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Autor: Fer
Una ley no escrita del spanking asevera que todo azote es más excitante si la spankee conserva sus ropas, salvo una faldita levantada y unas braguitas - blancas y de algodón, por supuesto - bajadas a medio muslo y el spanker ejerce su magisterio totalmente vestido, con traje cruzado a rayas diplomáticas si fuera posible.
Pues bien, desde lo profundo del invierno mediterráneo afirmo que alguna vez la desnudez completa de ambas parte no está nada mal. De vez en cuando vale la pena romper incluso los más sagrados rituales.
Eso sí, posteriormente las ovejas descarridas del spanking deben volver a las sacrosantas prácticas rituales.