La belleza

Autor: Fer

Estos últimos días he estado pensando en la belleza femenina. La belleza femenina siempre es capaz de conmoverme, pero no dejo de pensar en muchas de las cosas que la rodean. Para un hombre a veces es difícil separarse de su impronta genética y poder apreciar la belleza en una mujer de más de 20 años… pero merece la pena hacerlo. Esta sería la primera consideración. Una mujer también va embelleciendo con el paso del tiempo. No necesariamente su idoneidad reproductiva es la única pauta de belleza. Tal vez debemos distanciarnos un rato de la biología más básica.

Tanto para un hombre como para una mujer el modelo de belleza del momento pesa enormemente. La belleza es un bien de consumo perecedero que las sociedades desarrolladas logran proyectar a través de los medios de comunicación. Este modelo es efímero pero muy poderoso.

Es tan poderosa la influencia del modelo acompañada de los arquetipos biológicos que cala en las mentes muy hondo. Al punto que una mujer puede llegar a tomarlo como referencia respecto a su imagen física. Los profesionales que tratan una enfermedad tan terrible como la anorexia han detectado que la proliferación de tallas 36 y 34 en los medios de comunicación no ejerce una muy buena influencia sobre sus pacientes o futuras pacientes.

Aunque parezca una locura Marilyn Monroe hoy en día no hubiese llegado nunca a las pantallas. Hoy sería considerada gordita y bajita. Esto es imperdonable ya que Marilyn ha sido una de las mujeres más sexis que han conocido las pantallas.

Ese modelo es una tiranía sobre hombres y mujeres. No se trata de feminismo o antifeminismo, es cuestión de independencia perceptiva. Ver las cosas con tus propios ojos y no con las gafas que te prestan los anuncios de la tele, las cuatro últimas películas y los artículos de las revistas tanto para hombres como para mujeres.

Creo que los aficionados al spanking, spankees, switchs, spankers, vamos más allá de la sexualidad convencional o vainilla. Esa condición también debería servir para ampliar nuestra visión general y percibir la belleza de otra forma.

Pensaba en la belleza y recordaba las pinturas de Amadeo Modigliani que muestran un modelo de mujer que, tal vez, nada tiene que ver con lo que vemos en los medios hoy, muestra “imperfecciones” tales como una cadera excesivamente ancha en relación a la androginia imperante, una fisonomía marcada por una larga nariz, un oval de cara no marcado por ángulos… pero ¡qué me importa a mi el modelo efímero de hoy! Donde está una pintura de Modigliani en donde capta la belleza femenina más allá del tiempo y de las necesidades de la industria, que se quite todo lo demás.