jueves, 23 de febrero de 2006
La spankee huidiza
Autor: Fer
¿Qué pasa en la cabeza y en el corazón de un spanker? Según algunas versiones mal intencionadas en la cabeza solo hay eco ya que su único habitante es una triste neurona solitaria, pero dejemos de lado difamaciones y habladurías.
El azotar y todo el juego previo y posterior es una experiencia emocionante. Una experiencia, que aunque repetida una y otra vez con la misma spankee o con diversas spankees, no pierde su fuerza. El spanker, sin embargo, en el juego de los azotes es siempre más contenido en sus expresiones emocionales y, en todo caso, la descarga de azotes es la que permite una cierta catarsis por el movimiento y la energía puesta en su tarea.
Yo me considero un spanker muy afortunado ya que en los últimos años he mantenido amistad con derecho a azotes con spankees guapa, maravillosas personas y muy inteligentes. En este período de mi vida no me puedo quejar... bueno, tal vez me puedo quejar que muchas veces tengo que volar para dar unos azotes o esperar que la spankee me venga del aire, pero en todo caso eso añade emoción y me hace constatar que uno de mis más famosos slogan, “no hay spankees en Barcelona”, es estrictamente cierto. He tenido la suerte que mis amigas spankees, que son un encanto, a lo largo de mi trayectoria en el mundo spanko han comprendido que no soy spanker de exclusividades y me gusta azotar siempre una nalga nueva.
Pese a ello hay siempre un mito, una quimera que se me aparece en mi mente de spanker y es la spankee que mi imaginación muchas veces ha construido. Es algo así como un espejismo o el horizonte que conforme te acercas a la línea donde se juntan el cielo y la tierra, ésta se aleja. Esa quimera que según la Real Academia Española, es "Aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo", existe bajo diversas formas en la imaginación de muchos spankers, cuando el spanker es además artista plástico o escribe bien, que no es el caso, puede llegar a representarla.
El efecto de Internet algunas veces tiende a magnificar estas percepciones. Cuando en un tablón aparece un brevísimo mensaje que dice algo así como “soy nueva y me interesa mucho esto de los azotes, yo desde pequeña siempre he pensado en recibir una vigorosa zurra” el corazón de spanker que llevo dentro de mi tórax comienza a latir con más fuerza y más velocidad. Luego viene la realidad en todas sus versiones, tal vez esta spankee o protoplasma de spankee, vaya usted a saber, desaparece por siempre jamás o pasa a convertirse en una simpática amiga del tablón.
A mi solo se me ocurre pensar en esas nalgas resplandecientes que tal vez nunca serán azotadas por mano humana de spanker. Algo hay allí de la forma en que se presentan y se perciben los deseos y fantasías de las spankees, tal vez para ellas también exista un spanker mítico o protospanker que solo vive en el inmenso territorio que se extiende entre los sueños y la imaginación.
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6 comentarios:
¿Por el corazón y la cabeza de una spankee pasan cosas similares?. Creo que la respuesta es si, antes que nada por que no dejamos de ser seres humanos y aunque existen las diferencias entre hombres y mujeres en formas de asumir, pensar y sentir creo que en este caso se vuelven afines los sentimientos.
Yo partiría este escrito de Fer en dos:
Uno es el sentir y otro el “ideal de Spanker o spankee”.
El sentir, a mi modo de ver, siempre existe en las dos partes. Partimos que los azotes, darlos o recibirlos, han sido una fantasía que por diversas razones no has podido convertir en una realidad y cuando la sacas o la vuelves real ya de por si ese evento es una emoción fuerte. Con solo este ingrediente ya tienes para sentir un mundo de emociones las cuales pueden ser mayores cuando existe una amistad con la otra parte o una relación, por que le estas incluyendo al spanking un ingrediente que es el cariño, el afecto o el mismo amor que sientes por la otra persona.
Es obvio que en el juego la catarsis la hace el spanker al azotar y que por el rol que cumple no muestra sus emociones, pero sé que un spanker la siente y disfruta de ellas en toda si magnitud. Las spankees podemos hacer catarsis con el llanto, con un grito, con la misma rebeldía y el intentar evitar los azotes pero las emociones son muchas y depende del momento en que se vivan ya que no es lo mismo que te este azotado un spanker casual o que acabas de conocer a que te azote un spanker que es tu pareja o con el cual te unen otros vínculos de amistad y conocimiento mutuo en un entorno no spanko. Si estas pasando por unos días difíciles en tu cotidianidad y te azotan las emociones no son iguales a si esa azotaina se produce en un día que todo, como mínimo, es normal en tu entorno.
Por eso opino y creo que las emociones se dan de los dos lados (Spanker y spankee) sin diferenciar sexos y que cada persona las vive de acuerdo a su propia personalidad pues el ser spanko es parte de la misma.
Sobre el ideal de “ Spanker o spankee”.
Como en todo en la vida, y el spanking, no es una excepción, se tienen ideales. Es como imaginar el “Super Spanker”, quizás sea un espejismo o una quimera, como dice Fer, pero es una increíble y agradable quimera. A mi me pasa cuando por “casualidades” de la vida un hombre, que por supuesto cumple con el físico que quiero en “mi Spanker ideal”, hace referencia a algo que a mi me suena a que puede llegar a ser un Spanker en potencia, o lo es y yo no estoy enterada. Cuando ese hombre dice, en medio de la nada, de una conversación cualquiera cosas como: “se merece una buena reprimenda” o simplemente, entona, mira, habla como Spanker entonces mi imaginación vuela, me desconcentro del tema, le miro las manos, me lo imagino y mis hormonas spankees no paran de saltar. Con el transcurso del tiempo y mas si has tenido Spanker. vas construyendo la lista de “cualidades” del Spanker ideal; que las manos de “X”, la estatura de “Y”, que su voz en el momento de la reprimenda sea de “tal forma”y así con cada detalle que compone a un Spanker. Puede que nunca lo encuentres, pero como soñar no cuesta, cada vez que hablo con mi nuevo vecino o me lo encuentro en el elevador me lo imagino de Spanker y encaja dentro de “ese ideal”, por supuesto que soy conciente que si fuera Spanker o le sacara el Spanker que no ha descubierto es ante todo un ser humano con cualidades y defectos y seguramente tendría actitudes que no encajarían en mi “ideal de Spanker”.
Ha sido un placer opinar en este blog.
Gracias.
Spankee.
Vaya, vaya, claro que existe el protospanker para las pobres spankees.
Es ese hombre, viril, atractivo y seguro de sí mismo, que sabe dosificar su severidad y rectitud para elevar nuestra libido hasta el espacio interestelar. Azotarnos en la justa medida a la situación y el momento y luego proporcionarnos un sexo sublime y placentero.
Un sueño, pero a cambio, la cibervida nos pone al alcance a otros spankercitos, más reales y más divertidos, que incluso con incipientes barriguas hacen que los azotes sean una experiencia real, con personas reales y no sueños de celuloide.
Besos
Supongo que el spanker ideal existe en la mente de todas las spankees, al igual que el hombre ideal en la mente de todas las mujeres (y viceversa), o el trabajo perfecto en la mente de todos los trabajadores activos. Pero no creo que exista. La realidad es lo suficientemente dura para que ninguno de estos ideales pasen la prueba de la cotidianeidad. Pero soñar es divertido, e idealizar es un deber de nuestro espíritu. Luego, sólo nos resta "conformarnos" con la realidad que, gracias a Dios, en ocasiones, ¡se acerca esperanzadoramente a lo que imaginamos!
He recibido por vuestra parte cuatro maravillosos comentarios que me hacen pensar que por ellos ha valido la pena escribir mi pobre artículo. Vuestros comentarios son inteligentes, sutiles y muy analíticos. Además todos ellos responden a unas visiones positivas y vitalistas. Me encantan y me gustan aún más las spankees intelientes.
¡Muchas gracias!
esagradable convencer de que es interesante recibir unos azotes a algunas personas les encantaese rol
Supongo que si, todas las spankees tenemos el ideal en la cabeza, que no siempre implica cuestiones físicas, sino sensaciones que nos inspiran. Sentirnos dominadas, sometidas, corregidas, castigadas, pero también contenidas y saber que podemos confiar en ellos para ayudarnos a "encaminar" nuestras actitudes.
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