Cuando era jovencita me gustaba leer artículos
sobre técnicas y prácticas sexuales con
la intención de realizarlas, para impresionar a mi pareja y hacerle
creer que era una Diosa del sexo, jeje. La verdad que hubiera sido difícil serlo, practicando la cantidad de chorradas que
se describían en estos artículos.
Pues bien hacia años que no leía acerca del
tema, pero el otro día por casualidad cayó en mis manos un reportaje acerca de
estas técnicas y le eché un vistazo. Increíble lo poco que han cambiado estas
revistas, en 20 años, eso sí, fue divertido leerlo.
Entre otras te hablaban del carrete filipino, la hormiga caliente, el masaje
acuático, la pinza birmana... Lo mejor no son los nombres sino que todas ellas
son realizadas por experimentadas prostitutas que han heredado la técnica de
sus madres o de la madame del burdel, así que leído esto comprenderéis que no es muy probable practicarlas, y encima resulta que todas están pensadas para
dar placer al sexo masculino (por un momento pensé estar leyendo el
Cosmopolitan) y ya que yo también estoy implicada en el asunto, pues como que yo también quiero disfrutar.
Pero no todo va a ser negativo, en semejante
estupidez de artículo, hay algo que llamo mi atención, que parecía sencillo y
divertido, y no tendría que usar navajas, comer hormigas, bucear en un jacuzzi,
o trabajar en un prostíbulo filipino para aprender la técnica. Se trataba del
uso de los petas zetas, esos caramelitos que te explotan en la boca y tienen un
agradable sabor y que si te los metes en la boca mientras realizas una
felación, le aseguran a tu pareja un fantástico orgasmo lleno de grumos y
chasquidos. Me pareció muy gracioso y me puse a investigar, y la verdad es que
era algo muy conocido, ¡y yo sin enterarme!, pero con lo que aluciné de verdad,
es con el anuncio que os pongo a continuación. Tras su emisión fue retirado inmediatamente de
la televisión, ¿pero para que está Youtube?
Por cierto, puede que los Petas Zetas te ayuden
a salir de la rutina y pases un rato divertido, pero es tan solo eso, un
caramelo pegajoso y empalagoso, que nunca mejor dicho: ¡¡ Mucho ruido y pocas nueces!!
2 comentarios:
Me gustaría que me lo hicieran así...
Jaaaa!... es tan corriente como divertido! jja!
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