Busco unos
pasos que me guíen, unas reglas que obedecer, unas manos que castiguen mis
faltas, unos brazos que me consuelen y me conforten
¿Acaso no
me ves?
Encadenada
a un mundo al que no pertenezco, viviendo esta vida que no es la mía
Libérame
de esta libertad que me angustia y me asfixia
¡Ven y rescátame!
¡Sálvame
de esta agonía con aroma de vainilla!
5 comentarios:
Bonitas palabras, aunque duelan cuando se sienten...
Saludos
precioso pensamiento!!
Es un grito muy claro, aunque en otros momentos sea una risa...
Precioso, así es como yo me he sentido tantas veces!!
Es bueno oir el concepto de "rescate" en otro registro de tono!
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