miércoles, 23 de mayo de 2012

Baño

Autor: Marita Correa





Sal de la bañera, me dices, sabes que te tengo que castigar.
Me agarras del brazo y me sacas a la fuerza del agua.
Me colocas sobre tus rodillas, y sin más dilación empiezas a azotarme duro, sin piedad.
El dolor de los azotes se intensifica con la humedad de mi piel, y el pálido color de mis nalgas se transforma en un rosado intenso y delicioso.
Ese mismo rosado que más tarde me deleitará al mirarme frente al espejo

2 comentarios:

Constance et Simon dijo...

Muchas gracias por haber puesto ahi un enlace para nuestro blog! Me ha permitido de hacer lo mismo en rose-violette.
(Y perdoname para mi espanol vacilante: no ha praticado despues muchos anos, y mi teclado no conozce los acentos)
Constance

amigospanko dijo...

Tout au contraire. Merci a vous, Constance et Simon