Autor: MESTRETON
Iniciaremos esta nueva sección comentando una pequeña obra del escritor norteamericano Robert Coover, de la que apareció una edición en lengua española el año 1985, en la colección Panorama de Narrativas de la Editorial Anagrama, con el título de Azotando a la doncella. Su traducción corrió a cargo de Juan Antonio Masoliver Ródenas.
Calificada por el crítico literario Larry McCaffery como “una obra maestra en miniatura de la narrativa postmoderna”, Robert Coover nos ofrece en esta novela corta una sutil alegoría de los vínculos más ocultos que implica el Poder. Con un humor que podríamos calificar como británico y quizás a causa de la documentación que el autor ha podido consultar sobre la época victoriana, el libro expone de forma obsesiva la relación entre un amo y su criada, encadenados al ritual de su cotidianeidad. Con un ágil uso del lenguaje, del que cabría destacar el uso de onomatopeyas de creación propia, Coover consigue engancharnos al desarrollo de una febril trama, en la que, sin partir de un inicio ni llegar a un final y con un ritmo frenético, las diversas escenas de la relación van apareciendo ante nuestros ojos en un intenso crescendo de imaginación y de creatividad, que llega hasta su punto más álgido para volver posteriormente a moderarse paulatinamente hacia el final de la obra.
Aunque no pueda ser calificada como una obra erótica, la considero como una de les más preciosas muestras de la nada prolífica Literatura (con mayúscula) existente sobre el spanking. Algunas de les escenas que se nos ofrecen consiguen que nuestra libido alcance cotas altísimas de calor. A continuación, reproduzco para vuestra satisfacción un par de pequeñas muestras:
Él la tiene sobre la rodilla izquierda, con sus piernas trabadas entre las de él, con la muñeca sujetada a la espalda, la falda levantada y las bragas bajadas, y le pega con la mano primero una nalga, enrojeciéndola elegantemente en contraste con el deslumbrante alabastro (recordando los manuales) de la otra, luego atacando a su compañera con igual entusiasmo.
A veces la reclina sobre sus piernas. A veces tiene que inclinarse sobre una silla o sobre la cama, o tenderse del todo, o él la potrea sobre las almohadas, la cómoda o un taburete, hay manuales para esto. Lo mismo con las bragas: si has que ajustarlas a las nalgas, como una segunda piel, o bajarlas, y de bajarlas por quién de los dos, hasta dónde, etcétera.
Un libro ciertamente recomendable para todos aquellos que amáis este mundo del spanking. Una obra cuya lectura no os cansará de ningún modo, aunque sea sólo en atención a su corta extensión. Una texto que nos ha legado una de las más divertidas amenazas con las que nunca me había encontrado, formulada por el amo a su doncella antes de comenzar a zurrarle el culo. Ahí va:
“¡Cuando haya acabado, encima de él podrás cocinar pajaritos o asar castañas!”
Nota: Este artículo se publicó en catalán el blog Spank Català y ahora ha sido traducido al castellano por gentileza de su autor MESTRETON (Ton), a quien damos las gracias.
8 comentarios:
Hay que dejarla privada de todos sus derechos es una perra.
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