domingo, 26 de marzo de 2006

Cultura mamaria


Autor: Fer

Los senos constituyen una especie de tabú para los spankos. O peor aún, el pecho femenino es ignorado entre los spankos. Nunca se habla de ellos, no aparecen, salvo en raras ocasiones, en ilustraciones y relatos, no son objeto de comentario alguno.

Los rituales del spanking más al uso eluden sistemáticamente los pechos, basta pensar en protoritual spanko del OTK con levantamiento de faldita y descenso de bragas y, en todo caso, para una azotaina más rigurosa o para una permanencia en el rincón, la spankee permanece desnuda de la cintura para abajo.

¿Esta negación mamaria será porque el desarrollo de ese par de glándulas es uno de los primeros indicios que la niña se está transformando en mujer y los spankos estamos un poco atados al mundo infantil?

Teorías y especulaciones se pueden construir muchas... yo recuerdo a algún antropólogo en alguna obra de difusión, más o menos científica, que exponía que el actual homo sapiens alguna vez fue cuadrúpedo. Debido a esa condición para que el macho copulase con la hembra y se perpetuase la especia, la naturaleza le facilitó las cosas al tener los genitales femeninos a la altura de sus ojos nariz y boca. Esto le permitió centrar su atención en la zona glútea de la hembra que ejercía sobre nuestro ancestro una irresistible atracción. Al evolucionar a lo largo de una serie de miles de siglos hacia la bipedestación, es decir a la incómoda costumbre – tan nefasta por otra parte para las lumbares – de caminar sobre sus patas traseras, el precursor de nuestros antepasados del Cromañón, tenía el peligro de perder el interés por la hembra ya que sus genitales quedaron perfectamente ocultos entre sus piernas y la naturaleza que es sabia desarrolló las mamas, más allá de su función puramente nutricia, conformándolas con su actual y agradable forma redondeada para recordarle al macho unos glúteos. Entonces ¡si esta teoría es cierta, mira por donde, las tetas son como un anuncio del culo!

Los norteamericanos son muy amigos de los pechos femeninos, más que los europeos, ahí está toda la tradición de la revista Playboy y toda una cultura mamaria. El Wonderbra donde ha batido récord de ventas es en EEUU.

La diferencia entre una playa europea y una brasileña o norteamericana es que en la primera se hace topless y en las de América no.

Sin embargo en los años ochenta en Europa ha habido un boom de la cultura mamaria, si no que le pregunten a los cirujanos plásticos cómo se han comprado esos Porsches tan bonitos y caros. Ha sido a base de implantación de prótesis mamarias. Sin recurrir a Freud, es obvio que como mamíferos por la asociación entre pecho y alimento, los senos algo nos tienen que decir a todos, incluso a los spankos.
En la cultura bdsm se atan los pechos, hay técnicas de clavarles agujas y fustigarlos. Al menos se les hace caso, entre los spankos no existen.

Pues yo, sin dejar de ser un spanker de pro, me confieso un aficionado a los pechos femeninos sobre los cuales no tengo especiales preferencias en cuanto a tamaño o aspecto, sino más bien me excitan como una parte muy especial de sus dueñas, después de dar unos buenos azotes me gusta verlos, tocarlos, acariciarlos, pellizcarlos ligeramente, comermelos y percibir como su propietaria sube de temperatura.

Autoservicio


Autor: Fer

Una de las prácticas más misteriosas del spanking para mí es el autoazotamiento o autoflagelamiento. Parece que es algo que forma parte del mundo secreto de las y los spankees. Lo conocemos porque a veces nos lo cuentan como al pasar o hay algún dibujo o foto alusiva.

Cuando una práctica erótica es oculta cobra mucho más morbo y misterio, esta es una de ellas. Al no conocer directamente esta práctica solitaria, todo queda librado a la imaginación.

Yo me figuro a una muy jovencísima spankee desbordada por las imágenes de azotes eróticos que pueblan su mente, tal vez inspirada en algún profesor o alguna figura de autoridad de su entorno, que en la soledad de su habitación bien cerrada con llave, desnuda sus nalgas y con un cinturón o un cepillo se administra unos cuantos azotes como parte de un delicioso ritual autoerótico ¿Ocurrirán así las cosas o mi imaginación tiende a hacerlas más bonitas y más eróticas?

En algunos casos, para algunas personas esta fase juvenil de la vida spankee ha persistido y continúa la costumbre de autoazotarse, incluso cuando hay alguien con quien completar el juego, creo recordar un chico que frecuentaba los tablones de spanking que siempre hablaba de estos placeres solitarios, pero que nadie le seguía el hilo.

Los spankers, que yo sepa, no hacemos nada similar. No me imagino fustigando un cojín.

Me gustaría saber más acerca de esta curiosa práctica.

domingo, 19 de marzo de 2006

De la vista nace el amor

Compilador: Fer

Hace algunos días se desató una interesantísima discusión en el tablón Nalgadas y Azotes http://es.groups.yahoo.com/group/nalgadas_y_azotes/ sobre el poder de lo visto y no visto en el arte de los azotes eróticos. Esta discusión, de la cual aportamos algunas de los ricos comentarios realizados, estoy seguro que me dejo alguno en el tintero, surgió en paralelo con el artículo de este blog ¿Enseñar o insinuar? http://azotesynalgadas.blogspot.com/2006/03/ensear-o-insinuar.html que versaba sobre el mismo tema.

Como si esto fuera poco hay dos artículos más que abundan sobre un tema que, está muy claro, es recurrente, el erotismo visual. Uno de ellos es Excitación visible
http://azotesynalgadas.blogspot.com/2006/03/excitacin-visible.html y el otro ¿Pubis silvestres, arregladitos o rasurados? http://azotesynalgadas.blogspot.com/2006/03/pubis-silvestres-arregladitos-o.html

De lo que no hay duda es que los humanos unos animales que, aunque Bush y sus seguidores de la Teoría del Diseño Inteligente lo nieguen, venimos del mono y por lo tanto tenemos una vista estereoscópica muy desarrollada como para movernos colgados de las ramas distinguiendo la fruta más madura a la perfección. Además nuestra cultura ha primado el sentido de la vista por encima de todos los demás. Es muy curioso oír hablar a un ciego congénito y escuchar, iba a decir “ver”, la cantidad de metáforas relacionadas con la vista que puede llegar a emplear y eso sin haber visto nunca nada.

El post y las fotos que aportó gavi fueron los que desataron la amena sucesión de ricos comentarios y opiniones:


"Qué prefieren?... que en las fotos se vea el coñito de la spankee?... o que no se vea... y por qué?

Yo contestaré primero porque soy una grosera!

Yo prefiero que no se vea... porque bue... soy mujer y el sexo de una coleguilla me atrae tanto como un bledo... sin embargo las nalgas... hay muchas que me encanta ver!... de hecho algunas son el elemento cachondo de algunas fotos y de algunos dibujos... para mis ojitos heteros.

Alguien más que opine?

besitos
gavi

"Como hombre, opinaré.
Cada cosa tiene su encanto: me gusta que se vea el...
(No lo digo por no ser tan grosero como Gavi), por razones obvias pues es una zona muy rica y excitante, pero me gusta la foto en la que no se muestra porque supone el anticipo de que, en un momento u otro, se puede apartar lo que estorba y, entonces, ofrece todo su encanto para un libidinoso que, sin dudar, se aprovechará de tal situación.
Jano.

"Pues yo opino, mi querida Gaviotilla, que tampoco me gusta que se vea. Pero como sé que hay a más de un spanker que no le gustan las tangas sino las nalguitas totalmente cubiertas, pues... me gusta todo el proceso, todo el rito donde primero pueden meter la braga entre los "cachetes" de la spankee y luego bajar la braga hasta la altura de debajo de las nalgas, donde el culete queda expuesto pero el coñito no!!

"Ahora... admito que una vez que estamos muy avanzados y él decide bajarme totalmente las bragas, puessssssssss... siento mucha vergüenza pero también mucho morbo, sobre todo si después de unas nalgadas y comprobando la temperatura de las nalgas... se le escapa algún dedillo travieso por allí... y... mmmmmmmmmmmm!! MEJOR NO SIGOOOOOOOO!!

También a mi el ver algunos culitos cachondos me gusta mucho, y siempre recuerdo un video que había enviado Mauricio donde la spankee cuando se refregaba su colita, se apretaba las nalgas y al hacerlo dejaba entrever su coño. Admito que eso tenía también su morbo, aunque es una parte de la anatomía femenina que no me llama la atención en lo más mínimo.

Besitos para ti y para todos!!

Ana Karen


"Aunque tengo unos mil y pico mensajes sin leer, ya voy acercándome poco a poco al ordenador otra vez, y doy mi opinión, sobre la cuestión:

A mi cuando se ve el sexo de la spankee, pues....¡Me da hambre! Y creo que lo explico con la foto que adjunto que por cierto, no recuerdo de dónde la saqué. Eso sí hambre " lobuna "...

Un abrazo a todos/as y ya prontito vuelvo.....
Granuja


"Hola Gaviota, aquí va mi respuesta pensando en que
hablas del momento específico de las nalgadas, y no
de uno de intimidad que pueda ir más allá, ¿vale?

Para mí en ese sentido, es excitante cuando la vulva
de la mujer apenas se percibe. Diría que mi emoción
al respecto se distribuye en forma de campana, hay
poca cuando no se ve, mucha cuando por la visión
parcial y momentánea sé anuncia su presencia apenas,
y poca de nuevo cuando es completamente expuesta.

Eleu, (en plan estadístico.)

"Pues por alguna razón esa parte femenina no tiene
atractivo visual para mí, no es que me moleste verla,
pero no es lo que yo busco verle a una dama. Con ver
sus nalguitas desnudas me basta y sobra para yo ser
feliz, misterios que tiene la vida.
Neftalí

"Bueno, . . . a mí no me gusta que se vea . . . pero me gusta que se
entrevea . . . es decir que se vea . . . pero que no se vea . . .
¿queda claro?
Seniba

"Curiosamente, gracias a la riqueza de medios de comunicación spankos que vamos teniendo en Internet, esta cuestión sobre lo que está cubierto o tapado ha aparecido en paralelo, en la misma fecha, en el tablón y en el blog http://azotesynalgadas.blogspot.com/2006/03/ensear-o-insinuar.html

El artículo que aparece en el tablón "¿Enseñar o insinuar?" recibe unos cuantos comentarios de los cuales uno de ellos, anónimo, es muy interesante y dice "Pues yo creo que todo tiene su momento, el de insinuar y el de ENSEÑAR... "

Una cosa son las fotos sobre las que parece darse un consenso, más o menos generalizado, acerca de la superioridad de las fotos en las que se insinúa más que se muestra.

Sin embargo en una sesión de spanking real, muchas veces lo que ocurre es que el descubrimiento es gradual. Incluso algunas parejas (spanker hombre y spankee mujer) prefieren iniciar el castigo por encima de la ropa, luego por encima de las braguitas, para posteriormente bajarlas solo un poco... y continuar con ellas a medio muslo en posición OTK. En esta posición, pese al privilegiado punto de vista del spanker, no necesariamente hay una visión directa de ano y vulva de la spankee. Pero muchas veces el castigo tiene una segunda etapa en la que el spanker tiende a la spankee sobre la cama, algunas veces dispone un almohadón bajo su cadera o la hace extender su torso sobre una mesa y separar sus piernas para proceder a una azotaina a mano o instrumental. Ya en esta segunda etapa, especialmente si se obliga a la spankee a separar sus piernas, la visión es mayestática. Por no hablar de la posición bautizada por gavi como "del pañal" en la cual la spankee yace en decúbito dorsal y se levantan ambas piernas para proceder a castigarla en sus nalgas.

Yo entiendo que ambas partes van jugando de tal manera que la visión de, como dice una amiga mía que dicen las chicas cursis, "sus tesoritos" se va produciendo de forma gradual, a medida que crece la excitación. De esta forma cuando la azotaina está muy avanzada el spanker busca con su mirada contemplar esas tierras de conquista en donde se promete dichosos momentos que, si además de buen azotador es buen amante, harán las delicias de la sufrida spankee...
Fer

"Hola , A mi me encanta ver esa cosita que se va humedeciendo cada vez mas y a medida que incremento las nalgadas mas se moja y mas y mas , que bárbaro es algo que me encanta.
Gomafina

"Pues yo te empino... digo, YO OPINO

A mí siempre me ha gustado la parte tierna del spanking: subidita de falda (mejor si es de tablones), bajadita de calzón (si es blanco y de algodón, es mejor), pompas al aire y chica con actitud de niña apenada. La vista del órgano genital, si bien me gustó en la foto, no es indispensable para mí... además, dependería de la situación y de la spankee de que se tratara.

Un abrazo especial
Hans

"¡Yooo! Yo opino. A mí tampoco me gusta que se vea el sexo, creo que le quita mucho a lo que debe ser el asunto central, y que son las NALGAdas. Aparte, aunque sé que es un contrasentido, no me gusta que la parte erótica del spanking sea explícito. Me gustan escenas que reflejan castigos reales, no el cachondeo que es. Bueno... me voy al psiquiatra
Mayte

"Hola Gavi y a todos ...
A mi me gusta de las dos formas, primero con y luego sin braguitas.. Me gusta mucho ver el sexo de la spankee... pero prefiero que se le vea el anito jejejjeej y todo jejejejjej soy muy morboso y queeeeeeeeee ... Bonitas las dos fotos Gavi...
Mauricio


"A mí me gusta que se vea de una forma "natural" . Lógicamente, por
la postura adoptada por la spankee, unas veces por los movimientos o
baile de las nalgas, otras por el aspeo de las piernas a modo de
alivio de las palmadas y otras por la forma del culito (ya que todos
los traseros no son iguales de forma y a unas chicas se les ve más
que a otras), se vea esa zona de una forma, llamémosle "accidental "
como "no buscada".Por ejemplo me encanta que la postura adoptada al
principio , más pudorosa con las piernas más juntas, al final y
debido al ardor del culete, la spankee olvida ese pudor y solo
trata de aliviar el picor, con lo que se separan algo las piernas y
nalgas y se observan esos recónditos y maravillosos lugares privados.
Especialmente me parece gracioso y tierno ver las dos nalgas
coloradotas y asomando entra ellas el anito y el coñito y si además
este está rasuradito o depilado ¡woowww que lindo!.No se si me
expliqué, resumiendo, que sí, que me gusta mucho verlo , pero que se
vean como algo natural y consecuencia de la azotaina, como fingiendo
que no se le da importancia .Por ejemplo al dar la cremita tras la
azotaina (¡cuanta bondad la del spanker!) que se deslice un dedo
entre la rajita, y yo con cara de spanker que no se inmuta y la
spankee en cambio se ruboriza aún más ( o lo finge con dando
aspaviento ¡ups! ).Bueno pues eso , que me gusta de todas
formas ,las dos fotos preciosas.Mmmm esto mm no se ahora que lo
pienso me gusta que por ejemplo en esa situación en el que ...vale
vale ya me callo je je je
Pit

Azotes, cilicios y religión católica


Autor: Fer

Pese al indudable prestigio británico en materia de azotes - solo hay que recordar que la palabra que usamos para los azotes es un vocablo inglés - no hay que negarle a la Iglesia Católica Apostólica Romana una gran tradición en materia de azotes y otras formas de mortificación de la carne.

Reseñar todo lo que ha ocurrido en más de dos mil años respecto a la Iglesia Católica y los azotes sería una labor de historiador del spanking, que, en primer lugar no me siento capacitado para llevarla a cabo y en segundo lugar esa historia ya está escrita por múltiples autores; sería muy pesado el remontarme a los primeros tiempos de la Iglesia primitiva, recorriendo todo el medioevo, las órdenes flagelantes, los escritos de los Santos sobre las bondades de la aplicación de disciplinas y muchos de los descubrimientos llevados a cabo en conventos y monasterios abandonados, sin olvidar las actas del Santo Oficio (Inquisición) tanto como azotadores oficiales en un momento de la Historia como perseguidores de los que flagelaban en exceso, más adelante.

Hoy el tema de los azotes ha saltado a la palestra debido a la polvareda levantada por el best-seller El Código da Vinci de Dan Brown, que pronto se estrenará como película de Hollywood. En ese libro, que desde un punto de vista literario e históricos, es considerado por los expertos como mediocre, aparece un personaje del Opus Dei – para entendernos – son “los chicos malos” de la película, que se autoadministra unas importantes dosis de azotes. Los del Opus Dei, una poderosa organización católica nacida en la época de la dictadura de Franco en España, están furiosos con Dan Brown y con los productores de la película.

Yo había curioseado hace muchos años en la página web del Opus Dei, o La Obra, como prefieren llamarle sus miembros, sobre el tema de la mortificación de la carne y lo que allí aparecía es un reconocimiento que ante la tentación de la carne se tenía que proceder a aplicarse un autofustigamiento con unas pequeñas disciplinas y colocarse un cilicio. Curiosamente después de la aparición del libro de Dan Brown y sus múltiples reediciones en todos los idiomas, este apartado desapareció de las páginas oficiales del Opus.

Actualmente en esas páginas la referencia que existe es la siguiente:

http://spanish.opusdei.org/art.php?w=16&p=10383


"Al fin y al cabo, se puede hacer por el alma el mismo esfuerzo que se hace por tener un buen físico. Es malo, cuando se machaca en exceso.

"Con todo, algunos santos destacados, como san Francisco de Asís, santa Teresa de Jesús, san Ignacio de Loyola, santo Tomás Moro, san Francisco de Sales, el cura de Ars o santa Teresa de Lisieux, utilizaban cilicios o disciplinas para generarse alguna molestia, sin lesionar su salud. La Iglesia ha aprobado estas prácticas y muchas instituciones las siguen actualmente. La descripción que Dan Brown hace de ellas en su libro es una disparatada exageración.

"La “santidad en la vida ordinaria” que predica el Opus Dei, hace que los sacrificios propios de la vida ordinaria sean más importantes: sonreír cuando se está cansado, acompañar a una persona en un trayecto, no retrasar un trabajo aunque aparezca la desgana..."


No tengo personalmente nada en contra del Opus Dei y mucho menos contra el sentimiento religioso (al cual respeto) y la compatibiliazación de la sexualidad con las cuestiones de consciencia, es más, en el caso del Opus siento una gran simpatía por la laboriosidad de sus miembros y el compañerismo interno del que gozan; sin embargo, obviamente no solo no comparto su ética sexual sino que deploro el estilo, muy católico por otra parte, de querer imponer su propia ética al prójimo. Lo interesante que se desprende de su página web es que no niegan estas prácticas sino que dicen que Brown "exajera"...

Es más, hay un juego muy morboso en toda la iconografía y tradición católica con el dolor, el gozo, la represión sexual, la culpa y la confesión. Recuerdo muy bien un pasaje de una novela, creo que el título era “Parejas” de un escritor americano llamado John Updike en donde describe la situación de unos matrimonios de las afueras de una ciudad en los Estados Unidos de mitad de la década de 1960 que practican el intercambio de parejas y aparece un personaje que se acostaba con un gran número de mujeres, el narrador lo describía algo así como: este hombre (no recuerdo el nombre del personaje, lo siento) de origen irlandés, extrae gran parte de su portentosa potencia sexual de la represión sexual católica acumulada en múltiples generaciones.

Sin duda alguna en más allá de los daños irreparables que a lo largo de 2000 años ha perpetrado la represión sexual católica sobre la libertad de las personas, de lo que no me cabe la menor duda es que en el mundo católico se puede encontrar muchos alicientes imaginativos.

viernes, 17 de marzo de 2006

Las razones del spanking


Autor: Paddledom Magistral

He pensado alguna vez acerca de la variedad maravillosa de azotes y los resultados variados que se pueden lograr con ellos. Mezclándolos con el cuidado cariñoso y las circunstancias apropiadas, pueden ser una mejora psicológica poderosa en muchas áreas diferentes. Por ejemplo:

1) En el Juego. ¡El juego de los azotes es divertido! Pueden causar risa, incluso risa tonta. Si se hace suavemente y no con mucho dolor... sino apenas un estímulo, mezclándolos con caricias, cosquillas y roces son una diversión muy sencilla. Profundizan una relación y normalmente son el preludio al sexo y a la intimidad.

2) Eróticos. Los azotes eróticos se utilizan para aumentar en la sumisa la respuesta sexual y puede de hecho llegar a ser bastante severos y genuinamente dolorosos. ¡El dolor puede aumentar la respuesta sexual en una sumisa experimentada y llevar el orgasmo del Amo a alturas increíbles! Este dolor se puede interpretar como el placer más exquisito, y los gemidos y la respuesta sexual profunda son normales. Generalmente para parejas... bastante experimentadas los azotes pueden ser una especia que aumento el sabor sexual. Es normalmente una respuesta aprendida, la de gozar con el dolor.

3) La corrección de la Conducta. Exactamente como los azotes que te dieron cuando eras niño. La conducta ha sido inaceptable y los azotes se dan como un recordatorio de que esta conducta no se tolerará. Puede que la sumisa no se hubiera dado cuenta de que esta conducta no era aceptable, y puede que no se sienta culpable por ello. Los azotes son un medio de corrección y control de la conducta. Expresan la desaprobación del Amo.

4) El Castigo. Semejante a lo expresado anteriormente, con la excepción de que algo genuinamente perjudicial se ha producido. El castigo es desagradable y los azotes realmente pueden incluso causar heridas. El objetivo es permitir a la sumisa sentir que se ha impartido justicia para que el perdón sea posible. Son el final de una situación desagradable. Generalmente son seguidos por abrazos y besos y por el perdón verdadero. Se usa para “limpiar” la relación.

5) La Terapia de la Culpa. Situaciones a veces dolorosas del pasado han dejado un sentimiento de culpa y tristeza. La sumisa no tiene forma de tratar esas heridas emocionales y la culpa perturba su sensación de bienestar y felicidad. En este caso, la terapia de los azotes se puede aplicar, combinada con la discusión y los abrazos compasivos. Permiten que la sumisa "pague su deuda" y limpie su corazón. Requiere normalmente varias sesiones de trabajo, pero el resultado maravilloso es poner fin a esos sentimientos y aliviar la culpa.

6) La Relajación. Generalmente se hace en la cama con la sumisa relajada en el regazo. Los azotes son apacibles y se pueden combinar con el masaje profundo y los golpes suaves de los dedos que traen la relajación y la paz. Estos azotes aliviarán las tensiones y los músculos y se usan para dar bienestar y mimos. Es casi como un masaje. Se puede estar una hora azotando así y llevar a la sumisa al cielo con una apacible sonrisa en su cara. ¡Unos buenos azotes son mejor que un Valium!

7) Dar calor a la sumisa. Magníficos para un resfriado o para una noche fría. No hay nada semejante al resplandor de una sumisa que siente ese calor y después abrazarla bajo las sábanas para llenar también de calor su corazón y de hormigueos su trasero. Será una sumisa satisfecha, feliz y cálida.

8) Aliviar... Esto puede parecer una paradoja... ¿unos azotes para consolar? He visto momentos en que una sumisa ha hecho algo malo o ha tenido un día horrible y se sentía solitaria y mal interiormente. (La sumisa puede pedir ser azotada en estas circunstancias), en este caso unos azotes compasivos alivian la tensión emocional y hacen que el mundo parezca estar en su sitio de nuevo. La sumisa siente que el Amo se interesa por ella, que la ama y en eso halla el consuelo

Los instrumentos usados varían...hay tantos... la mano, paletas, látigos, correas, varas, fustas, etc.

Azotes felices a todos. :-)


Este artículo ha sido escrito por Paddledom Magistral, y traducido libremente por A. S. para un Rincón del Paraíso.
http://www.unrincondelparaiso.galeon.com/primera.htm

Spankee madura vs. spankee joven


Autor: Antoine_X

Cuando le envié mi primer artículo a Fer, me respondió y me comentó que le había gustado y que otro tema que quedaba en el aire era el de la mujer madura azotada por el spanker joven. No me especificó género del spanker, y aprovechándome de esta situación he decidido jugar con su idea, para cambiar el tema del artículo, para pasar de la relación spankee madura- spanker joven, por una que me atrae un poco mas, las diferentes posibilidades que representan las spankees maduras y las jóvenes.

Dado que algunas chicas menores de treinta años hicieron comentarios a mi anterior artículo, he comprobado que aunque pocas existen. Así que el tema de este artículo va a girar en torno a la elección entre jóvenes y maduras detallando dentro de mis limitaciones las cualidades que para mi cada una de éstas representa.

Para los spankers no muy experimentados como yo, el icono que representa la spankee madura es una sombra muy alargada. Azotar a una mujer que está en la treintena o cuarentena, es un placer difícil de definir; la sensación de tener sobre nuestras rodillas a una mujer hecha y derecha tiene muchas implicaciones satisfactorias para un spanker joven como yo, pues el inicial respeto derivado de la diferencia de edad se va transformado bajo el lento devenir de los azotes. Particularmente, me gusta la imagen de la mujer madura sobre las rodillas de un jovencito, entregándose y disfrutando como una niña del escozor de las nalgadas. Por unos momentos deja de ser esa mujer ocupada para entregarse a ese chico que la azota con la avidez de encontrarse con una mujer en su plenitud de formas y espíritu. Para muchas de estas mujeres la época de los roles quedo aparcada y se entregan ya a los azotes sin mas que la satisfacción y el placer que proporcionan estos en si mismos. También es la época de experimentar con nuevos instrumentos, posiciones y quizá afianzarse con un único compañero.

La juventud de una spankee es una baza que no se puede recuperar con el paso de los años. La ingenuidad y la tersura del divino tesoro arrebata tanto las pasiones de los más jóvenes como la de aquellos spankers que quieren recordar la tersura de la piel veinteañera, y quizás por qué no, revivir los episodios juveniles si se tuvieron, y si no fantasear con lo que podría haber dado de si esa época dorada. Pero no todo son virtudes en las jóvenes spankees, puesto que a parte de su sensual falta de experiencia, a veces no son capaces de dejarse llevar por el placer de las situaciones como una mujer madura sabe hacerlo. Creo que en esta edad todo castigo lleva consigo implícito el intento de evasión por parte de las chicas, así como cierto recato en la práctica del spanking, que con el paso de los años desaparecerá como si de humo se tratase.

No pretendo con estas líneas más que dar paso a los comentarios de la gente, y sobre todo las críticas a lo que he escrito, pues no son más que mis propios pensamientos, que supongo no coincidirán con los de mucha gente.

Al final solo una última reflexión, no importa la edad sino las ganas de disfrutar, y en eso cada uno marca su estilo, espacio y compañía.

domingo, 12 de marzo de 2006

¿Pubis silvestres, arregladitos o rasurados?

Este resumen no está disponible. Haz clic en este enlace para ver la entrada.

La azotaina, una fantasía frecuente.


Fuente: http://es.geocities.com/bdsm_canarias


¿Cuánta gente comparte tu fantasía? ¿Es una perversión?¿De dónde te viene esta atracción tan irresistible por los azotes?Aquí encontrarás respuestas a algunas preguntas sobre el tema.

No estás solo

Dar o recibir un buen azote es una de las fantasías sexuales más comunes. Millones de personas en el mundo la comparten, aunque muchos la callan creyendo que se trata de algo anormal o vergonzoso.Basta con un pequeño paseo por la red para darse cuenta de que existen centenares de páginas web, la mayoría de ellas anglosajonas, dedicadas a los azotes (en inglés: "spanking"). Esas páginas son visitadas diariamente por centenares de miles de hombres y mujeres. De hecho, gracias a internet, personas que creían ser las únicas en el mundo en fantasear con azotes se han dado cuenta de que se equivocaban.

¿Cuánta gente tiene esa fantasía? Evidentemente, no existe ninguna estadística fiable. Un presunto "sondeo" publicado en una página web norteamericana afirma que alrededor del 15% de la población de los Estados Unidos siente atracción por los azotes. Aunque la fiabilidad de aquel sondeo es bastante dudosa, la cifra no parece exagerada.Lo único que se puede afirmar con certeza es que los azotes son una práctica sexual que gusta a muchísima gente. Es probable que todos los días te cruces sin saberlo con personas con los mismos gustos que tú: quizá tu jefe, tu asesor fiscal, tu repartidor de correos sueñe en secreto con volver a ser un niño malo y ser disciplinado por su madre con los pantalones bajados. Quizá a la ejecutiva con traje gris que ves correr por la acera enganchada a su teléfono móvil le guste convertirse, en casa, en una colegiala traviesa; vestirse de falda tableada y recibir de mano de su marido una enérgica serie de azotes en el trasero. Al fin y al cabo, son fantasías totalmente inofensivas.Pero la verdad es que todavía son pocas las personas que se atreven a admitir que les gustan los azotes.

Muchos hombres y mujeres permanecen casados durante años sin hablar de su fantasía con su pareja, ya sea por miedo a quedar en ridículo, o bien porque están convencidos de que se trata de un peligroso e inconfesable trastorno psíquico.Todavía se pueden leer libros o revistas que califican la fantasía del azote de "parafilia", de "perversión" o de "aberración sexual". De hecho, durante décadas se ha pensado que todo lo que no era sexo "normal" era perversión. Esa teoría freudiana ya no es admitida por los psicoanalistas modernos.

Hoy en día, se estima que no hay perversión en materia de placer erótico compartido entre adultos. O sea que la mayoría de quienes practicamos la azotaina (o quienes soñamos con practicarla) no somos perversos: no representamos ningún peligro para nadie. Pero si tu fantasía consiste en querer pegar a un niño de verdad o hacer sufrir a cualquier persona que no lo consienta, entonces ya sí que entras en el campo de las perversiones (y esta web no está hecha para tí).

En la mayoría de los países occidentales, la fantasía de la azotaina está dejando de ser un tabú. Revistas femeninas (entre ellas Cosmopolitan) han publicado amplias crónicas sobre el tema. En Francia, una cadena de televisión emitió a mediados de 2000 un reportaje sobre los adeptos de las azotainas. En 1996, la destacada periodista norteamericana Daphne Merkin, de la revista The New Yorker, obtuvo un enorme éxito de ventas con un ensayo titulado "Spanking: A Romance" ("Azotaina: una historia de amor") en el que confiesa y analiza su deseo de ser azotada.Así lo explica: "el hecho es que no puedo recordar una época en la que no haya pensado en ser azotada como un acto sexualmente gratificante, en la que no haya tenido la fantasía de ser reducida a un simple objeto de deseo por la mano firme de un hombre".Después de narrar su primera experiencia de azotaina erótica, poco antes de cumplir los treinta años, concluye: "había fantaseado sobre este acontecimiento durante tanto tiempo que en el fondo de mi espíritu siempre había persistido el miedo de que aquella gratificación resultase decepcionante. No debería haberme preocupado: la realidad del azote, al menos inicialmente, era tan buena como el sueño" (el libro completo se llama "Dreaming of Hitler" y fue publicado por las ediciones Harcourt Brace & Co. No existe traducción en español. Los que leen inglés pueden hacer el pedido en la librería virtual Amazon o, si viven en Europa, mejor en Amazon-Reino Unido).

Probablemente, la fantasía del azote es tan frecuente entre los hombres como entre las mujeres. Sin embargo, pocos hombres admiten que les gusta recibir azotes, como si el papel de "sumiso" atentase a su virilidad. También muchas mujeres se muestran reacias a vivir su fantasía, porque piensan que ser azotada es un acto degradante para la mujer. Ambos comportamientos llevan a una conclusión: lo ideal es practicar la azotaina erótica con una persona de confianza, con alguien que sepa escuchar y comprender, para no decir con un ser amado.

Una gran variedad de emociones misteriosas. Cada personalidad es un mundo y la fantasía del azote puede tener una infinidad de puntos de origen.Desde un punto de vista estrictamente físico, se considera que los golpes en las nalgas estimulan la llamada "esfera anal", que es una de las zonas erógenas más importantes del cuerpo humano. Algunos psicoanalistas sostienen incluso que la azotaina es un sustituto de la sodomización...Además del placer físico concurren una gran variedad de emociones más o menos misteriosas, como el placer de ser dominado, castigado, etc. que suelen tomar raíz, como todos los comportamientos sexuales, en lo más profundo de la infancia.

Es posible que a una persona le gusten los azotes porque le excita recordar los castigos físicos que recibía cuando era niño o niña. Una firme azotaina propinada en el trasero desnudo, tumbado con los pantalones bajados o la falda levantada sobre los muslos del padre o de la madre (en general la persona del sexo opuesto, aunque no tiene por qué ser así necesariamente) puede ser una de las primeras estimulaciones eróticas que uno recuerde, y tener un efecto importante en el desarrollo sexual.¿Por qué? Pues porque los padres juegan un papel clave en el desarrollo de la sexualidad de los niños, y porque en algunas educaciones excesivamente rígidas o tradicionalistas, las palizas son la única ocasión en la que el niño está en contacto físico con sus padres, o tiene la impresión de que estos se interesan por él. Otros padres explican a sus hijos que les pegan porque les aman. Este tipo de afirmación puede sembrar la confusión en la mente del pequeño, que asimilará los golpes a una demostración de amor y adoptará comportamientos masoquistas (algunos niños buscan el castigo físico). Pasada la niñez, muchas de las personas que recibieron ese tipo de educación recordarán los azotes como momentos de terror y de impotencia frente al mundo de los adultos. Pero algunas de ellas reaccionarán de manera exactamente opuesta, considerarán las azotainas como algo sexualmente agradable y querrán resucitar esas antiguas sensaciones de castigo en el marco de un juego erótico.

Sin embargo, también son muchas las personas que jamás recibieron el menor cachete durante su infancia, pero que tienen la fantasía de ser castigadas mediante un buen azote. En estos casos el origen de la fantasía es misterioso y casi imposible de determinar.Puede ser que dicha persona haya asistido a una escena de azotes siendo pequeña, sin recordarlo, y que aquellas imágenes queden grabadas para siempre en su subconsciente. También es posible que esa persona haya recibido un tipo de educación muy rígido y distante, con pocos contactos físicos (caricias, juegos, etc.) con los padres pero también sin castigos corporales, y que inconscientemente haya deseado ser pegada para atraer la atención. Todo son especulaciones, ya que ni los propios psicólogos entienden el mecanismo por el cual surgen las fantasías sexuales.Hemos hablado del placer de recibir azotes.

¿Y qué pasa con los que los propinan? En la mayoría de los casos, la gente que disfruta azotando no hace más que transponer en otra persona sus propias fantasías de recibir azotes: le gusta pegar porque le gustaría que le peguen a él.

Pero incluso una persona totalmente ajena a la fantasía del azote puede disfrutar muchísimo propinando un azote a su pareja, si a ésta le excita la sensación ser pegada. El espectáculo de una persona medio desnuda torciéndose de placer sobre tus rodillas mientras le aplicas un firme castigo con la mano sobre el trasero suele resultar altamente erótico incluso para quien no comparte ese tipo de fantasía. Siempre resulta agradable proporcionar placer sexual a alguien, sea cual sea el método empleado para ello. De hecho, para muchas parejas adeptas al "spanking", hacer el amor es la prolongación lógica de una buena sesión de azotes.Incluso se puede considerar que la azotaina en sí misma es una manera de hacer el amor. Como en una relación sexual "convencional", los preliminares y la indumentaria tienen tanta importancia como el acto final.

Y la verdad es que existen tantas maneras de dar unos azotes como maneras de hacer el amor. En condiciones perfectas y si el azotador o azotadora tiene un mínimo de experiencia, hasta es posible tener un orgasmo en el transcurso del azote.Una azotaina es un "proceso" en el que cada etapa tiene su importancia Una buena azotaina no son sólo golpes. ¿O acaso puedes imaginar una penetración sexual que no esté precedida de un mínimo de caricias y de estimulaciones? Una azotaina erótica exitosa obedece a un ritual, que puede arrancar de una infinidad de maneras según las fantasías de cada uno y concluir también de muy distintas formas. A algunos les gusta imaginar guiones, en los que juegan el papel del profesor severo y de la alumna desobediente, de la madre autoritaria y del niño malo, del jefe abusivo y de la secretaria, etc. En estas "comedias eróticas", la indumentaria (falditas de colegiala, pantalones cortos, ligueros y ropa interior sugestiva, etc.) suele aumentar el placer del juego y de su conclusión final. A otros les excita intercambiar azotes en el transcurso de una "pelea" erótica, desnudos en la cama. Otros prefieren escenificar castigos imprevistos ("¿Has roto un vaso? ¡Pues ya sabes lo que te espera después de la cena!").

Cada etapa tiene su importancia. La sesión empieza con el anuncio del azote (incluso se puede anunciar días antes para incrementar el deseo: "te iré a recoger al aeropuerto, y en cuanto estemos solos en casa te daré un buen azote"). Sigue con la bajada de pantalones y de la ropa interior (a unos les gusta que la bajada se haga de manera lenta y progresiva, mientras otros prefieren que se les arranque literalmente los calzoncillos o las bragas antes de empezar a pegar). Acaba con el castigo en sí mismo, que puede aplicarse con violencia o con dulzura, con la mano o con todo tipo de instrumentos. En esta categoría, casi todo es válido (aunque cuidado con las cañas de bambú, que dejan peligrosas heridas si no se saben usar): látigos, varas y palmetas; cinturones de cuero, ramos de junco, cepillos y hasta zapatillas. La elección del instrumento depende del grado de sufrimiento al que esté dispuesta a consentir la "víctima": mientras unos sólo soportan una leve cantidad de dolor, a otros les gusta sentir el escozor producido por la azotaina durante horas, e incluso días.Una regla de oro: jamás hay que dar un azote a su pareja cuando se está realmente enfadado con ella, en el transcurso de una riña. La azotaina perdería entonces su condición de juego sexual, lo que acarrearía gravísimas consecuencias. En cambio, un buen azote puede ser una manera idónea para restablecer definitivamente los puentes después de la reconciliación.

Para concluir esta larga explicación sobre el universo de los azotes, insistiré en algo esencial: la azotaina debería ser practicada con una persona de total confianza. Intentar vivir tu fantasía con alguien que no conoce y no respeta lo que eres y lo que sientes a menudo tendrá consecuencias desagradables, o por lo menos decepcionantes. Pero si vives una relación afectuosa y equilibrada con alguien, no deberías dudar en hablar con él o con ella de tu fantasía.Espero que esta página sea de tu agrado, y te deseo mucho placer explorando el delicioso mundo de las azotainas. Y no dudes en contribuir al desarrollo de esta web enviando tus comentarios y contando tus experiencias y tus fantasías o participando de cualquier otro modo.

jueves, 9 de marzo de 2006

Nalgadas castigo y sensualidad... juntas?

Expone: gavi


Bueno... paralelo al aspecto visual del sexo o no sexo en el juego de las nalgadas... en el cual parece haber un consenso en cuanto a que no se deben mezclar sexo Y nalgadas todo junto... o uno o el otro o uno primero y después el otro... entonces no resulta apreciada la visión de caricias y besos sexuales durante el spanking.

Pasando de la vista en fotos y demás gráficos a la práctica diré que me sucede lo siguiente: después de haber sido una acérrima defensora y practicante de las nalgadas castigo... en las cuales una se queja y patalea y pelea y no se deja... y el Spanker controla... domina... somete y regaña... y de haber sido toda esta actividad y seguirlo siendo... altísimamente excitante para mí... he incursionado... muy excitantemente también... en un híbrido!! jaaaa!... de nalgadas castigo con nalgadas sexo y vuelta al castigo y vuelta al sexo.

Herejía!!... porque entonces ¿¡qué pasa con el rol!?... ¿estás metida en un rol delicioso de niña mala regañada y castigada y, de pronto, eres tratada como una mujer?... qué pasa en la cabeza con ese cambio?

Lo que mi experiencia me permite decir es que... no pasa nada... ¿por qué? porque la mujer nunca ha dejado de estar y de ser una mujer... aunque esté boca abajo con el culete expuesto recibiendo nalgadas y pataleando y peleando... porque a esta mujer le gusta ser tratada como niña... pero sabiendo y estando segura que el Spanker lo siente igual... que una niña no lo es. Así que... tal vez con una capacidad de mutación asombrosa... ¡o no!... puedo pasar de sentirme la niña deliciosamente castigada a la mujer sensual... y después quedarme en la mujer sensual... ¡siendo deliciosamente castigada! j¡a!

Yo misma encontraba de flojera una azotaína sensual... ¡y lo sigo haciendo!... me siguen haciendo falta el regaño... la dominación... etc. ... sin embargo este hibridito que he descubierto... ¡no me disgusta nada cuando sucede! Así que... ¡¡que vivan las nalgadas de castigo!!... siguen siendo mis reinas... pero también!... ¡que viva la mujer que goza de las nalgadas recibidas como mujer!

¿Encontraré algún otro Spanker o spankee que puedan desrolizarse así?... o voy preparando mi pira de leña verde :)

Excitación visible


Autor: Fer

La excitación sexual, por suerte, en la mayor parte de ocasiones, es algo que sucede en nuestro interior. La frase tópica que todos conocemos y hemos leído muchas veces dice: “el cerebro es el principal órgano sexual del ser humano”. Aceptando que esto es así, que lo es; desgraciadamente un encéfalo es un órgano extremadamente discreto, no produce los incómodos y mecánicos latidos de un corazón, no palidece o enrojece como la piel, no emite borborigmos, esos ruiditos que hace el estómago y no cambia de tamaño o de forma como un músculo. El cerebro es silencioso e impasible. El cerebro es un kilo y medio de grasa de lo más inexpresiva salvo para las modernas técnicas de Tomografía por Emisión de Positrones (PET).

Sin embargo la excitación sexual tiene unas manifestaciones espectaculares en los órganos genitales y el spanking es uno de sus grandes estimuladores. Por lo que me cuentan mis amigas spankers, en los hombres spankees, dado lo escandaloso que es el pene en comparación con su primo refinado que es el cerebro, la excitación del momento es difícil de ocultar. Esta excitación puede ser incluso previa a los azotes.

La mujer es más discreta, se parece más al cerebro, sin embargo puedo decir que a mi la más excitante visión de un hermoso coñíto literalmente chorreando me la ha facilitado el spanking. Pocas veces he visto un sexo femenino tan hinchado y tan empapado como cuando he aplicado, supongo que con más suerte que destreza, una buena sesión de azotes a alguna spankee que se los había buscado.

Otro de los prodigios de los azotes eróticos, y por lo que éstos bien valen la pena, es convertir en visible lo invisible.

martes, 7 de marzo de 2006

¿Es el spanking una práctica en vías de extinción?


Autor: Fer

Si releemos a los autores de este blog, queda bien claro que el spanking data de la Era del Cromañón, que además actualmente está muy difundido en todas las latitudes, culturas y países y en nuestros días, gracias a Internet, goza de excelente salud.

¿Seguirá siendo siempre esto así? ¿O acaso el spanking goza de su Edad de Oro previa a su decadencia y desaparición?

Pese a su actual fortaleza, el mundo de los azotes eróticos, puede ser una práctica erótica que corra, con el tiempo el riesgo de extinguirse, como esas especies en peligro de desaparición que constantemente aparecen en los documentales de la televisión mirándonos con sus ojitos entre tiernos y acusadores.

En principio la práctica de los azotes deriva fundamentalmente del castigo proporcionado a niños, esclavos y esposas. Evidentemente todas estas actividades tienen su raíz en una estructura social patriarcal cuyas bases en la segunda mitad del siglo pasado, afortunadamente, han quedado muy socavadas. Hoy en día, en el mundo más o menos desarrollado y más o menos en desarrollo, no quedan esclavos, la mujer ha evolucionado -más que ningún otro grupo humano en un período de tiempo record- y pegar a un niño ya es un grave delito tipificado en el código penal en muchos países.

Quienes practicamos el spanking siempre bromeamos con ser aprehendidos, por error o por un exceso de celo de las funcionarias, por una brigada de policías que combaten el maltrato a la mujer.

La práctica de los castigos corporales en menos de 50 años, en principio, tendrá que haber desaparecido del planeta.

Hay algunos ejemplos de formas de obtener placer sexual que poco a poco van perdiendo sus referentes en las costumbres que se dan en el seno de la sociedad.

Algunas prácticas eróticas del fetiche medical, por ejemplo, se basan en procedimientos que hoy en día han desaparecido de la medicina actual y que los menores de 25 años prácticamente desconocen; tales como tomas de temperatura rectales, enemas y, muy pronto, supositorios e inyectables.

Hoy en día se toma la temperatura con unos asépticos termómetros electrónicos que se introducen unos segundos en el oído y obtienen una medida precisa. Claro que no me imagino un grupo de Yahoo dedicado a la toma erótica de la temperatura en el canal auditivo.

Los enemas solo se usan como preparación para colonoscopias (exploración visual del intestino mediante un tubo) o pre-parto, incluso en este caso están tan en tela de juicio como las episiotomías (corte quirúrgico de la vulva en el parto).

En cuanto a los supositorios e inyecciones, tan populares como temidos/deseados en otros tiempos, parece que les va llegando la jubilación con comprimidos, cápsulas, parches e inhaladores de todo tipo como vías de administración de fármacos más recomendables.

Afortunadamente en los últimos años los fisioterapeutas han inventado prácticas deliciosamente perversas como la reeducación del suelo pélvico...

¿Qué pasará entonces en el año 2106 cuando ya no quede memoria histórica viva de los castigos corporales? Ya sé que una de las respuestas inteligentes consiste en citar el ejemplo de miles de spankos a los cuales jamás sus padres les han puesto la mano encima ni han visto castigo corporal alguno en su infancia.

Pero... ¿y si los spankos del siglo XXII son como una especie de excéntricos conservacionistas, subvencionados por el Estado y patrocinados por firmas comerciales, que se reúnen en congresos para ver las Web del siglo XXI en ordenadores de museo frente a las cámaras del Canal Discovery?

¿Los más viejos de la tribu tendremos que comenzar a cuidar del Fuego Sagrado del Spanking?

domingo, 5 de marzo de 2006

¡Castigada en el rincón!


Autora: Mayte Riemens

Supongo que para todos los que compartimos esta afición, es más que claro que el spanking es un juego deliciosamente erótico, que se deriva de una práctica casi extinta, y me refiero –obviamente- al castigo corporal. Antes, aún cuando yo era niña, era bastante común que los padres corrigieran las faltas y travesuras de sus vástagos con “unas buenas nalgadas”. Frases como “síguete portando de esa manera y te voy a dar tus nalgadas” o “¡estate quieto o te nalgueo aquí mismo!”, eran más o menos comunes y solían provenir de unos dulces labios maternos o ir acompañadas de la dura mirada de un padre desesperado.

Cuando la falta lo ameritaba, las nalgadas se acompañaban de otros correctivos, quizá el más común era el que consistía en pasar un rato más o menos largo, de pie frente a un rincón o de cara a la pared. Nunca le he encontrado las cualidades pedagógicas a esta pena, pero mucho oí que lo que buscaba era que el infractor dispusiera de un tiempo, sin distractores de ninguna especie, que debería dedicar a reflexionar sobre su falta y a encontrar el arrepentimiento real, independientemente de que resultaba cansado y aburrido, por lo que su calidad de castigo no estaba en duda.

El tiempo en el rincón podía venir después de las nalgadas, o antes, si es que había necesidad de esperar a que el ejecutante del castigo llegara a casa o se desocupara de otras actividades más urgentes. Pero también, el rincón podía ser el único castigo y esto era más que común en el ambiente –siempre añorado por los spankos- del aula escolar.

El castigo en el rincón pobló mis fantasías infantiles tanto como las nalgadas, sería porque en las historietas, caricaturas y películas, aparecía como tema recurrente. Pero, además, el rincón sí era una realidad constante en mi vida. Algunas veces lo sufrí en carne propia y también pude verlo, aplicado en otros, en infinidad de ocasiones. Era un castigo muy socorrido en la escuela: cuando los maestros se hastiaban del mal comportamiento de alguno de sus alumnos, lo enviaban al rincón del aula y lo hacían permanecer ahí por un buen rato.

No he olvidado algunas de mis visitas a ese inhóspito lugar. En primer año, una maestra, conocida en el ambiente escolar como la peor de las brujas, me descubrió charlando mientras el resto de mis compañeros cumplían con el ritual diario de repetir en voz alta, de pie al lado del pupitre, las tablas de multiplicar. Como era de esperarse, me reprendió y quiso saber si ya me sabía las tablas… Terminé de pie ante el rincón, con los brazos estirados sobre mi cabeza. Y estuve ahí largo rato, hasta que la visita de la directora de la escuela me hizo volver a mi lugar, con los brazos entumidos y los pies cansados.

Pocos años más tarde, quizá en cuarto grado, una auxiliar de la dirección de la escuela nos pescó, a una amiga y a mí, cuando extraíamos un par de caramelos de la tiendita, obviamente sin pagarlos. Se nos armó la grande. Gracias a que no teníamos antecedentes, logramos evitar que nuestros padres fueran informados del hurto, pero estuvimos lo que recuerdo como un muy, muy, muy largo rato, castigadas frente a un rincón del despacho de la directora, sintiendo o imaginando, su mirada reprobatoria en nuestras nucas.

Al año siguiente, mi entrañable profesor de inglés –oriundo de Inglaterra y, según creo, spanker declarado- me envió castigada al rincón del aula, pues ya no toleraba mi mal comportamiento. Estuve ahí el resto de la clase y después, cuando todos mis compañeros habían salido del aula, el profesor me reprendió severamente y me dijo que, si por él fuera me pondría sobre sus rodillas, me bajaría los calzones y me daría unas buenas nalgadas. Creo que ese día nací como spankee, pues he de confesar que todo el barullo que hacía yo en clase estaba dirigido a atraer la atención de ese hombre que –a mis escasos once años- me despertaba una inexplicable atracción y admiración.

No sé si estos tres episodios de mi propia historia pueden explicar mi gusto por el rincón. Uno, por haber sucedido cuando era yo muy pequeña y por ello ser especialmente traumático, el segundo porque realmente la pasé muy mal cuando la directora me hizo ver que lo que había hecho era robar, acción especialmente fea y deleznable que me hacía sentir verdaderamente arrepentida, y la tercera… pues por el delicioso protagonista, destinatario ignorante de todos mis suspiros.

He sabido que a la mayoría de mis colegas spankees no les gusta el rincón. Les parece aburrido y consideran que puede dar al traste con todas las sensaciones generadas por la tunda precedente, que puede incluso, poner fin a la excitación lograda. En contraste, he notado que a la gran mayoría de los spankers les parece atractiva, y supongo que excitante, la visión de su spankee en el rincón. No soy spanker, pero a mí, me gusta y me excita el rincón.

Tomar a una spankee, colocarla sobre las rodillas y aplicarle unos azotes, puede ser logrado mediante el uso de la fuerza. No sucede lo mismo cuando se le envía al rincón. Para ello se requiere la aceptación, al menos la resignación de la spankee, y sobre todo, se necesita que el spanker haya sido suficientemente convincente con las nalgadas, para lograr la obediencia de su spankee.

Por supuesto, hay spankees sumisas que lo harán sin chistar. Yo misma podría ser una de ellas en algún momento. Pero hay otras que lucharán antes, durante y después de la tunda, para evitar ser azotadas. ¿Cómo lograr que estas rebeldes obedezcan la orden de permanecer en el rincón? Por supuesto, con más nalgadas, con amenazas de azotes cada vez más severos mientras más tarden en obedecer… ¡Mmmmmh! Deliciosas escenas que de sólo pensarlas me despiertan sensaciones exquisitas.

Lo que más me gusta del spanking es sentirme castigada. Saber que existe alguien capaz de imponerse a mi voluntad, alguien en quien puedo depositar todas mis confianzas y, de alguna paradójica manera, deshacerme de cualquier responsabilidad. Me gusta sentirme en manos del otro, saberme querida, cuidada, atendida… Algo hay también de esa admiración y atracción al ser más poderoso, al que todo lo puede y, por lo tanto, todo lo resolverá. Por eso es tan placentero luchar contra él, pues existe la certeza de que pese a toda la pelea, él terminará triunfando y me azotará, lo cual no hace más que confirmar y acrecentar esa sensación de que es poderoso y que me cuidará.

Pero también hay días en que una prefiere la pasividad. Jugar a ser la buena niña obediente que, temblorosa y asustada, se somete al castigo que sabe merecer, por más severo que éste sea. Qué placer, entonces, cuando el spanker ordena que te coloques en sus rodillas, qué delicia cuando te obliga a que tú misma te levantes la falda o te bajes los pantalones, qué excitación cuando, te ordena que te vayas al rincón y no te muevas. Y estar ahí, con las nalgas bien azotadas, calientes y enrojecidas, exhibiéndolas para él, con ese extraño sentimiento de vergüenza y placer mezclados, con el temor y la esperanza de que los azotes recomiencen si acaso te mueves un poco, es para mí, terriblemente excitante.

Un rincón de aperitivo es delicioso, pues te hace imaginar lo que sucederá después, te prepara para las nalgadas y comienzas a liberar fluidos, saboreando de antemano el momento exquisito de estar en sus rodillas, con las nalgas expuestas, recibiendo sus fuertes palmadas. Además, alarga la sesión y permite que el castigo inicie incluso antes de que él llegue a casa. ¿Cómo no derretirte cuando recibes un mensaje redactado más o menos así: Vete a casa y espérame parada en el rincón, con las bragas en las rodillas? El sólo leerlo me humedece. Y aunque él tarde más de lo previsto, disfruto cada minuto de castigo. No es aburrido cuando estás imaginando lo que pasará después, cuando te das cuenta que estás ahí jugando con él sin que él esté, cuando piensas en lo que él está imaginando mientras maneja [conduce] de vuelta a casa, desesperado por el tráfico y sabiéndote en la postura que él te exigió.

¿Qué tal un rincón entre tundas? Después de una buena nalgueada, te manda al rincón, a exhibir tus nalgas castigadas, a “buscar el arrepentimiento”. Estás ahí, a sabiendas de que no se ha terminado, que habrá más nalgadas, pero él juega con tu paciencia, con tu tolerancia. Quizá te está dando un respiro pues pretende continuar los azotes con algún instrumento. El rincón es como una pausa, como la nieve [sorbete] de limón entre dos platillos deliciosos de sabores muy fuertes. Quizá, solamente, le duele la palma de la mano y está descansando, o quiso fumarse un cigarro, pensando que la tarde será aún muy larga. En todo caso, saber que estás ahí, sólo mientras él se anima a continuar con los azotes, es muy excitante.

Y después, como postre del castigo pero como aperitivo para el sexo. El rincón te hace sentir castigada, pero también admirada. Sabes que él te está mirando, que repasa esa parte de tu cuerpo en la que se aplicó con deleite y que a ti te hace sentir tan deseada. Y cuando decide que el castigo fue suficiente, se acerca sin que lo puedas notar y comienza a acariciarte, besos en la nuca y en el cuello… sus manos pasean por tu espalda y tus nalgas y comienza a despojarte de la ropa que te queda… ¡Mmmmmh!

Por eso es que a mí, me encanta el rincón. Parece que soy un bicho raro entre las spankees. Infortunadamente, como si la Ley de Murphy fuera una condena, a mi spanker – a diferencia de la mayoría – no le gusta enviarme al rincón.

La desperada búsqueda


Autor: Antoine_X


Hace tiempo que tengo la idea de escribir un artículo para este blog, pero unas veces por desidia y otras porque es muy cómodo esperar a que los demás escriban en vez de ponerse uno a martillar el teclado no lo había hecho hasta ahora.

Desconozco la edad de la mayoría de vosotr@s, pero os desvelaré la mía, 24. En principio mi juventud debería de ser algo positivo para mi afición al spanking, muchos años por delante para practicar, mucha gente a la que conocer… Pero ciertamente dista mucho de la realidad. La mayoría de la gente que se atreve a decir que le gustan los azotes suele estar en la treintena, si no en la cuarentena, y esa edad por lo menos a mi me intimida. Es cierto que hay gente joven aficionada a las azotainas, pero al menos a mi me parecen una minoría. Espero estar confundido y recibir un alud de críticas después de publicar este artículo, porque eso significaría que la gente de mi edad se manifiesta, y es posible que dentro de poco tiempo uno se pueda armar de valor y con una copa en la mano acercarse a una chica y decirle me gustaría darte unos azotes encanto… pero bueno, eso forma parte mas bien de unas fantasías que creo que están lejos de verse realizadas.

También quería aprovechar estas líneas para hacer un llamamiento a tod@s para salir del armario spankófilo en el que nos vemos atenazados. No me refiero a gritar a los cuatro vientos que nos gusta dar o recibir azotes, sino a ser mas abiertos, porque la mayoría de los grupos son como una secta en la que hablan los mismo de siempre sobre movidas suyas, y nos desviamos del tema esencial. En la mayoría de las ocasiones, me siento como un criminal mandando mensajes desesperados dentro de una botella en algún foro o página de contactos spanking, para encontrar simplemente alguien con quien poder charlar un rato sobre nuestros gustos y aficiones spankófilas y al final descubrir que esa chica tan maravillosa con la que me llevo genial es de México, Argentina, Chile, etc.… debe de haber también españolas digo yo, y no me quejo por quejarme, sino simplemente porque me es imposible viajar tan lejos, ojalá pudiera.

Espero no haberos aburrido, y aprovecho para felicitar a gente que ha hecho este blog, porque creo que es mucho mejor que cualquiera de los grupos que he visitado en la red, y siempre he encontrado algo interesante que leer. No desfallezcáis y seguid así, la gente os lo agradece.

sábado, 4 de marzo de 2006

¿Enseñar o insinuar?


Autor: Fer

Muchos de nosotros además de spankers, spankees o switchs somos grandes voyeurs. Al menos en Internet, hemos dedicado horas y horas de nuestras vidas a ver dibujos, fotos y clips de azotes. Muchos hemos presenciado una azotaina por parte de terceras personas y a muchos, estoy convencido, les encantaría verlo.

Hahora vamos a hablar de fotos, videos y dibujos. En estas representaciones gráficas siempre aparece algún bonito trasero femenino. Hay desde fotos de aficionados que han hecho un pequeño reportaje casero y lo han colgado en la red, hasta fotografías con modelos profesionales muchos ellos de plástico. Hay fotos, dibujos y clips para todos los gustos.

Pero la pregunta es la del título de este artículo ¿qué te gusta más: ver o que te insinúen?, seas mujer u hombre, spanker, spankee o switch y sea cual sea tu orientación sexual, homo, hetero, bi, etc. La pregunta, esta vez, se refiere a los glúteos, ano y vulva femeninos. Por supuesto que podemos hacer muchas más preguntas, pero eso será en otro artículo.

jueves, 2 de marzo de 2006

El rol


Autora: Anita Forever

¿A cuántos de vosotros les ocurre lo siguiente?: Veis una foto, nítida, bien encuadrada y con buena iluminación, en la que se observa una nalgueada. Pero no os gusta, no excita, no… os dice nada. Y el único motivo es que la spankee se está riendo, o al menos sonríe.

A mí me sucede. El rol me resulta absolutamente imprescindible. Una spankee que no parezca estar sufriendo no parece una spankee. Una foto o un video en los que la persona azotada no muestra llanto, enfado o arrepentimiento no consiguen que nada se encienda en mí.

Me gusta luchar hasta la saciedad para que no me pillen, o para que no me pongan sobre las rodillas. Me gusta gritar y protestar durante todos y cada uno de los segundos que duran las azotainas. Me gusta adoptar la postura de niña ofendida y regañada, de novia malencarada, de alumna pillada in fraganti, de paciente impaciente. Me gusta enfadarme. Gruñir. Insultar. Y saber que con todo ello no hago más que alimentar la supuesta ofensa que pide castigo a gritos.

Y sin embargo… Bueno, todas lo pasamos bien cuando estamos sobre las rodillas de un spanker, ¿no? Si no fuera así… no, no sería spank. Nuestro juego es voluntario, maravillosamente erótico y ciertamente excitante. Nos encanta, pero luchamos para evitarlo, protestamos e inventamos mil y un trucos para que no ocurra. La mayoría nos hacemos las ofendidas cuando finalmente adoptamos la posición. Y eso me encanta, porque ambos sabemos que se trata tan sólo de un rol.

La maravilla del rol es la que nos hace poder jugar a través de Internet, porque nuestras palabras nos conectan directamente con otro tipo de sensaciones. Hablamos (al menos yo) con otros spankers como si fueran de verdad nuestros Tíos, Padres, Maestros… Como niñas pequeñas. Protestamos por cada frase amenazante. Criticamos hasta el último de sus consejos. Rezongamos y discutimos por todo. Y no hablamos de sexo. No hace ninguna falta.

El rol para mí es más fundamental que los azotes en sí mismos. De hecho, los azotes “per se” no me motivan. Unos azotes sin ningún tipo de intercambio verbal no significan nada. Es más, ni siquiera me resultan agradables. Pero en cuanto el rol entra en el juego… ¡Guau!

Bueno, y hasta aquí mi opinión. Me gustaría que contestaseis, que opinaseis sobre el rol. ¿Cuál os gusta (si es que os gusta alguno)? ¿Os hace falta a vosotros también? ¿O es algo absolutamente indiferente para el resto de la humanidad y resulta que sólo me excita a mí?

¡Feliz cumpleaños!



Autor: Fer

Hace hoy exactament un año así arrancaba nuestro bolg, con estas palabras en su primer artículo:

Sí señora, sí señor, es cierto, lo reconozco, me gustan los azotes, las nalgadas, el spanking, los chirlos, la fesée... ¿hace falta que diga que deben ser entre adultos y con previo consentimiento? Me gusta darlos en lindos culos femeninos, me gusta verlos como los dan, me gusta hablar de ellos, me relaja pensar en ellos, me gusta soñar con ellos...

Tal vez a ti te pase lo mismo que a mi y que a muchos miles, me atrevería a decir millones de personas que les gusta dar o recibir azotes, los más privilegiados les gustan ambas cosas y les dan nombre de interruptor en inglés o sea "switch", en la realidad o en la imaginación.

Si esto es así o simplemente eres curioso o curiosa y, claro está, mayor de edad de acuerdo a las leyes de tu país, bienvenida o bienvenido a este blog.


Hoy hay escritos más de 90 artículos y según nuestro contador, puesto hace unos meses ya hemos tenido más de 16 mil visitas y tenemos el honor de ser el primer blog en lengua castellana dedicado a los azotes eróticos consentidos entre adultos.

Este blog nos ha dado en su primer año de vida muchas satisfacciones, especialmente cuando ha sido visitado por personas que se inician en el mundo de los azotes y este blog les resulta algo así como un mapa o una brujula en su viaje hacia spankilandia.

No siempre es fácil sostener un blog, el día a día como en todas las cosas algunas veces resulta dificil de cubrir. Otras veces el blog ha sido fuente de alegría e ilusión, especialmente gracias a los excelentes artículos publicados por todos sus colaboradores. Este blog ha recibido muchos elogios por su carácter analítico, serio y en algunas ocasiones desenfadado también.

Sin embargo hoy, no quiero dejar pasar esta oportunidad para agradecer a todos los que han publicado artículos en el blog, gracias a ellos esta es una herramienta de comunicación con muchas voces, quiero expresarles a todos los articulistas mi enorme gratitud por haberme acompañado en este pequeño viaje consistente en escribir un blog; por supuesto también quiero dar las gracias a todos los que han aportado imágenes, a todos aquellos que han insertado sus comentarios, a todos aquellos que han visitado el blog, a los que han dado buenas ideas, a los que nos tienen enlazados y a todos los que nos han comentado de una u otra forma.

Aprovecho también para invitar a otros articulistas y, por supuesto, a nuevos lectores y comentaristas, a participar en este blog.

¡Muchas Gracias! ¡Feliz cumpleaños!