miércoles, 22 de febrero de 2006

Interrogantes


Autor: Jano

Quiero exponer algunas preguntas que me rondan el cerebro desde hace mucho tiempo y que, quizás, alguien tenga las respuestas para ellas.

¿Cuál es el mecanismo interno para que un spanker disfrute de dar azotainas? A esa pregunta puedo responder desde mi propia experiencia que tal vez no sea extrapolable a otros. La forma en que afecta a la spankee la recepción de azotes, juegos verbales, miradas amenazadoras, etc., es la que me motiva para jugar. La complicidad, las mil formas de decirme sin decirlo que está esperando el “castigo”, sus feromonas que me asaltan son las que hacen posible mi participación activa. Ya sé,--o supongo--, que otros disfrutarán simplemente azotando y les motivará el mero hecho del contacto de su mano sobre la carne spankee. Cada uno es un mundo en sí mismo.

El misterio, lo que me lleva a escribir esto, es ¿Qué pasa en la psique o el cuerpo de la spankee? ¿Cuál es la causa primigenia que las pone en manos del spanker? ¿Cuál es la etiología de su placer? (Sabemos o creo yo saber, que la spankee nunca va a confesar o admitir verbalmente que le gusta ni a pedir directamente que la castiguen: al menos, eso es en nuestro caso) ¿Qué mecanismos se disparan en ella (o en él) para que el dolor se convierta en placer? Estas consideraciones podrían hacerse extensivas a los que practican BDSM como sujetos pacientes.

Se sabe de antiguo que los auto flagelantes de la edad media, consciente o inconscientemente, buscaban el placer. Así lo han dictaminado doctos personajes. Pero, es en lo que podemos llamar el “fenómeno” spankee el que me ocupa ahora, en la actualidad.

En muchas ocasiones, en mi fuero interno, me ha parecido acertar con que exista un mecanismo por el cual, recibir azotes (para la argumentación, me ciño solo a la mano que también hace daño) produzca placer a través de conexiones nerviosas de los glúteos con vagina, clítoris, etc. en el caso de una mujer y con testículos, pene, etc. en el hombre.

No cabe duda de que, el cerebro, el órgano sexual por excelencia, sea el receptor e incluso el provocador del placer en el sujeto castigado. Pero: ¿Cuál es la etiología, la causa de ese placer provocado por un acto que, en sí, es doloroso? Tiene que haber una relación causa-efecto que,.al menos yo, no entiendo.

Sé, me he enterado hace poco, de que existen varios puntos de acupuntura indicados para la curación de la anorgasmia femenina, situados en los glúteos. Quizás, al azotarlos, una corriente interna, un a modo de fluido se traslade interiormente hacia las zonas erógenas más aparentemente excitables y excitadas.

Lo que me queda claro es que los glúteos son zonas erógenas de primera magnitud. Eso es cierto. Pero (más peros), que el dolor produzca placer, es algo incompatible con una lógica cartesiana. Sin embargo, el efecto y, como dijo Galileo, “pero si muove”, es que éste, el efecto, es la consecuencia de la intervención de un azote o golpe sobre las nalgas.

Lo intrigante para mí desde tiempo atrás es, precisamente, esa relación entre dolor y placer. Lo cierto es que funciona así aunque no sepa los mecanismos que disparan el placer, la excitación sexual.

Por supuesto, existe una relación del tipo que sea entre cuerpo y mente para que el dolor, como en la alquimia el plomo se convierte en oro, en el organismo de la/el spankee se transmute en placer.

Espero, confío, que alguien me saque de éstas dudas existenciales. Alguien, no con más experiencia, sino con más conocimientos al respecto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias Jano, por tu colaboración en el Blog. En tu artículo se plantean muchos interrogantes que son un desafío para mentes pensantes. Espero que encontremos algunas respuestas, lo malo es que no nos podemos dirigir a la ciencia "oficial", por ejemplo al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) o al Instituto de Salud Carlos III

Anónimo dijo...

Bastantes interrogantes sobre una/un spankee se plantean aquí y bien interesantes de discernir y posteriormente discutir.

Intentare plasmar mi propio sentimiento como spankee y que me impulsa a terminar en las rodillas del Spanker y por ende dejarme azotar.

No creo, por lo menos ese es mi caso, que el dolor sea lo que me motive ya que no busco el dolor como tal. El dolor no me causa placer, lo soporto, es parte del juego pero no es el placer en si mismo. Es la situación global la que hace que mis hormonas se aceleren.

Como bien dice este artículo el cerebro es el órgano más erótico y es en el cerebro donde la fantasía y el juego están implantados en primera instancia.

En la travesura, la rebeldía, la actitud de niña es donde comienza el placer por que allí es donde se origina un juego entre el spanker y la spankee, pero quizás uno de los mayores ingredientes es la complicidad de saber que es algo que solo tu y tu Spanker saben que esta comenzando. De ahí se desprende todo, las miradas, las palabras amenazantes y es cuando las mariposas revolotean sin cesar por mi estomago y mi cerebro inicia su ya imparable carrera al erotismo, que para mi, es el spanking. Cuando por fin llega el increíble momento de la azotaina siempre se produce en mí una ansiedad, producto del temor al dolor( por supuesto, creo que es una reacción humana) y como resultado de no saber como transcurrirá el juego y que sensaciones nuevas y cuales conocidas se gestaran en mi interior. (Cada vez descubro algo nuevo en mi misma).
La actitud del Spanker unida a mis sensaciones hace explosión y me llevan a umbrales increíbles y maravillosos, los azotes como tal son la consecuencia. Podría atreverme a decir que es tan intenso el momento que se vive, la sensación de ceder el control, el sentirte indefensa por voluntad propia, por el solo placer de sentir placer, que el dolor (aunque se siente y a veces es fuerte) pasa a un segundo plano.

Opino que los limites del dolor se van rebasando a medida que la/el spankee va descubriendo lo intangible del juego, esas pequeñas y grandes cosas que te llevan a sentirte en la gloria y por eso el dolor va siendo manejado y controlado. Cuando un/una spankee, solo piensa en el dolor este será sentido en mayor magnitud y el dolor cegara e incapacitara al cerebro para sentir placer.

No creo que existan personas que les guste sentir dolor por el simple hecho de sentirlo, creo que existimos personas que asumimos y combinamos el dolor , de unos azotes por ejemplo, a sensaciones producidas por un global que incluye azotes pero que ellos solos no producen nada diferente al dolor por consiguiente no hay placer.

Por eso creo que ser spankee o spanker es un proceso de conocimiento y aprendizaje de uno mismo para poder llegar a disfrutar al máximo. Lo comparo con aprender a esquiar en la nieve; al principio te caerás y te darás golpes que dolerán pero si dejas que eso sea lo único el miedo al dolor te impedirá continuar y jamás descubrirás lo que se siente cuando el aire frió llega a tu cara y golpea y el olor de los pinos entra a tu organismo y sientes una sensación de libertad que no puedes describir.

spankee.