martes, 21 de febrero de 2006
¿Qué tan necesarios son los roles y los disfraces en el juego de los azotes?
Autores: Ana K. Blanco y Amadeo Pellegrini
Si me hubieran hecho esta pregunta un mes atrás, seguramente mi respuesta hubiese sido muy diferente. Hasta ese momento yo pensaba que los roles jugaban un papel preponderante y básico en el juego de las nalgadas. Los disfraces eran solamente un elemento más que podían existir o no, los consideraba y considero solo un condimento más en la preparación de este manjar que es la azotaína.
Yo pensaba que no podía, o mejor dicho, no debía existir una azotaína sino había un motivo para ello. Por eso en mi papel de spankee (rebelde, contestona, malcriada, mal portada, irónica, y todas esas bellezas que solemos ser las spankees) trataba de provocar al nalgueador para que tuviera motivos para azotarme. Bueno, también he recibido algún azote por algo que hice sin intención de provocar, simplemente por error o equivocación.
Siempre me imaginé en algún rol para la azotaína: de colegiala, de secretaria, de novia, de mujer rebelde o caprichosa… lo que fuere, pero siempre en un papel o rol. Así también basé siempre mis historias y mi poco conocimiento práctico de las nalgadas me hicieron pensar que era sólo así.
Eso fue hasta que conocí a Amadeo. Él me enseñó la otra forma de la azotaína. Me explicó su forma de verla y con su ayuda pude conocer otra forma de concebirla, de apreciarla, de gozarla… Y me permito compararla con algo y quizás alguno se ría de mi comparación, y está bien que se ría, pero es lo que más parecido se me hace:
Los uruguayos y creo que también los argentinos, preparamos nuestro famoso asado sólo echando la carne en la parrilla, directo sobre las brasas. El único condimento que lleva esta carne es la sal. Cuando estuve viviendo en Estados Unidos, los norteamericanos no comprendían como no le agregábamos más sabores o salsas a la carne. Siempre contestábamos lo mismo: “es que no necesita nada más”. “Pero así no tendrá sabor”, nos decían. “¡Claro que tendrá sabor! Tendrá el sabor que tiene que tener, tendrá sabor a CARNE asada a la parrilla, no a salsa de barbacoa o a mostaza, sino a carne”.
No sé si sirva la comparación, pero… con Amadeo descubrí el sabor de la “carne” natural, sin condimentos extras. Ahora podré gozar de la azotaína por la azotaína misma. Pero me gustaría que él lo explique. Amadeo, adelante por favor…
Gracias Ana Karen.
Recuerdo que todo comenzó con una pregunta tuya. Querías saber qué roles y qué indumentarias prefería yo. En esa oportunidad te respondí que en una genuina azotaina erótica para mi no resultaban necesarios ni roles, ni indumentarias especiales, que me bastaba solamente la existencia del deseo recíproco porque la azotaina tenía significados y valores intrínsecos propios más allá de los pretextos y de los ropajes a utilizar.
Pero también agregué que mi opinión no invalidaba ni los roles ni la indumentaria porque en este universo contiene un importante componente fetichista, donde coexisten expresiones, palabras y prendas de vestir que resultan más estimulantes que otras, puse entonces como ejemplo que, en materia de ropa interior femenina, particularmente prefería los antiguos calzones cerrados de color blanco o tonos pastel a los modernos slips bikinis, tangas o las sencillas tiritas que no ocultan nada, debí decir también -aunque lo omití- que me resultan mucho más excitantes las faldas que los pantalones y las faldas largas más aún que las minifaldas. Será tal vez, porque conservo resabios de otros tiempos y esas prendas me retrotraen a épocas que las mujeres velaban celosamente sus intimidades y constituía un verdadero triunfo masculino descubrirlas y poseerlas.
Retomando tu acertado ejemplo del asado, la circunstancia que algunos tengamos preferencias por el sabor natural de la carne en tanto otros la consuman con aderezos especiales no invalida el significado ni la importancia de esas comidas, además y esto creo que también debe decirse: en la variación se encuentra el gusto o como sostenían los romanos sobre gustos y colores no se admiten discusiones.
Amadeo
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2 comentarios:
Es cierto que la cosa va a gustos. A mi en lo personal algunas veces que he jugado manteniendo roles, me ha sido bastante difícil el no salir en un momento u otro del papel.
Creo que depende de las personas y del ánimo que se tenga.
Hola otra vez :)
Comparto con ustedes el gusto por el no rol... porque la verdad esque a mí la carne... me encanta con salsas... con limón... en taco... en guisado en fin... con todo menos cruda! jaa.
En cuanto al juego... pues bueno... yo aprendí que existían los "roles" cuando entré a la Red y hubo los que me gustaron para la fantasía... para el ciber... en fin... si les contara los mil papeles que he representado!! jaa... sin embargo para el juego real... de roles nadita!... y de vestimentas especial... menos!!... la verdad me gusta que me nalgueen... que me castiguen (de preferencia ;)ñaca ñaca) a mí... a esta mujer hecha y derecha que de pronto... se las gana... y bue... si no se las gana... Mister Spanker sabe hacer que me las gane :) ... uy eso cómo me gusta!... que el Spanker me psorprenda con motivos en los que yo... no había caído en cuenta :D
El role play está muy bien... y debe ser muy divertido... es sólamente que no es lo mío.
saludines
gavi
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