sábado, 26 de mayo de 2012

Antes, durante, después


Autor: Marita Correa

No me vas a castigar de inmediato, se que te gusta imaginarme en ese estado de ansiedad mientras espero.
Quieres que reflexione sobre mi comportamiento, sin embargo yo solo puedo pensar en lo enfadado que estas y en lo que vendrá después.
La espera se hace interminable
A lo mejor si ves lo arrepentida que estoy, lo olvidarás todo y me perdonarás, pero  no será así ¿verdad?
Estoy triste y asustada
Oigo tus pasos en el pasillo viniendo hacia el dormitorio y una profunda sensación entre temor y deseo explota en mi interior, cuando te veo entrar en la habitación.
¡Ha llegado el momento!



Entras en la habitación, ni una sola palabra sale de tu boca, mi mirada esquiva la tuya porque esta lo dice todo.
Te sientas sobre la silla que me dijiste que colocara en mitad del dormitorio.

Me levanto y voy hacia ti, colocándome sobre tus rodillas y cediéndote todo el control.





Mi castigo comienza, me pegas con fuerza, ya quiero que pares no creo que lo pueda aguantar.
Inútilmente intento escapar, tu brazo que sujeta fuertemente mi cintura me lo impide y mi intento de fuga te hace enfadar más lo que endurece la pena.
No puedo controlarme y rompo a llorar, rindiéndome a tus manos, hasta que tú decidas que ya he aprendido.



Todo ha terminado.

El dolor, la pena,  mi llanto, me hacen sentirme pequeña y frágil.
Ahora lo único que quiero eres tú, necesito que me abraces y sentir tu perdón y cuando lo haces una calma infinita me inunda y me relaja totalmente.
No puedo parar de mirarte, de tocarte, deseo que este momento nunca termine.

Reposo mi cabeza en tu pecho y solo puedo decirte: “Gracias”.

1 comentario:

isabella dijo...

preciosas palabras de entrega absoluta, y muy bellas imagenes