Autor: Lucia
El titulo en si ya es contradictorio, como lo es en muchas
ocasiones la vida de una spankee.
Hablando del stress, muchas mujeres sentimos como si nos
tocase vivir dos vidas. Lo habréis escuchado alguna vez. Eso de que somos
profesionales, madres, enfermeras, administradoras, secretarias. Para mí, todo
eso es cierto, y se queda corto. No solo tenemos que atender a mas asuntos que
los hombres, Es que tenemos que hacerlo mejor. Tenemos que ser perfectas,
tenemos que destacar más. El mundo no estaba hecho en principio para nosotras.
Somos un poco intrusas. Un ejemplo. En una asociación a la que pertenecemos mi
marido y yo, es frecuente que nos
presenten como “un asociado, y su mujer… “A ver si adivináis cual de los
dos es miembro más activo de la asociación. En fin…
Pues a todo esto, en mi caso se añaden otros factores que
todavía lo dificultan todo un poquito más, y como no era suficiente, soy
spankee.
Ser spankee, para una mujer casada que no comparte nada de
esto con su pareja, supone llevar una doble vida. Y eso requiere algo de
tiempo, me temo.
Pero aquí estoy. El mundo no estaría hecho para nosotras,
pero yo quiero mi parte, y nunca he esperado a que nadie me diese lo que yo
podía coger por mí misma. De manera que adelante con todo. No es fácil, pero es
lo que hay
En cuanto al spank, la mayor de las dificultades está en la
falta de tiempo. Simplemente mantener un
ritmo adecuado de conversaciones en el chat, es ya más que difícil. Si
no tienes tiempo, no puedes resistir ningún tipo de competencia. Ya puedes ser
la más guapa (la que lo sea) la más interesante (la que lo sea) o la que se
porta peor (esa soy yo), que no va a faltar otra que tiene aquello que tú no
tienes. Tiempo. Es una batalla perdida de antemano, así que mejor asumirlo y no
luchar. ¿Vas de cráneo? ¿Te pintas las uñas en el autobús? ¿Respondes SMS mientras
cenas? Pues desengáñate, querida. Tú nunca tendrás spanker. Ya vas bien si
consigues una amistad con derecho a juego que te dure algo más que dos
telediarios.
Aclarado con una misma este punto, empezamos a tratar el
asuntillo de la soledad. Tengo un mundo aparte, y en ese mundo, a veces, estoy sola.
Del todo. Es algo que no se puede compartir, aunque haya algunos muy lanzados
que lo hagan. No se lo aconsejo a nadie. No soy dada a compartir secretillos
desde aquella vez, a los trece años, que le dije confidencialmente a una amiga
que fumaba, y se enteró hasta el apuntador.
Una spankee pasa mucho tiempo lamentando estar dentro del
armario, porque a veces necesitaría hablar. Pero es mejor eso que pasar el
resto de la vida lamentando haber salido, claro. Y a la soledad se une la
envidia. No de las que dicen tener una relación 24/7, que para mí, eso es otra
cosa y no sería algo en absoluto deseable. Pero si de las que comparten esto de
algún modo con alguien. Supongo que algunas son afortunadas, y disfrutan de
esto, bien como juego, bien como una forma de obtener la disciplina que otras
tenemos que imponernos a nosotras mismas. Para algunas, esto no es fácil. Por ejemplo,
yo soy capaz de no inflarme a helados sin que nadie me lo diga, pero no de
moderarme en una discusión. Ni se me ocurre pensar que alguien pueda ayudarme
en ese tipo de problemillas. Eso, simplemente, no es para mí. No está a mi
alcance. ¡Jolín!. Si simplemente con tener juego cada vez que lo quisiera ya me
daría por satisfecha. Pero no hay tiempo. No se adquiere la intimidad
suficiente sin tiempo. Y además somos pocos, alejados, y cada uno, en sí, muy
raro. Y una se vuelve perezosa, incluso, ante las dificultades. Sobre todo
porque spankees hay muchas, y todas pueden ofrecer una dedicación que yo no
puedo. Y eso es algo que me acompleja bastante, la verdad. No es solo en el spank,
es en la vida. Me dejo mensajes sin contestar para más tarde, y luego lo
olvido. Acumulo postits, para recordar cosas y luego no entiendo qué puñetas
escribí, porque iba deprisa. Soy el tipo de personas de las que la gente se
cansa, porque nunca están. Y eso, en un ambiente en el que la gente entra a
divertirse, como que no…
Así que sigo sola. Rodeada de gente, pero sola. A veces, sin
poder escribir porque tengo gente al lado. Haciendo actividades que disfruto y
me gustan, pero echando de menos las que a veces quisiera hacer y no puedo.
Imagino que no soy la única, y eso es un pobre consuelo.
A veces, en la vida normal, me porto fatal deliberadamente.
Es mi pequeña venganza. Si nadie va a corregir mis malas acciones, entonces
abusaré de ellas. Ayer me llevaron el postre confundido en un restaurante. Mi
familia insistió en que me comiese lo que me habían llevado, que también me
gustaba, Pero saqué la vena caprichosa, y me negué. Muy educadamente, eso sí,
le pedí al camarero que me trajese lo que yo había pedido. Y resultó que ya no
quedaba flan. Que mala suerte, le dije. ¿Sería tan amable de llamar al
encargado, por favor? De repente, resultó que sí, que quedaba uno…. Y mientras
mi señora madre me decía que no entendía como podía ser así de caprichosa y
maleducada, le hice una seña al camarero para preguntarle si podría ponerle un
poquito más de nata, por favor. Lo cierto es que por dentro me estaba partiendo
de risa. ¿Caprichosa? Puede. Pero si estoy destinada a no encontrar quien haga
un pequeño esfuerzo por educarme, abusaré de esta circunstancia, faltaría más.
10 comentarios:
Que bonito articulo y que real....gracias por compartirlo.
Lindo escrito y muy real
Saludos
Bueno, no son mas que unos cuantos pensamientos puestos sobre el teclado. Debo decir que mi editor se está volviendo menos quejica, y esta vez no ha protestado por faltas de ortografía inexistentes. Y que gracias por publicarlo.
Lucia
Pues es una circunstancia vivida por algunos.
Por fortuna a veces se puede solucionar.
Saludos
Si no te gusta tu vida...cámbiala!! Si sí te gusta...adelante!! yo te apoyo en lo de ser caprichosa hasta que alguien te muestre que eso está "mal"... ;)
Me he sentido muy identificado, Lucía. Agradezco tus reflexiones, que me hacen sentirme menos solo, al saber que en esa soledad estoy acompañado por otras personas en iguales o parecidas circustancias. Muchas veces me he preguntado cómo cambiar, pero ni cuando me he entregado completamente a la búsqueda de spanker, he conseguido "soltar" mi otra vida. Incluso cuando tuve Ama, no pude dejar de ser quien era, y al final la perdí por eso. Ojalá hubiera sabido compaginarlo, pero no pudo ser, por su parte tampoco. Ahora, cuando me harto de enumerarme a mí mismo mis interminables faltas, me azoto a mí mismo, a falta de alguien que me corrija.
Besos y gracias a Lucía y a tod@s los que compartís vuestros sentimientos en este blog.
nuba amante lesbiano
Hola Lucía.
Me agobió un poco leerte, porque a esto, hay que darle espacio y vivirlo y después, desecharlo, si procediera, una vez satisfecha.
¿No será algo más además de la falta de tiempo lo que tiene encerrada en el clóset? Mira que una probadita nadie se la niega ;)
No Gavi. No se trata de miedo a dar el paso. El paso ya lo di hace tiempo. Lo mantengo oculto, porque tengo familia, y porque no me fio de nadie.Lo que intentaba reflejar es la dificultad de compaginarlo todo.
Lucia
Lucia, lo lograste, de verdad. Aunque la esperanza es lo ultimo que muere, y pues tal vez, no permanezcas así, extra ocupada para siempre. :)
Es un hecho que demanda un mínimo de tiempo el spanking. Es como cq otra actividad... Te deseo lo mejor Lucía y q la vida de un vuelco q logre con q los obstáculos actuales desaparezcan o disminuyan al punto q logres vivir un poco lo q tto deseas. Me gustó mucho leerte, espero leer más de tí.
DL
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