sus tendencias, nadie quiere eso. Pero… sí sería bueno aceptar al otro
tal cual es, sin cambios. Pero para eso hay que conocerse, luego aceptarse con
defectos y virtudes. Recién entonces se estará capacitado para aceptar al otro,
porque… si a este le gusta ser azotado ¿qué puede decir del que le gusta ser
atado? Si aquel encuentra placer cuando es paseado con collar y cadena, ¿qué
puede decir del que le gusta ser humillado con sus nalgas expuestas? Ningún
gusto es mejor o peor que otro, solo son diferentes. Y creo firmemente que una
de las mejores cosas de este mundo, es la aceptación de la diversidad.
Para terminar, quisiera agradecer a mi querido amigo Fer,
por darme otra oportunidad de estar presente en el octavo aniversario de este
blog, que es como su dueño: de mente y corazón abiertos.
Levanto mi copa para brindar por los ocho años de este sitio,
por ser uno de los blogs más visitados, y por mantener su calidad indiscutible
a través del tiempo.
¡Salud, Maestre Fer!
¡Salud, Azotes y Nalgadas! ¡Larga vida a este blog!
7 comentarios:
Tienes razón Ana. La verdad es que yo, como spankee que soy, no tengo en mi circulo de amistades cercanas a ningún/a spankee/spanker (que yo sepa)y realmente no me importa, quiero decir que nunca he sentido la necesidad de sentirme diferente a ellos porque sean vainilla. Me parecería una tontería y al revés también. Nunca he sido de catalogar a mis amistades según si pertenecen a uno u otro grupo, menos lo voy a hacer según sus gustos sexuales.
Excelente tu razonamiento Anita, pienso que lo primordial es aceptarte como eres, yo al igual que tu, soy spankee nata, y antes de descubrir el spanking en internet no me consideraba un bicho raro, esperaba encontrar algún día ese spanker con quien compartir los azotes. Gracias a internet lo encontré y este blog fue el primero que descubrí y el primero que me hizo quedarme con la boca abierta leyendo como todo lo que yo había sentido durante años estaba aquí expuesto y había una amplia comunidad spanka conectada a través de blogs como este, el grupo yahoo, etc. No pensé nunca que algún día yo sería colaboradora, cosa que le agradezco a Fer, por haberme dado la oportunidad. Así que muchas felicidades a mi querido editor jefe por este pedazo de blog, y larga vida a todos en general porque aportan mucho a nuestra maravillosa fantasía y abren un mundo de posibilidades a esos que por primera vez ponen en la barra del buscador "azotes" o "spanking" y se dan cuenta que somos muchos los que amamos la erótica de la Disciplina doméstica, D/s... en fin lo que más te pida el cuerpo
Ok. Si tu elegiste ser sumisa ademas de spanking, y eres tan feliz, congratulations. Pero lo que no entiendo es el afán de muchos por convencer a las spankees de que spanking y bdsm "son casi lo mismo". Siempre lo he visto como el recurso engañoso de unos cuantos listillos. A mi me parece genial que la gente juegue a lo que quiera y practique lo que le salga. Pero sin engaños.
Muchas gracias Ana K. Blanco por este magnífico artículo de reflexión y por recordar los 8 años de este blog!!
Un abrazo
8 anios eh? Wooooow, se dicen pronto! Mucho tiempo y mucho trabajo. Felicidades querido Fer, larguísima vida para este querido Blog.
Excelente articulo.
En el poco tiempo que he llevado en este mundo veo esa gran división entre spank y BDSM. (aunque no creo que debe ser así, pues aunque son distintos, son "hermanos").
Por otra parte me haces sentir comprendida, pues como dices soy spankee por naturaleza; sin embargo me gusta comportarme como sumisa de vez en vez, esto a veces me hace sentir extraña (entre otras cosas) sin embargo he comprendido que ambas caras me hacen feliz y es lo que intento tomar mas en cuenta... y me alegra saber que no soy ni seré la única que ha pasado o pasara por esos pensamientos/sentimientos.
Besos.
Muy bien argumentado. Felicidades. Un abrazo.
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