martes, 29 de julio de 2014

Indicando el camino a seguir

Autor: Jordi Spank


Era una de esas tardes calurosas de Junio con esa humedad insoportable que tenemos en la ciudad Condal por estas fechas. Después de un duro día de trabajo me disponía a ir al club de natación para desconectar un poco del ritmo diario, al llamar el ascensor y pararse en mi rellano salió ella con un ímpetu fuera de lo común. Todavía no has llegado abajo, la interrumpí en su camino. Era centroeuropea de clase alta una ejecutiva que se alojaba por temporadas en el ático de Laura una antigua vecina que se marcho a vivir fuera y alquilaba su ático de diseño a ejecutivos. Carla y yo nos habíamos cruzado varias veces por la escalera y no podía dejar de admirar su belleza casi altiva, con sus trajes de firma y sus impecables calzados de tacón siempre acompañados de unas medias que no desmerecían para nada. Al principio solo intercambiábamos conversaciones triviales, pero poco a poco fui intimando algo más y me explicaba como su trabajo le ocupaba gran parte de su tiempo y lo que ella consideraba diversión o vida real en definitiva parecía una quimera, acordamos poner solución a eso lo antes posible. Ahora que la tenía delante mío no podía parar de recordar cómo había podido detectar cierta excitación y nerviosismo en ella cuando fuimos coincidiendo y a medida que yo ganaba confianza le hablaba con imperativos de tal modo como al abrir la puerta del ascensor y decirle, sal, vamos!! Acto seguido le dije que después de nadar pensaba salir a cenar fuera que con este calor no era apetecible encerrarme en casa y que debería acompañarme, también le dije esto con cierto aire de mando. Sonrió y me contestó veo que no me queda otro remedio, ¿Me recoges en dos horas?.

Apenas pude nadar de excitación, al llegar a casa llamé a mi restaurante favorito y como era jueves no hubo problemas de disponibilidad. La recogía a las 21 horas estaba deslumbrante, un vestido floreado vaporoso y poco más podía adivinar... Llegamos al restaurante, nos tenían reservada una mesa en la segunda planta con luz tenue. La velada se fue animando con conversaciones intimas, risas cómplices y un delicioso vino blanco haciendo su efecto por momentos. En nuestra planta solo nos acompañaba una mesa con 4 hombres que parecían estar celebrando algo importante. Conforme avanzaba la noche le hice ver cómo me gustaba esa postura de desaire y desobediencia ante todo que sostenía, pues se antojaba un reto que solucionar. Lo cierto es que las dos veces que fue al baño, los hombres de la mesa cercana no podían quitarle sus ojos de encima y ella sin exagerarlo simplemente con elegancia natural hacía para que así fuera. Al cabo de un rato y ya tomando una copa después de la cena le dije ves de nuevo al servicio y tráeme la minúscula y única prenda que llevas como ropa interior en la mano y pósala dentro de la mía. Me miró desafiante y me dijo, ¿Crees que debería? Debes y lo vas a hacer. Así fue en pocos minutos sus minúsculas braguitas reposaban dentro de mi puño, su rostro parecía más iluminado que en toda la noche y nuestros compañeros de escena que se estaban percatando de todo y de cómo subía el ambiente por momentos parecían absortos. Al poco nos levantamos, deje que pasara delante mío y ella no pudo resistir a girarse hacía ellos y decirles buenas noches, mientras le dedicaba la mejor de sus sonrisas a los 4 pobres zombis hipnotizados antes sus caderas.

De allí a un club, donde estuvimos bailando hasta que al cabo de 40 minutos decidí dejar que bailara sola en la pista y observar con una copa desde un reservado. Pasaron 3 o 4 hombres intentado conseguir su atención, ella se dedico a contornear su baile cerca de ellos y a mantener la distancia con una actitud que parecía hasta déspota. Primero atraía y después desechaba, fue suficiente me acerque le susurre en su oído que nos íbamos y me siguió obediente pensando creo, que el cupo de irreverencia ya estaba cubierto por esa noche. Ya en mi coche, fuimos comentando como había transcurrido la noche. Le dije que si no creía que su comportamiento había sido inadecuado y me contestó, ¿Inadecuado? He sido una autentica perra, ahora tú verás que debes de hacer conmigo. Creo que nunca antes había sentido tal excitación pensando en lo que iba a ocurrir. Al entrar por la puerta de mi casa, no pude más que tumbarla encima del sofá arrancar su vestido con poca delicadeza y propinarle la primera serie de azotes que ella encajo con una dignidad admirable, que menos que esto podía esperar...Acto seguido le dije que se desplazara a 4 patas hasta mi dormitorio así lo hizo y al llegar la encontré encima de ella esperando más, la volví a azotar viendo como sus nalgas enrojecían por momentos, siempre he pensado que un azote debe tener una fuerza controlada, ni débil ni mísera pero tampoco cruel eso sería vulgar y ordinario. Pero su descaro me excitaba de tal manera que costaba contener mi ímpetu. La tercera sesión empezó en pocos minutos después de dejar que el silencio inundara el ambiente y ambos pudiéramos oír la respiración entrecortada del otro. En esa tercera sesión vi como su grado de excitación iba a más, saque una pequeña madera de mi escritorio y cuando ella esperaba una última tanda, me dedique simplemente a masturbarla con ella mientras le decía su oído que tenía razón que había sido una autentica perra y esto no iba a quedar así. Todo lo que pasó en adelante durante esa noche fue simplemente sexo y no me gustaría aburriros con detalles banales. Espero que hayas disfrutado del momento como en su día lo hice yo. Y recordad portaros bien...o no!!!           





martes, 22 de julio de 2014

Mi lugar favorito

¿Tú lugar favorito para ser azotada? me preguntaron, y no supe que contestar, y es que realmente no podría quedarme con uno en particular.  Más tarde, pensando sobre ello recordé sitios poco habituales donde tuve spanking y disfruté muchísimo, pero no podría escoger solo uno, porque cada momento, fuera donde fuese, cada uno de ellos,  tuvo su encanto. He disfrutado del arte del azote, sobre un cañón de una fortaleza amurallada, también entre la arboleda cercana a una carretera solitaria, de la que no estábamos muy seguros a donde nos llevaba, pero que llamó la atención de una pareja de spankos como nosotros. Un portal abierto de un edificio en el casco antiguo de una ciudad, también me arranca una sonrisa cuando pienso en él, ¿y que me decís, de un sólo azotazo en un sitio público cuando menos te los esperas? Sin lugar a dudas también se disfruta. Así que pensando en lugares no demasiado usuales para esta práctica, no puedo elegir uno solo, porque cada uno tiene su magia.
Con los hoteles pasa lo mismo, te queda un grato recuerdo, y vas recopilando en tu mente la decoración de cada habitación, como era el  baño, el tamaño de la cama y por supuesto la televisión, indispensable en este tipo de encuentros.
Y ahora que me he vuelto una mujer formal, pienso en nuestra casa, y sin ninguna duda me quedo con el dormitorio, no es que sea muy original pero es nuestro refugio, nuestra guarida, testigo de confidencias, peleas, reconciliaciones, amor y de mucha disciplina, con nuestro cajón secreto guardando un cepillo, la tawse, una fusta plegable y poco más, ya que no somos mucho de usar implementos.
Pero supongo que al  final el sitio es lo de menos, son las personas las que hacen el lugar, si has disfrutado del momento, se te quedarán grabados los aromas, la música, el silencio, el ruido, la brisa, el calor…  todo lo que nos ha hecho compañía,  en esas ocasiones tan especiales. 



 Autor: Marita Correa

jueves, 17 de julio de 2014

Me gusta, No me gusta



No es extraño establecer una relación amor-odio con algún implemento de spanking, a las spankees suele ocurrirnos con el cinturón, aunque por supuesto hay otras que prefieren cualquier otro, incluyendo la canne.
Naturalmente a los spankers no les ocurre lo mismo, y si tienen un instrumento favorito esta relación será solo de “amor”
Cuando le pregunté a mi pareja sobre esto,  con una sonrisa maliciosa me contestó que su favorita era la vara, pero sé que me lo dijo solo para fastidiar, porque sabe muy bien ¡Cuanto detesto ese chisme!
Hace unos años, cuando en los foros de spanking había vida, hubo una conversación muy interesante sobre implementos de spanking, un spanker muy experimentado nos comentaba que para él, aparte de la mano, siempre imprescindible, le tenía especial cariño a dos instrumentos muy concretos.
Uno era la paleta de madera, que utilizaba para spankees rebeldes y descaradas. Contaba que solo aparecer en la habitación con esta, la cara de la spankee cambiaba por completo imaginando la que le venía encima.
Si el castigo iba a ser prolongado la utilizaba con moderación, aunque había veces que no necesitaba que la zurra fuese larga, ya que sólo le bastaban cinco palmetazos,  para conseguir los resultados deseados. También le gustaba porque podía ser utilizada con la spankee en cualquier posición. La parte más segura para administrar la paleta, la zona baja de las nalgas, además de eficaz ya que hacía que la spankee no se sentase cómoda durante varios días y recordase su sesión con él.
Si se hablaba de spanking erótico, tampoco tenía dudas al respecto, la fusta era la elegida. Peligrosa como la canne, ya que provoca sus mismos efectos, pero usada debidamente, puedes tener una sesión larga y excitante con el mínimo dolor. Destacaba en ella su facilidad de manejo y que le permitía acceder  a zonas del cuerpo que con otros instrumentos no podía,  como el interior de los muslos y si la dama se lo permitía, también lo usaba sobre sus pezones y clítoris.
Como veis, implementos de spanking los hay para cada ocasión y para todos los gustos, solo nos queda disfrutar de ellos, utilizándolos siempre con mucho cuidado y mucho cariño.




Autor: Marita Correa

jueves, 10 de julio de 2014

¡Olé!

Simpáticas estas imágenes del blog, The Kami Robertson Collection, donde una bailarina algo patosa arruina el espectaculo de flamenco donde actuaba, dejando a su profesor en ridículo. Este decide motivarla de la manera que vemos en las fotografías. No se yo si llevar esos zapatos tan poco apropiados para el vestido, habrán sido también motivo para este castigo.




Autor: Marita Correa

martes, 8 de julio de 2014

Una mano inocente


No es difícil encontrarnos en una situación como la de arriba. Cuando los azotes empiezan a cumplir su objetivo, nuestra mano es poseida por un deseo irrefenable de detener al spanker, que en ese momento  está concentrado en su muy educadora misión.
Interrumpir el castigo es algo que bajo ningnua circunstancia se debe hacer, pero aunque nuestra mente ordene a nuestra mano que no se mueva, ella que va por libre, se planta en medio del trasero cuando menos te los esperas.
Este torpe acto por parte de nuestra mano traidora, solo nos ocasionará  mas problemas de los que ya teniámos en ese momento.
Consecuencias: azotes en los muslos, los que nos hará retirar la mano de inmediato, empezar el castigo desde el principio, que el spanker incremente la intensidad de las nalgadas o que el implemento que más odiamos de todos, se una con nosotros a la fiesta.
Evitar esta acción es algo que a las spankees nos cuesta realizar , y no importa que seas una experimentada en la materia, porque volverás a caer en lo mismo, por lo que una vez más terminaremos con la mano apresada por las suya a nuestra espalda, o nuestras muñecas atadas en el cabecero de la cama, pero sobre todo, con nuestro culo mucho más "ardiente",  de lo que en un principio debiera haber terminado. 




Autor: Marita Correa

sábado, 5 de julio de 2014

Esta semana Marita recomienda


La semana pasada no hubo Marita recomienda, por lo que no pude aconsejaros leer el excitante relato de Patty publicado en Relatos de azotes y aunque lo puse en el tablón puede haber algún despistadillo/a,  que no se diese cuenta,  por lo que vuelvo a sugeriros esta intensa y acalorada lectura, que seguro la vais a disfrutar.

Por otro lado aprovecho este post para despedirme de vosotros hasta dentro de unos meses. No tengo demasiado tiempo libre por lo que me es imposible seguir por ahora colaborando con el blog, y ya que soy una apasionada del cine, esta semana le he dedicado esta sección a escenas de spanking en películas.

Secuencias de azotes en el cine hay muchísimas, aunque que merezcan la pena no tanto, al menos para mi gusto, mis favoritas las del segundo vídeo, pero las primeras aunque la calidad de la película y los actores me parece pésima, (sólo algunas),  las escenas de azotes se pueden salvar,  por lo que me pareció acertado añadirlas al montaje.

Algunas secuencias las tenía yo de mi colección propia, otras cómo Andrea, la he conseguido del blog, The memories of a strict uncle,  aunque no estoy muy segura de que realmente esta película se llame así,  y para estar enterada de novedades suelo recurrir a chross blogt, tiene una amplísima base de datos sobre escenas spank, algunas las puedes ver online pero no os arriesguéis a descargarlas de allí. Nada de acuerdo con la puntuación que se les otorga a muchas de ellas, porque están sobre valoradas,  pero son las votaciones de los usuarios.

Aunque algunas de estas escenas son muy antiguas e imagino que las habréis visto anteriormente, espero que volváis a disfrutar con ellas. Aprovechad el veranito y pasarlo estupendamente, yo intentaré estar de vuelta a finales de septiembre.
Besos y hasta pronto!!

 
 





Autor: Marita Correa

martes, 1 de julio de 2014

La imagen del día

raw pleasures

Tras el último azote con la vara, un escalofrío recorre todo mi cuerpo. El fuego de la canne,  ha marcado de nuevo mi piel. Apenas puedo moverme, solo puedo sentir el ardor de mis nalgas, es como si mi cerebro, hubiese perdido el control sobre el resto de mi cuerpo. Tan solo mi respiración turbada, se atreve a romper el silencio de la habitación. El desconcierto que antes se apoderaba de mi cuerpo, ha desaparecido y el sosiego me inunda por completo. Sabes que no es la primera vez, así es como me siento después de entregarme totalmente a ti y como me quiero seguir sintiendo.





Autor: Marita Correa