Hoy es 8 de setiembre, cumpleaños de Fer Forever, o sea, de
mi tío Fer. No me extraña. Tenía que haber un 8 en su vida. Yo, como soy una
adelantada (además de olvidadiza) lo saludé ayer, 7 de setiembre. ¿Cómo me lo
agradeció? Pues como era de esperarse del mejor y más querido Spanker latino,
sacando a relucir el mundialmente reconocido Reglamento del Spanker, de su
autoría, y que en su artículo primero (y único, dicho sea de paso) reza: “Toda
spankee será severamente castigada”.
Conocí al tío Fer en el grupo de yahoo “Nalgadas y azotes”
en el año 2005. Recuerdo que me presenté con mi primer relato y él, con
conocida generosidad y su ojo avizor, me invitó a formar parte del staff de su
flamante blog “Spanking en español: Azotes y Nalgadas” en el que estuve
escribiendo hasta que abrí mi propio blog.
Hoy quiero rendirle un homenaje, humilde y pequeño para lo
que él se merece, pero es lo que está a mi alcance. No hablaré del ser humano
(que es maravilloso, generoso, bondadoso, y todos los “oso” positivos que se
puedan imaginar, sin olvidar que es un caballero en el más amplio sentido de la
palabra, siempre está impecable y es… ¡guapo, guapísimo de la muerte! Y con ese
aire garboso, con esa estampa de caballero maduro, con esa voz de…). Ejemmm…
como decía, no les contaré nada a pesar de que mi mente me traicione.
El tío Fer es un caballero español, maduro y conservador.
Como debe ser un Spanker que se precie de conservar la pureza, el buen nombre y
el perfecto comportamiento de las damiselas de todas las edades. Su alma
pundonorosa se siente más calma en otoño e invierno, donde las spankees se ven
obligadas a ir cubiertas, manteniendo la virtud y el recato a salvo. En cambio,
llega la primavera y su ojo vigilante debe ponerse en guardia porque las
hormonas se alborotan y las niñas comienzan a quitarse las prendas con total
desparpajo y ligereza. Y más vale no hablar del verano, donde en vez de ir a la
playa cubiertas con un bañador entero y decente, pierden todo sentido de la
compostura y aparecen con esas escandalosas tangas mostrando toda su piel. “¿Y
luego no quieren que uno las regañe?”, pregunta indignado el tío Fer.
Él sabe que a sus sobrinitas spankees nos gusta ir ligeras
de ropas, fumar, tomar tragos con mucho alcohol, provocar a los Spankers y
disfrutar de la noche. Eso sí: a las 10 de la mañana, como mucho, nos acostamos
a dormir, modositas y desnudas, para estar preparadas para volver a la juerga.
Pero él estará siempre allí, esperándonos con su mano preparada y su cinto
afilado para darnos el merecido castigo.
Sí, sí. Él se ocupa de nuestra educación enviándonos a los
mejores colegios: Hijas de la Correa Perpetua, Hermanas del Dildo Divino, y
sobre todo el fundado en su honor, las Fernandinas de la Perdida Virtud, donde
las spankees somos educadas según su Reglamento y sin excepción.
En su cumpleaños (no voy a decir cuántos cumple, pero sepan
que es un Spankosaurio, el mismo que le curaba los jamones a Cleopatra y en la
Antigua Grecia siempre lo confundían con Apolo porque reunía belleza e
inteligencia. Las diosas hacían fila para que las nalgueara… y algo más.)
quiero desearle a MI tiíto Fer, no un año, sino muchas décadas de felicidad,
rodeado del cariño de sus sobrinas, las spankees malportadas, y del respeto de
esta web por su trayectoria.
Con todo mi cariño y respeto para mi tío adorado,
Ana K. Blanco
Nota: Publicado originalmente en
Aldea Sado