Autor: H.
Me venía rondando la idea hacia tiempo, le pregunté a una amiga y me contó como lo hacía ella y que no era tan complicado. Estaba en el cuarto de baño y me decidí, disponía de una media hora toda entera para mi (cosa inusual).
La primera complicación vino al intentar cambiar el cabezal de la maquinilla de afeitar de mi santo, estuve por meterme en internet y buscar en Google el libro de instrucciones. La verdad es que solo cabía una posibilidad que con un poco de tesón terminé encontrando. Puesto el nuevo cabezal me metí en la bañera, ya que era ahí donde mi amiga decía que era más sencillito. Claro que no le pregunté por la disposición de los elementos de su baño (mi mala memoria no me permite recordar como está distribuido) y es que me encontré con que no tenía luz suficiente y ni un solo espejo a mano. Todos esos lujos se encuentran alrededor del lavabo.
Primero impregné la zona con crema suavizante para el cabello (siguiendo las pautas que me habían indicado) después lo retiré y me pasé a la espuma de afeitar. La primera duda era ¿en la misma dirección del nacimiento del vello o al contrario? La verdad es que la respuesta no me serviría de mucho, no sé en que dirección crece el vello púbico.
Metida ya en faena estaba diseñando quedar un lindo monte de Venus en forma de triangulo. Nada más lejos de la realidad, no había forma de que cuadrara nunca por lo que decidí arrasar y dejar el monte peladito. Y ahora había que profundizar el rasurar lo que más miedito me daba, los labios.
Me tuve que guiar por la intuición puesto que por más que lo intentaba no llegaba a verme (hay que poner un espejo por aquí cerca). Pensé, tranquila hija, sigue tus conocimientos de anatomía femenina y aunque no veas seguro que lo harás bien. Pero pertenezco a una generación en la que te podían enseñar la lista de los reyes godos pero ni hablar de anatomía y muchísimo menos de la femenina.
La solución era rasurar en todas las direcciones posible y luego pasar la mano para detectar alguna irregularidad. Me estorbaban las piernas, los tendones, los labios… qué poco espacio para maniobrar. De ésta termino contorsionista
La traca final fue la sorpresa que me llevé al secarme la zona. Tenía puntitos de sangre. Me había cortado en más de un lugar. En algunas ocasiones le había visto a mi santo ponerse trocitos de papel higiénico. ¡Ea! manos a la obra, parecía un puzzle a medio terminar o un adolescente el primer día que se afeita la barba
Hay que ver las cosas que hace una spankee por darle gusto a su spanker
P.d.: ahora he leído en internet que es mejor ir a un especialista la primera vez. Hablan más de depilación con cera caliente o en todo caso con maquinillas de afeitar diseñadas para mujeres. Si la experiencia es un grado, ya lo decía mi padre