viernes, 2 de noviembre de 2012

Sola y en compañía de muchos


Autor: Lucia

El titulo en si ya es contradictorio, como lo es en muchas ocasiones la vida de una spankee.
Hablando del stress, muchas mujeres sentimos como si nos tocase vivir dos vidas. Lo habréis escuchado alguna vez. Eso de que somos profesionales, madres, enfermeras, administradoras, secretarias. Para mí, todo eso es cierto, y se queda corto. No solo tenemos que atender a mas asuntos que los hombres, Es que tenemos que hacerlo mejor. Tenemos que ser perfectas, tenemos que destacar más. El mundo no estaba hecho en principio para nosotras. Somos un poco intrusas. Un ejemplo. En una asociación a la que pertenecemos mi marido y yo, es frecuente que nos  presenten como “un asociado, y su mujer… “A ver si adivináis cual de los dos es miembro más activo de la asociación. En fin…
Pues a todo esto, en mi caso se añaden otros factores que todavía lo dificultan todo un poquito más, y como no era suficiente, soy spankee.
Ser spankee, para una mujer casada que no comparte nada de esto con su pareja, supone llevar una doble vida. Y eso requiere algo de tiempo, me temo.
Pero aquí estoy. El mundo no estaría hecho para nosotras, pero yo quiero mi parte, y nunca he esperado a que nadie me diese lo que yo podía coger por mí misma. De manera que adelante con todo. No es fácil, pero es lo que hay
En cuanto al spank, la mayor de las dificultades está en la falta de tiempo. Simplemente mantener un  ritmo adecuado de conversaciones en el chat, es ya más que difícil. Si no tienes tiempo, no puedes resistir ningún tipo de competencia. Ya puedes ser la más guapa (la que lo sea) la más interesante (la que lo sea) o la que se porta peor (esa soy yo), que no va a faltar otra que tiene aquello que tú no tienes. Tiempo. Es una batalla perdida de antemano, así que mejor asumirlo y no luchar. ¿Vas de cráneo? ¿Te pintas las uñas en el autobús? ¿Respondes SMS mientras cenas? Pues desengáñate, querida. Tú nunca tendrás spanker. Ya vas bien si consigues una amistad con derecho a juego que te dure algo más que dos telediarios.
Aclarado con una misma este punto, empezamos a tratar el asuntillo de la soledad. Tengo un mundo aparte, y en ese mundo, a veces, estoy sola. Del todo. Es algo que no se puede compartir, aunque haya algunos muy lanzados que lo hagan. No se lo aconsejo a nadie. No soy dada a compartir secretillos desde aquella vez, a los trece años, que le dije confidencialmente a una amiga que fumaba, y se enteró hasta el apuntador.
Una spankee pasa mucho tiempo lamentando estar dentro del armario, porque a veces necesitaría hablar. Pero es mejor eso que pasar el resto de la vida lamentando haber salido, claro. Y a la soledad se une la envidia. No de las que dicen tener una relación 24/7, que para mí, eso es otra cosa y no sería algo en absoluto deseable. Pero si de las que comparten esto de algún modo con alguien. Supongo que algunas son afortunadas, y disfrutan de esto, bien como juego, bien como una forma de obtener la disciplina que otras tenemos que imponernos a nosotras mismas. Para algunas, esto no es fácil. Por ejemplo, yo soy capaz de no inflarme a helados sin que nadie me lo diga, pero no de moderarme en una discusión. Ni se me ocurre pensar que alguien pueda ayudarme en ese tipo de problemillas. Eso, simplemente, no es para mí. No está a mi alcance. ¡Jolín!. Si simplemente con tener juego cada vez que lo quisiera ya me daría por satisfecha. Pero no hay tiempo. No se adquiere la intimidad suficiente sin tiempo. Y además somos pocos, alejados, y cada uno, en sí, muy raro. Y una se vuelve perezosa, incluso, ante las dificultades. Sobre todo porque spankees hay muchas, y todas pueden ofrecer una dedicación que yo no puedo. Y eso es algo que me acompleja bastante, la verdad. No es solo en el spank, es en la vida. Me dejo mensajes sin contestar para más tarde, y luego lo olvido. Acumulo postits, para recordar cosas y luego no entiendo qué puñetas escribí, porque iba deprisa. Soy el tipo de personas de las que la gente se cansa, porque nunca están. Y eso, en un ambiente en el que la gente entra a divertirse, como que no…
Así que sigo sola. Rodeada de gente, pero sola. A veces, sin poder escribir porque tengo gente al lado. Haciendo actividades que disfruto y me gustan, pero echando de menos las que a veces quisiera hacer y no puedo. Imagino que no soy la única, y eso es un pobre consuelo.
A veces, en la vida normal, me porto fatal deliberadamente. Es mi pequeña venganza. Si nadie va a corregir mis malas acciones, entonces abusaré de ellas. Ayer me llevaron el postre confundido en un restaurante. Mi familia insistió en que me comiese lo que me habían llevado, que también me gustaba, Pero saqué la vena caprichosa, y me negué. Muy educadamente, eso sí, le pedí al camarero que me trajese lo que yo había pedido. Y resultó que ya no quedaba flan. Que mala suerte, le dije. ¿Sería tan amable de llamar al encargado, por favor? De repente, resultó que sí, que quedaba uno…. Y mientras mi señora madre me decía que no entendía como podía ser así de caprichosa y maleducada, le hice una seña al camarero para preguntarle si podría ponerle un poquito más de nata, por favor. Lo cierto es que por dentro me estaba partiendo de risa. ¿Caprichosa? Puede. Pero si estoy destinada a no encontrar quien haga un pequeño esfuerzo por educarme, abusaré de esta circunstancia, faltaría más.


10 comentarios:

Mariposas de Chocolate dijo...

Que bonito articulo y que real....gracias por compartirlo.

Evelyn dijo...

Lindo escrito y muy real
Saludos

Anónimo dijo...

Bueno, no son mas que unos cuantos pensamientos puestos sobre el teclado. Debo decir que mi editor se está volviendo menos quejica, y esta vez no ha protestado por faltas de ortografía inexistentes. Y que gracias por publicarlo.
Lucia

Anónimo dijo...

Pues es una circunstancia vivida por algunos.
Por fortuna a veces se puede solucionar.

Saludos

Rodefyco dijo...

Si no te gusta tu vida...cámbiala!! Si sí te gusta...adelante!! yo te apoyo en lo de ser caprichosa hasta que alguien te muestre que eso está "mal"... ;)

Anónimo dijo...

Me he sentido muy identificado, Lucía. Agradezco tus reflexiones, que me hacen sentirme menos solo, al saber que en esa soledad estoy acompañado por otras personas en iguales o parecidas circustancias. Muchas veces me he preguntado cómo cambiar, pero ni cuando me he entregado completamente a la búsqueda de spanker, he conseguido "soltar" mi otra vida. Incluso cuando tuve Ama, no pude dejar de ser quien era, y al final la perdí por eso. Ojalá hubiera sabido compaginarlo, pero no pudo ser, por su parte tampoco. Ahora, cuando me harto de enumerarme a mí mismo mis interminables faltas, me azoto a mí mismo, a falta de alguien que me corrija.
Besos y gracias a Lucía y a tod@s los que compartís vuestros sentimientos en este blog.

nuba amante lesbiano

gavi dijo...

Hola Lucía.
Me agobió un poco leerte, porque a esto, hay que darle espacio y vivirlo y después, desecharlo, si procediera, una vez satisfecha.
¿No será algo más además de la falta de tiempo lo que tiene encerrada en el clóset? Mira que una probadita nadie se la niega ;)

Anónimo dijo...

No Gavi. No se trata de miedo a dar el paso. El paso ya lo di hace tiempo. Lo mantengo oculto, porque tengo familia, y porque no me fio de nadie.Lo que intentaba reflejar es la dificultad de compaginarlo todo.
Lucia

gavi dijo...

Lucia, lo lograste, de verdad. Aunque la esperanza es lo ultimo que muere, y pues tal vez, no permanezcas así, extra ocupada para siempre. :)

Anónimo dijo...

Es un hecho que demanda un mínimo de tiempo el spanking. Es como cq otra actividad... Te deseo lo mejor Lucía y q la vida de un vuelco q logre con q los obstáculos actuales desaparezcan o disminuyan al punto q logres vivir un poco lo q tto deseas. Me gustó mucho leerte, espero leer más de tí.

DL