Autor: Marita Correa
Se denomina vergüenza a la turbación que se siente ante los demás al
cometer una falta o hacer algo que se considera ridículo o humillante.
No puedo evitar
sentirme un poco avergonzada cuando voy a ser castigada, sin embargo, no es ese
tipo de vergüenza que te hace sentir abochornada o humillada, para mi es una
vergüenza exquisita, el preámbulo de mi sumisión, otra de esas emociones
ocultas que me definen como spankee.
Cuando ese pudor se
apodera de mi, un acaloramiento me llena por partida doble, el rubor y la
excitación me dominan, y significa que lo que tanto deseo está a punto de
ocurrir.
Sin esa vibrante
emoción de la vergüenza, esta fantasía no sería lo mismo, es parte del ritual,
nunca es fingida, siempre sentida.
Y cuando el castigo
ha concluido, mi mirada sigue oculta de mi señor, me refugio en su pecho, donde
su abrazo y sus besos, darán paso a nuevas emociones que me harán vibrar de
nuevo