Cuando hablo de mi afición por los
azotes, más de uno me ha llamado masoca, pero a un masoquista el dolor le
proporciona placer, lo que no es mi caso, por
lo que es difícil explicar a un vainilla porque disfruto de los azotes, cuando
temo al dolor y los azotes duelen y mucho.
Puede ser contradictorio que disfrutes
con las nalgadas si el dolor no es lo que te hace gozar, muy al contrario, yo grito,
lloro, suplico y cuando se termina el castigo
me siento ¡¡Satisfecha!!
Y es que todo lo que rodea al spanking
es de lo más placentero!
El poder puede ser muy sexy, así que
aceptar el control de mi compañero, sentirme sumisa, su tono de voz, su mirada, su
dominio, todo eso me enciende y todavía las
nalgadas no han llegado. Después del castigo, estoy al límite, excitada, lista
para el sexo y dispuesta a experimentar el mayor de los placeres.
1 comentario:
Muy interesante e intrigante pregunta. Sabes que yo acuñé la frase "nalgada que no duele no sirve"? Y me sorprendo a mi misma con ese horror! ja, porque debo confesar que lo que menos me gusta del juego, es el dolor, pero también es cierto que, unas nalgaditas suavecitas... zzzzzzzz
Conociendo masoquistas globales, soy una burla junto a ellos, pero, pues qué le voy a hacer, me tengo que asumir como masoquistoide, porque si no se me arruina el placer con el dolor, pues algo de placer debe darme. En fin, yo sólo sé que no sé nada. :)
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