domingo, 5 de noviembre de 2006

¿Dónde está la spankee?



Autor: Fer

Los ojos del spanker como los del águila o cualquier otro depredador constantemente buscan la spankee. Permanentemente barren el espectro visual como si de un escáner se tratase para localizar a la presunta spankee.

Aunque el spanker de nuestros días tiene su espacio de búsqueda de spankee en el vasto territorio de Internet, normalmente por imperativo genético no abandona su afán de búsqueda y, si es posible, captura de la spankee.

Muchas veces en la retina y en la imaginación del spanker algunos signos, tales como el vestir provocativo, determinadas actitudes infantiloides o cualquier desajuste entre el comportamiento y la edad cronológica, son inequívocos para delatar a la spankee agazapada.

Esta incansable mirada inquisitiva del spanker, muchas veces tiene que contrastarse con su propia experiencia y con el sentido común, entonces la spankee puede ser cualquier chica, la del collar de perlas y el jersey de angorina o la adusta madre de familia con los tres niños. Es cierto que en materia de spanking el hábito no siempre hace al monje.

Otras veces el spanker busca a la spankee con el oído, las frases que componen nuestro discurso siempre son delatoras, el escuchar y “leer” lo que nos dicen nos puede llevar a encontrar la spankee donde menos lo esperamos, o lo que es lo mismo, dar con una spankee fuera de Internet.

También encontramos a la spankee con nuestro corazón y con nuestras emociones, todo ello se exterioriza más de lo que el rol querría.

Nota: Hay un artículo de hace algunos meses escrito por Ocho que se llama Oído, vista y tacto que también trata del tema de la mirada, así como uno escrito por mí sobre La mirada del spanker, que tiene unos comentarios muy interesantes escritos por los siempre generosos lectores.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡Qué lindo post, Fer!!!
Desde luego, eso sí que es difícil, encontrar una spankee fuera de internet, jejeje. Y lo mismo encontrar un spanker. Pero lo que dices es cierto, el hábito no siempre hace al monje. A mí siempre me han dicho que soy muy madura para mi edad y, sin embargo, soy spankee. Claro que cuando desentrañé todo esto y supe qué era lo que me pasaba fue toda una liberación, jajajaja. Sobre todo después de confiárselo a mi novio, xq después pude empezar a sacar a la luz mis facetas "infantilescas" como le llamas tú. jejeje.
Me llamó la atención esa alusión a la forma de enunciar un discurso...Una pregunta: es mi sensación o eres de letras?
Y para terminar, la conclusión te quedó genial, mu linda, porque además es cierto. Hay momentos en los que las sensaciones son tan fuertes que sobran las palabras, y, aunque es inevitable el momento de darle a saber a tu compañero/a de tu fantasía, las sospechas por parte del que lo escucha ya eran bastante grandes.
Sintetizando: ME CHIFLÓ.

Anónimo dijo...

¡Muchísimas gracias por tu comentario! Me da una gran satisfacción que mi post te haya gustado... ¿si soy de letras? bueno, esto lo he recibido como un halago o como un insulto (espetado por un jefe ingeniero que tuve) pero en este caso te diré que, de cierta forma, sí soy de letras, ya que sé que es un halago (inmerecido). Me ha hecho gracia que también confirmases mi idea que pese a la fantasiosa mirada del spanker, verdaderamente el hábito no hace al monje, en este caso las apariencias (con la spankee) siempre pueden ser engañosas. Respecto a encontrar spanker/spankee fuera de Internet, esto excepcionalmente es posible. Una vez hablaba con una chica en Brasil y en un momento dado me dijo "vosotros los europeos en materia de sexo sois un poco especiales", a partir de estas palabras y luego de un par de horas de diálogo, esa noche acabó sobre mis rodillas... Gracias, bea, otra vez!!!

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Bea en lo de que ante sensaciones tan fuertes sobran las palabras, en cierto modo, un rol también puede ser algo propio, personal e intransferible, que no se ajuste a ninguno ya catalogado. Un anti-rol.

Espero que desde donde estés se oigan mis aplausos porque tu post me ha dejado sin palabras... bueno, sin letras y mira que es dificil que me ocurra eso. Buenísimo... te diré como dicen por aquí "que dios te conserve la vista (spanko)" jajajajajajaja.

Anónimo dijo...

Muchas gracias Selene por tu valoración de este post, se trata de un mini artículo que, si bien es un tema recurrente, traía en mente desde hace varios días. La idea es simple, es la de una "mirada" que va mucho más allá de eso y busca constantemente a la otra jugadora. Tal vez no la encuentre con los ojos o con la mirada sino con o en su corazón.

Anónimo dijo...

Yo no entiendo el último párrafo...me lo podría explicar sr. spanker?

Anónimo dijo...

Querida expankee ¿entiendes la frase "trampas para cazar elefantes"?

Anónimo dijo...

Esa sí...pero el último párrafo no, estoy un poco lenta o algo?

Anónimo dijo...

Las spankees nunca están lentas, lo que son es unas listillas!!!

Anónimo dijo...

Interesante artículo... debe haber sin duda mucha spankee suelta por ahí, aunque la pregunta nunca llega a salir y haber dado en el blanco no nos asegura una confesión, sirva un ejemplo. Un día, en un autobus abarrotado, iba yo sentado leyendo un libro cuando una chica de culete resultón, vestido en tela negra de pantalon ajustadillo acabo dandome la espalda. El trayecto no era recto y el conductor no muy diestro. De reojo miraba el trasero de la chica, volvía al libro (perdido ya todo intento de concentración) y de nuevo al trasero, un trasero sexy, con una raja que se adivinaba engullidora, pues poco a poco iba devorando la tela de los pantalones. La chica no hacía nada por ajustar la prenda, bastante tenía con mantener el equilibrio bien sujeta. Hasta aquí todo normal, como normal era que entre vaivén y vaivén el carnoso trasero de nuestra protagonista tocará mi codo. Incomodo al principio, encogí el codo, pero de alguna forma, el travieso culete volvió a toparse con él. Viendo que lejos de encogerse o buscar otro apoyadero, la juguetona retaguardia de la chica buscaba mi brazo, fui a su encuentro, y ella, la chica, inclinándose ligeramente como para no caer al mio. Los iniciales contactos se prolongaron, y en las curvas cerradas, de manera descarada, las nalgas rozaban con mi brazo, aguantaban un momento, se despegaban y volvían a apoyarse. LLegué a pensar en decirla algo, regañarla por hacerme perder el equilibrio del libro toquiteando mi brazo, y probablemente si hubiesemos bajado en la misma parada o hubiésemos coincidido más veces hubiese investigado más... Ni que decir tiene que la idea de castigar el atrevimiento con unos buenos azotes se reprodujo en mi mente en todas sus variantes haciendo necesario un discreto recolocamiento de mis pantalones... ese ajuste que ella no había hecho con los suyos... En conclusión, es bastante dificil dar con una spankee, la idea de sorprender a una compañera de trabajo viendo fotos de spanking en Internet es una prueba irrefutable con la que osaría hacer preguntas directas, el resto ofrece más dudas, más riesgo y delicadeza... comentarios sobre alguna escena de azotes de una película pueden ayudar, pero de ahí a una confesión abierta o una seguridad completa...